Eryx DeCostello

New York

No me había parecido en un comienzo la fiesta que iba a organizar mi hermana para la revelación del sexo de mis hijos, pero al ver que a mi esposa no le disgustaba ya no dije nada más, y esta vez, para mi madre iba a ser doble deseo cumplido, algo de lo que estarían todo de acuerdo, ahora si íbamos a vestir a nuestros dos bebés con la ropa que había dejado Charlie, que había usado en tonos azules y amarillo.

Había llegado el día y nuestra princesa ya estaba enterada de que su mami y yo íbamos a tener muy pronto a sus hermanitos en casa y que los íbamos a querer a los tres, para que ella empezara a saber que nosotros no la íbamos a dejar de lado, para que no sintiera celos de sus hermanos, siempre estaba tocando la pancita de Ava y decía que eran sus hermanitos.

–Ya estoy lista para que nos vayamos mi amor, abajo ya nos debe estar esperando Cassie, con las niñas, así que no nos demoremos más de la cuenta.

Ary, lo había preparado todo para que fuera en su casa,