Lina no le dio importancia y sacó su tarjeta bancaria. Pero en ese momento, Leandro, que estaba detrás de ella, se adelantó y dijo:

—Deja que yo pague con esta tarjeta...

Lina rápidamente rechazó la oferta.

—No es necesario, Leandro. Yo pagaré con la mía...

Sin embargo, Leandro sonrió de manera encantadora.

—¿Por qué ser tan formal entre nosotros? Considera este vestido como un regalo mío para ti. Espero que tu carrera siga prosperando y que este desfile sea un gran éxito para ti.

Lina estaba sorprendida y quería decir algo más, pero Leandro no le dio la oportunidad de rechazarlo y entregó su tarjeta al personal.

Así, los dos millones de dólares fueron gastados de esa manera, obteniendo el vestido de Talavera. Lina se sintió un poco dudosa. ¿Leandro estaba siendo demasiado generoso con ella?

El personal envolvió el vestido y lo entregó frente a Lina. Lo que había visto solo de pasada en el escenario ya era impresionante, y ahora, frente a ella, Lina no podía apartar la mirad