—Cómo puede haber un collar tan caro, ¿ustedes dirigen un mercado negro aquí?— García, quien normalmente vestía bien, no pudo ocultar su tacañería innata cuando llegó el momento. Su voz aguda hizo que todo el personal frunciera el ceño al instante.

El gerente de clientes se adelantó para explicar: —Señora Ramírez, esto es una pieza personalizada de la joyería VERE y nuestra marca. El diamante amarillo en ella fue usado una vez por la Reina de Inglaterra. El precio actual todavía está en un nivel relativamente bajo...

—No creeré las tonterías que están vendiendo. Solo están hablando tonterías. ¿Realmente creen que es fácil ganar dinero con gente adinerada como nosotros?— García señaló con el dedo la nariz del gerente y lo insultó.

Aunque el gerente de clientes había lidiado con muchas situaciones difíciles, alguien tan directo como García era algo nuevo. Su rostro también lucía bastante desagradable.

—¿Cuál es el punto de dificultarles las cosas?— El tono de Lina se volvía cada vez