Fue muy tarde para cuando el Conde Heliar llegó.¡El carruaje de carga había sido asaltado! —¡VAYAN TRAS ELLOS! —gritó exigente el Conde. Hombres a caballo que parecían ser delicuentes de algún grupo de pueblo o mercenarios contratados, llevaban al rehén que con tanto esfuerzo el Conde obtuvo y ocultó hasta del mismo Rey Maitano. "¡¿Qué se supone que haga ahora?!""¡Jamás esperé un ataque en medio camino hacia la tierra de Heliar!" Pensó el Conde frustrado. —Volvamos a la capital, mi Lord —sugirió su caballero fiel, Zeth—. Es algo que ya escapó de sus manos, el Rey tiene que saberlo. ••••••••••Cuatro días más tarde. En la capital Maitana. Yurina Beforth recibió un paquete de parte de su amiga, Caroline Forsten, que ya había partido junto a su padre de regreso al norte de Maita. La tercera esposa del Rey Maitano, veía la caja de madera, un tamaño mediano, una decoración femenina de patrones de estrellas y rosas, bastante agradable a la vista. En el interior, varios frascos d
••••••••••Esa tarde en la oficina del Rey Maitano:—¡DEBISTE HABERME DICHO! —alzó la voz Landel furioso, al Conde Heliar. —¡Lo sé!, sé que actúe impulsivo, pero todo fue pensando en el bienestar de Maita y- —¡Soy el Rey, m*ldita sea!, ¡¿crees que soy una decoración?!, ¡es mi trabajo velar por toda Maita!—Landel, sé que estuve mal pero- —¡¿Qué me importa ahora tu arrepentimiento?!, se te aplicarán las sanciones por ley correspondientes. —¿Qué?, ¿me vas a suspender de mi puesto militar?, ¡no puedes!, realmente me esforcé en-—Las leyes se hicieron para algo, Alfred, puede que seas mi amigo, pero no puedo pasar por alto que escondiste información de ese tipo. Ahora hay un príncipe Romiano fugitivo que perfectamente podría iniciar una guerra interna en Maita, cuando estamos en una situación tensa tanto al norte como al este del Reino. Alfred Heliar exhaló, él que estaba sentado en una elegante silla acolchada frente al escritorio de ese Rey en su oficina, tenía una expresión de pre
****************••••••••••***************>>> Landel Lamparth:Iba a rechazarla…No tenía tiempo cómo para desperdiciarlo, estaba muy ocupado con tanto trabajo pendiente y no me había estado sintiendo muy bien ese día.¿Por qué la busqué? Quizá… ¿Preocupación? —Está bien. Accedí a ir con ella, tenía curiosidad del lugar al que Yuri quería ir. …..Solo unos minutos después, ella caminaba montaña arriba entre ese bosque y me detuve antes de avanzar. Mis guardianes que caminaban tras de mí, sugirieron que no avance más. —¿Puedo preguntarle qué es lo que está tramando, su alteza, tercera concubina Beforth? —preguntó mi guardián principal, Dominic, a Yuri. —¡¿Cómo puede preguntarme qué estoy tramando al llevarme a MI MARIDO?! —preguntó ella acercándose a mí y tomando de mi brazo derecho. —Estamos casados, nos amamos mucho y no nos hemos visto en una semana, así que quédense aquí, si los necesitamos para eso tengo el estúpido silbato —pude ver cómo Yuri les dedicó una mirada amenaza
***************••••••••••**************>>> Yurina Beforth:¡No más disculpas!