Salvaje-
Ignoré a Odín y puse a la chica en el andrajoso petate que uso. Odín pateó una calabaza vacía que cayó al suelo.

El lugar apestaba, pero no me importó.

Como no me importaba mucho mi vida, no había necesidad de cuidar mi higiene. Yo era un cadáver ambulante de todos modos. Odín seguía moviendo la nariz.

—¿La atenderás o seguirás moviendo la nariz como un lechón? —pregunté, sintiéndome un poco avergonzado por su evaluación.

—La bella dama no sobrevivirá, incluso si estuviera destinada a hacerlo. El olor de este lugar la enviaría de regreso al otro lado.

Lo miré. —¿Cómo te atreves? —gruñí, mi ira creciendo.

—Me pondré a trabajar ahora —respondió Odín, y se inclinó junto a la dama, sin querer provocarme.

Recogí las calabazas de vino vacías y los huesos secos que estaban tirados por el lugar en silencio mientras Odin tomaba su pulso. Les robaba miradas ocasionales. Sabía todo lo que estaba haciendo, pero no quería complacer a la diosa de la luna.

—Er... correré de regreso a la aldea
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo