Nicole arrugó las cejas y miró a Eric.

Eric se puso delante de ella con una frialdad agresiva.

“¿Te vas a un hotel?”.

Su voz era baja y ronca.

Él parecía estar tratando desesperadamente reprimir sus emociones.

Eric no quería que ella viera el lado no tan bueno de sí mismo que era su verdadero yo.

Sin embargo, no podía controlarlo. Cuando vio esa cara que se parecía tanto a la de él, tan cerca de Nicole, los celos en su corazón surgieron y se extendieron incontroladamente. Sentía como si alguien le hubiera arrancado el corazón, haciendo que el dolor fuera insoportable.

Nicole seguramente estaba consciente de lo que ese farsante de mala calidad estaba haciendo, pero ella aún así permitía su existencia, y los dos eran incluso tan íntimos.

‘¡¿Ella ignoró el camarón cuidadosamente pelado que le di, y sin embargo pudo aceptar las ofrendas de este simple cualquiera?!’, pensó Eric.

Él se quedó mirando sus delicadas facciones, sus ojos claros y fríos. Le costaba respirar.

Nicole no re