Eleanor despertó en la mañana con los rayos del sol entrando por la ventana de su habitación en Villa del Sol. Se levantó de la cama y se dirigió al baño para lavarse el rostro y refrescarse. Mientras se cepillaba los dientes, su mente seguía repasando la conversación con Erick y el dolor que había sentido al hablar de Patrick.Finalmente, después de vestirse y arreglarse el cabello, salió de su habitación y bajó las escaleras hacia la cocina para tomar su café.Allí se encontró con el ama de llaves que le dedicó una sonrisa comprensiva y le ofreció un plato de frutas frescas y una taza humeante de café recién hecho.- Buenos días, señorita Grant. ¿Cómo ha dormido? - preguntó la señora de servicio con una sonrisa cálida.- Bien, gracias. - respondió Eleanor con una sonrisa. - ¿Y usted?- Muy bien también, gracias por preguntar. - contestó el ama de llaves. - ¿Desea algo más para desayunar?- No, esto está perfecto. - dijo Eleanor, mientras empezaba a saborear las jugosas frutas. - Gra
Ana estaba parada en la cocina, con las manos apoyadas en la encimera y la cabeza gacha. Estaba sumida en sus pensamientos, tratando de procesar la información que acababa de escuchar en la habitación de Erika.Nunca pensó el trasfondo que se encontraba en la historia de su paciente, pero ella estaba allí solo para cumplir con su rol de enfermera y nada más. No obstante, sentía algo de culpa al saber la verdadera paternidad de ese bebé que Erika estaba esperando.Ana se preguntaba qué debería hacer en esa situación. Sabía que como enfermera, su deber era mantener la confidencialidad de la información de sus pacientes. Pero, por otro lado, también sentía que Patrick merecía saber la verdad sobre la paternidad de ese niño que no era precisamente suyo.Ella se sentía en un dilema moral, pero ante de que pudiese seguir pensando como abordar la situación la voz del ama del llaves la sacó de su trance.- Disculpe, señorita. La señorita Erika la necesita en su habitación. Pronto asintió y s
Patrick caminaba por los pasillos de la empresa con la cabeza gacha y la mente en un mar de pensamientos. A su alrededor, el ajetreo de la oficina continuaba, pero él apenas notaba la actividad a su alrededor ya que sentía que su vida se encontraba en una encrucijada sin salida.En ese momento, levantó la cabeza encontrándose de frente con el padre de Erika, el señor Arthur.- Hola, yerno. - dice con una sonrisa. - No pensé verte acá en la oficina, creí que estarías cuidando de mi hija.- Usted mejor que nadie sabe que no se pueden descuidar los asuntos de trabajo por nada del mundo. - explica Patrick.- En eso concuerdo contigo, pero ¿quién se quedó con Erika?- He contratado a una enfermera que velará por ella las veinticuatro horas del día. - Eso me tranquiliza, me preocupa mucho el estado de mi hija después del accidente. - dice el señor Arthur.- Estoy haciendo todo lo que está en mi alcance para que tenga la mejor de las atenciones.- Eso espero. - dice el padre de Erika. - La
La enfermera se acercó con pasos sigilosos hacia la cama de Erika y comprobó que estaba descansando tranquilamente. Luego se volvió hacia Patrick quien dormía plácidamente en el sillón, tenía el cabello revuelto y un semblante cansado.Sin duda, Ana, no podía negar el atractivo que tenía el señor Miller.Se acercó a él y le tocó el hombro suavemente para despertarlo con algo de timidez, estaba embelesada mientras Erika abría sus ojos. Al notar la cercanía de Ana hacia Patrick frunció el ceño con evidente molestia.- ¿Qué demonios crees que haces? - dijo haciéndo despertar a Patrick.Patrick abrió los ojos lentamente y se encontró con la mirada de la enfermera. Se incorporó en el sillón y se pasó una mano por el cabello intentando despejarse.- ¿Qué sucede, Erika? - preguntó preocupado.- Disculpe señor, iba a tomar el atrevimiento de despertarlo ya que es algo tarde y supuse que tendría cosas pendientes por hacer. - explica Ana.- ¿Qué hora es? - pregunta Patrick observando su reloj.
