La impresión que Lance dejó en Yvette fue que era maduro, estable, meticuloso y tranquilo al lidiar con el mundo. Él tenía un alma que era indiferente a todo.

Eso fue lo que ella pensó.

Sin embargo, ¿era cierto?

Yvette lo miró de reojo, repentinamente se sintió abrumada por curiosidad por el hombre que tenía delante.

Su exnovia había tomado su dinero y desaparecido, pero a él no le importó lo más mínimo, como si esa no fuera su novia.

Lance no se enojó, decepcionó ni se volvió loco. A él ni siquiera le importaba.

¿Por qué?

En ese caso, ¿qué realmente le importaba?

Yvette quería preguntar, pero sentía que con su relación actual, era imposible.

Ellos no eran una pareja con profundos sentimientos el uno por el otro. Eran simplemente marido y mujer en una alianza matrimonial que necesitaban cultivar sus sentimientos.

Cuando Lance escuchó sus palabras, lentamente volteó su cabeza. Sus ojos eran oscuros como la tinta, resplandeciendo con algún sentimiento desconocido.

Yvette sacud