A medida que Yvette y Sean pasaban más y más tiempo juntos, Yvette podía sentir que Sean se estaba cansando de lidiar con sus sentimientos mutuos.

Si no fuera por la decepción que se había estado acumulando con el tiempo, Yvette no se habría ido de forma decisiva por la repentina aparición de una chica.

Yvette sabía que había llegado el momento de tomar caminos separados.

No casarse por impulso era lo más sabio que había hecho.

Hoy, se alegraba de que esa decisión le dejara una salida.

Yvette levantó la vista y miró a Sean sin inmutarse.

“Sean, no soy impulsiva. Durante el tiempo que pasamos juntos, también pudiste sentir que ya no éramos como al principio. En lugar de dejar que nuestros sentimientos se desvanezcan con el tiempo, es mejor terminar ahora”.

Sean preguntó: “¿Así que eso es lo que sientes?”.

"Sí”. Yvette frunció los labios. “¿Tú no? Aunque estás divorciado, sigues siendo muy cercano a tu exesposa. No puedes dejar de lado el apoyo que te da su familia, y sigues trat