Ese nombre-

Gruñí y me moví en sueños. Mis ojos todavía estaban cerrados cuando recordé todo lo que pasó. Morfeo me puso en un estado inconsciente.

Abrí los ojos y rápidamente me senté y miré a mi alrededor, observando lo que me rodeaba. Todavía estaba en una cueva en medio de la nada. Vi un rió, pero no estaba Morfeo.

¿Dónde está esto? ¿Y por qué no está aquí?

Apenas había terminado con ese pensamiento cuando vi su corpulenta figura acercándose a mí desde el norte. Me puse de pie, lista para lanzarle fuego y azufre.

Pero todo mi fuego se apagó cuando se acercó y noté que tenía heridas por todo el cuerpo. Se veían profundos, y aunque habían dejado de sangrar, seguían ahí.

—¿Que te pasó? —pregunté en lugar de preguntar por qué me secuestró.

Rápidamente apartó la mirada de mí y dejó caer el racimo de fruta que sostenía.

—Estoy bien. Deberías comer algo y lavarte en el río de allí.

Volvió a ignorar mi pregunta y eso me enfureció.

—No estoy haciendo nada que tú quieras que haga. No soy tu h
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