Patrick llega a la empresa con la cabeza hecha un lío luego de entregarme el desayuno a Erika.Sube a su oficina dejando su maletín en el escritorio a la vez que su secretaria entra por la puerta y le entrega varios documentos pendientes que necesita firmar. Patrick suspira y se sienta en su silla, se frota la frente con cansancio mientras lee los papeles y los va firmando uno por uno.- Si tengo algo pendiente a las dos por favor cancelalo, tendré una reunión importante con la señora Cassandra Grant. - explica él demandando.- Pero, señor. - trata de rechistar la empleada que baja el rostro al encontrarse con la mirada autoritaria del señor Miller.- No lo repetiré dos veces. - finaliza la oración.- Si, señor. - contesta saliendo del lugar y dejándole solo.Patrick empieza a ponerse al día con los pendientes tratando de avanzar lo más posible en el trabajo para poder salir a comprar los insumos que le había solicitado la enfermera de Erika.Pero él no tenía mucha cabeza para ello y
Patrick conduce en silencio mientras las palabras de la enfermera retumban en su cabeza. ¿Qué habría querido decir con ello?- Te noto muy callada, ¿está todo bien? - pregunta Patrick.- Sí, sólo estoy algo cansada, anoche no pude dormir bien. - miente Ana- Los largos turnos no son fáciles y menos si el paciente tiene el carácter de Erika. - bromea Patrick.- Estoy acostumbrada a lidiar con ello. - se encoge de hombros la enfermera.Llegan a la farmacia dejando el ambiente tenso de un lado, mientras Ana explica con puntos y señales cada insumo y medicamento.Patrick se mantiene a su lado tratando de poner atención para pronto pasar su tarjeta para pagar.Luego de ello, vuelven nuevamente al vehículo.- Agradezco el hecho de que me acompañases, sin duda, fuese sido un desastre si vengo solo. - dice Patrick pasándose la mano por el cabello.En los ojos de Patrick se podía leer el cansancio y el peso de dos mujeres en su vida.- No es nada, señor, como le dije es parte de mi trabajo. -
Patrick iniciaba a cuestionar todo lo que tenía alrededor. ¿Acaso todo era simple coincidencias o estaban allí por otros motivos?Pronto Patrick salió de sus pensamientos al ver entrar a Eleanor Grant con preocupación en su rostro.- Tenemos que hablar. - dice ella directamente. Patrick guarda silencio mientras la señorita Grant toma una gran bocanada de aire antes de hablar. - No puedes ir agarrándote a golpes con los empleados por simples habladurías.- Lo que no podía permitir era que siguieran destrozando a la CEO de la empresa como se les diera la gana. - contraataca Patrick.- No podemos dar la fachada de unos primitivos resolviendo todo a golpes, no es la solución más viable y menos cuando estamos bajo los focos del ojo público y la prensa. - vuelve a decir Eleanor.- Pues no me importa, ese imbécil recibió lo que merecía. - contestó Patrick acomodándose en su asiento. - ¿Tienes ideas de las cosas que estaban diciendo sobre ti?La señorita Grant suspira, comprendiendo la situac
Patrick llega a la hacienda desajustándose la corbata luego de salir de la oficina de Eleanor Grant. Tenía la mente y el corazón en un dilema, era difícil aceptar el volverse a alejar de la mujer que ama luego de haber compartido tanto juntos.Al entrar en la habitación Erika lo mira con una sonrisa caída, a pesar de las molestia que sentía sabía bien que no podía perder los estribos con él o perdería la partida y de ninguna manera volvería nuevamente al punto inicial de su relación.- Hola, cariño. ¿Cómo te fue en la oficina el día de hoy? La enfermera Ana se sorprendió al notar el cambio tan abrupto de su paciente Erika, quien hasta hace unas horas atrás no hacía más que maldecir el nombre de Eleanor Grant una y mil veces.Patrick suspira antes de responder a Erika.- Fue un día largo y complicado, pero todo está en orden.- Puedes desahogarte conmigo, además estoy siempre aburrida acá extrañándote. - contesta ella acariciando su mandíbula.- Solo estamos preparando un evento benéf