Mi esposa.

Di un paso más, pero tres hombres corpulentos se pararon frente a mí, bloqueándome el acceso a Miledy. Un hombre corpulento y calvo sostenía a Miledy y la furia me invadió al ver su mano en su cintura.

Apreté la mandíbula y miré a los hombres frente a mí.

—Disculpe —dije, usando todos mis nervios para mantener la calma.

Los ojos de Miledy se abrieron como si acabara de verme por primera vez. Los hombres estaban dispuestos a luchar y no me importaba romperles el cuello para recuperarla.

—¿Cuál es tu negocio aquí? —preguntó uno de los hombres.

Señalé hacia Miledy. —Ella es mía.

—¡No soy tuya! —ella gritó.

Los hombres se rieron entre dientes y se volvieron para mirarme de nuevo. Su actitud me tomó por sorpresa. ¿No vio que yo la estaba rescatando? La ignoré y me enfrenté a los hombres.

—Déjala ir.

—No me dejes ir; ¡es una persona horrible! —Miledy volvió a gritar.

—Ya escuchaste a la dama —dijo el hombre cuyo brazo la rodeaba esta noche.

Realmente no quería violencia por su seguridad, pe
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP