Capítulo sesenta y nueve. Mía para siempre.—Te quiero —me dice y asiento, lo sé —. Aunque pienses que no puedo hacerlo si sigo empeñado en acabar del todo con ellos, yo te quiero.—Y como yo también te quiero a ti tengo que sacarte de esto. Dime que vendrás conmigo si decido irme.Estamos los dos desnudos en la cama, hablando. Simplemente hablando de nosotros y las posibilidades que tenemos si sigue empeñado en no dejar la venganza en off.—¡Ven aquí!Me toma de las manos para que me de la vuelta y me acomode sobre sus piernas, uno desnudo sobre el otro. Más juntos que nunca. Más únicos y unidos de lo que alguna vez pensé tener con él que, por otro lado, es prácticamente mi amor y mi desamor a la vez. Está demostrando que puede confundirme hasta este nivel.—Me gusta como hueles —le abrazo fuerte. Me encanta hacerlo.—Quiero que me escuches —acerca nuestros rostros para bajar sus manos a hacerme cosquillas con sus dedos en mi cintura —. Las cosas malas no se olvidan, nunca. De ellas
Capítulo setenta. Aunque te cases con él tu vida será mía.He salido a tomar aire. A aclarar mi mente y pensar en todo y en nada.Los minutos a su lado son eternos y me encanta estar con él, esta nueva etapa de mi vida es beligerante pero la adoro, me hace sentir viva otra vez. N una en todo. Hace mucho no sentía esta constante adrenalina.Cuando siento su abrazo, sonrió feliz de entender que al menos hay una persona en mi vida que me quiere, sin segundas intenciones. Cambiaría tantas cosas pero nunca a él. Me puedo imaginar mi vida de mil maneras pero n ninguna de ellas me falta Maxen. No podría sobrevivir sin él y aunque me planteo una estrategia para salvarlo, en el fondo de mi sé que nunca le dejaría, no podría seguir viviendo si lo hiciera.—Tu ganas —me besa en la espalda desnuda mientras miro al vacío, por la terraza —. Dejaré todo esto atrás pero no puedo irme sin más. Tenemos que estar tiempo aquí mientras arreglamos las ventas de las empresas y reubicamos al personal. ¿Te
Capítulo setenta y uno. Da miedo tanta calma."Narra Chloe"Estamos en el sofá mirándonos a los ojos sin pronunciar palabra alguna. Pero a pesar de eso la felicidad en nuestra expresión podía ser incluso palpable. Era difícil de no tocarla con nuestras propias almas. Por fin me había divorciado de Sergi, por fin estaba mi padre enterrado. Finalmente todos los cargos que pesaban sobre mi se habían ido y por fin era la única tutora legal de Albert. Ya mi hijo era solo mío y ya estaba lista para ser la esposa de Maxen, la madre de sus hijos y la mujer más feliz del mundo.—¡Da miedo, ¿eh?! —asiento y me toma la mano que estiro para él —. Ser feliz da miedo cuando has sido tan miserable en tu vida. Cuando te ha costado mucho llegar a ser pleno, da miedo la represalias del destino.—No sé qué decir —murmuro entrelazando mis dedos en los suyos —. Me siento tan radiante, tan alegre, tan viva que no se me ocurren palabras que describan lo que siento con honestidad. —Entiendo perfectamente lo
Capítulo setenta y dos. No voy a quedarme aquí."Narra Chloe"—Cariño aquí no hay nadie —me explica Max vamos si yo no estuviera mirando los mismo que él, pero antes lo hubo y sé muy bien quien estaba ahí, acechándonos —. Ha sido tu mente que te juega una mala pasada, estás nerviosa por su amenaza y es todo.Me encantaría poder pensar como él y que efectivamente eso fuera todo pero estoy segura de que no es el caso, eso no es todo porque Sergi me hizo una promesa y lo único que tiene de valor en su vida, es que cumple siempre sus promesas... incluso las crueles.–No lo sé Maxen, lo ví, sé que lo ví —insisto dudosa.—No hay nadie amor —me abraza por la espalda y dejo que mi cuerpo descanse en el suyo aunque mi mente sigue atacada —, no te preocupes que él no puede hacerte daño ya. Ya no tienes que ver con él, no hay nada en tu contra y si se acerca a nosotros con llamar a la policía tenemos, hay una orden de alejamiento de ti —me recuerda —. Tranquila.–De acuerdo, lo intentaré...Y
Capítulo setenta y tres. La lujuria está en el aire."Narra Chloe*Nos subimos al avión privado que Maxen ha rentado y suspiro de alivio al dejar atrás tanta historia dolorosa.Nunca antes he estado en uno de estos y todo me resulta novedoso. El maldito de Sergi ha salido de mi mente y siento que al menos estoy teniendo un respiro.—¡¿Aquí voy yo, mamá?! —señala Albert el primer asiento de los cuatro.—¡Sí, tesoro. Ahí vas tú! —señalo —. Enseguida te pongo el cinturón de seguridad. ¡Siéntate!—Deja que yo lo haga, cariño.Max se acerca al niño y le dejo hacer. Me encanta verlos juntos y la forma cómplice que tienen de llevarse. Creo que para el crío ha sido todo un descubrimiento sentir por primera vez lo que sería tener un padre amoroso y aunque ninguno de los dos somos sus padres biológicos, su necesidad afectiva es tan grande en ambos sentidos que responde muy bien a nuestra compañía y atención.Pronto siento risas y me doy la vuelta para ver como juegan a que Maxen le haga cosquil
Capítulo setenta y cuatro. El gran amor de Maxen.Nadie puede decir que Maxen no cumple sus promesas. Hemos estado investigando el cuerpo del otro por todo el ascensor hasta provocar que la seguridad del edificio nos contactara por audio. En este momento doy las gracias porque no tenga cámaras aquí dentro.—Arreglame la corbata, cariño —me pide serio.—Debería ahorcarte con ella —me pongo a ello —. ¿Cómo se te ocurre hacerme esto? Menos mal que no hay cámaras aquí.—¿Quién dijo que no había cámaras? —se me abre la boca al tiempo que se pone en marcha el ascensor hacia arriba.—¿Nos ha visto gente follando...?Dios, me moriré de la vergüenza cada vez que me cruce a la gente de seguridad de este sitio.Jodido Max. —No sé como puedes pensar que dejaría que te viera en tu esplendor alguien más además de mi —luce enfadado.—¿Entonces...?El reloj de los pisos indica que vamos a llegar al nuestro pronto y nos ponemos frente a la puerta serios y profesionales como si no estuviéramos discuti
Capítulo setenta y cinco. Alguien que quiere verte."Narra Chloe"La conversación con Jackie me sorprendió al final porque verla rubia, lo opuesto a su hermana en todo, incluido el carácter y saber que es importante —o ha sido—, para Maxen en su pasado cuando yo no había estado fue raro. Incluso doloroso pero al final de todo me alegro de saber que si en mi ausencia no pudo conquistarlo ahora, conmigo aquí y casada con él no creo que lo pueda conseguir. Y aunque sé que estos pensamientos me hacen sentir un poco de inseguridad y cierta inmadurez, no he podido evitar sentirme así con respecto a este tema.Creo que las dos nos damos cuenta de que algo se torció en el momento que estábamos compartiendo y de ambos lados superamos el tema para pasar a otro. —¿Te sigo enseñando las instalaciones? Puedo presentarte a todos —me informa y asiento poniendo una sonrisa en mi boca.Se ve que es la hermana divertida, la empática, la que hace amigos por donde vaya. Es como dije, el lado contrario d
Capítulo setenta y seis. Podríamos jugar con ella."Narra Maxen"No sé lo que me pasa que no me puedo separar de ella. Estoy desarrollando una adicción, algo extraño. Es como si no pudiera dormir ni vivir sin tenerla en mi campo visualEstoy demente del todo.Es como un impulso intrínseco de estar con ella todo el tiempo. Siento pánico de perderte todo el rato y empieza a ser absurdo mi forma de reaccionar. Tengo hasta miedo de decírselo y asustarla. Es muy bonito encontrar alguien con quien compartir el resto de tu vida y tengo miedo de estropearlo. No sé en qué demonios me ha convertido el matrimonio pero soy un puto loco.Y con Albert lo mismo, el crío se ha vuelto imperativo en mi vida, no dejo d pensar qué seria de mi si ellos no están y es una locura.La mañana llega y me despierto a su lado siendo el tío más feliz del mundo, no me doy ni cuenta porque sigo en los brazos de ella de lo que había sido ates de esto. No puedo dejar de pensar en lo que me hace sentir.He vuelto o a s