¡No más lástima! Necesitaba saber qué sentía por mí…Estaba segura que sea lo que sea que dijera, no haría que mis pensamientos o sentimientos cambien al respecto. No iba a causar que deje de ayudarle, que siga siendo su médico. Era un deseo que nacía en mi corazón ayudar a ese Maitano sin importar nada. …..En ese momento en el que nuestras miradas se encontraron, sentí que me volvería a rechazar… Bueno ya estaba lista para algo así. —No es que no sienta nada por ti, Yuri, es solo… En mi situación actual- —¡Que no te importe tu situación actual! —exclamé interrumpiendo a Landel—, ¡ese es uno de tus problemas!, ¿por qué tienes que ser tan analista?, ¿por qué simplemente no cierras los ojos y te lanzas?, ¡hacer lo que más quieres!, ¡lo que dicta realmente tu corazón y así- Él me silenció…Sus labios sobre los míos… Interrumpiendo mis palabras con un beso. Me tomó por sorpresa, aunque estaba molesta
***************••••••••••***************—Yuri… La verdad, para mí eres hermosa, inteligente y misteriosa, quizá es por eso que pienso en ti a menudo —confesó el joven Rey Maitano. —¿Piensas en mí…? — preguntó Yurina sorprendida, mientras miraba a ese hombre arriba de ella. Landel asintió, acercando su rostro al oído de Yurina. —En ti, lo mucho que me impresiona verte cuando trabajas en tu laboratorio, lo abierta que eres con tus emociones y el descaro en tus palabras… —Eso… Suena como si me amaras~ —sonrió Yurina con su rostro ruborizado, sintiendo de cerca el calor y la respiración de su esposo…Ese que se casó con ella por un contrato de dar y recibir… Pero se había vuelto su amor en tan poco tiempo. —¿Amor?, quizá lo sea… No tengo idea… Nunca antes me he enamorado, pero tampoco, he querido saber y estar tanto tiempo con una persona… Hasta ahora. Los ojos dorados del Rey volvieron a ver a esa mujer semi desnuda que tenía bajo su cuerpo. Yurina que se sentía nerviosa, sintió
••••••••••Al día siguiente. 3: 30 pm. Landel se encontraba en su oficina Real, terminando de revisar los informes rutinarios. A su lado, el archivo completo de los acontecimientos que vivió el Conde Heliar en el Este de Maita. —Su majestad, ya envié las cartas a sus padres —informó la asistente del Rey, Emilia Ferliall. —Está bien, puedes irte. En el momento que la mujer se marchó, ingresó el mensajero del Rey. —¡Su alteza, acaba de llegar el informe!, la invitación enviada a Bushlak, cruzó la frontera sin problemas. Aún se espera noticias de la carta al Rey de Gorian —informaba el hombre rubio. —Bien, puedes retirarte. Una vez Landel quedó solo con su secretario. —¿Cuando tendré tiempo libre? Grayson Haxén, secretario del Rey Maitano, se sorprendió por esa pregunta. Landel no era un Rey que buscara libertad de sus obligaciones. Todo lo contrario, casi siempre se estaba exigiendo de más. —Disculpe mi atrevimiento, su majestad, ¿pero se encuentra usted bien?—Sí. Respond
••••••••••En el castillo de las concubinas. —¿Estás segura que saldrá bien? —preguntó Juliana a Karla, esa mañana. —Sí, te dije que podíamos buscar comprometer al caballero de la tercera concubina, un buen chantaje para que esté a nuestro favor y deshacernos de esa fea extranjera~ —reía Karla Gerkan maliciosamente. La mujer de cabello largo oscuro, sacó de una bolsa elegante, un pequeño frasco con un líquido rosa pálido. —¿Aún tenías más? —preguntó Juliana—, creí que lo que me diste la noche de la cena de la nobleza era todo. —Claro que tenía más. Solo te dí la mitad, y aún así lo has desperdiciado. —¡No lo desperdicie!, ¡agregué el afrodisíaco en el vino de Landel y esa tonta mujer tiró la copa!, no sé cómo se infiltró pero probablemente el futuro Vizconde la ayudó. —¡Ash!, ¡eso ya es pasado!, ahora… Ella tendrá un día apasionado con su propio caballero~ jaja no podrán salir del castillo de las concubinas y los atraparemos en el acto~ haremos que nada pasó, esa tonta confia
—¡¡SU ALTEZA!!Se escuchó la voz alterada de Dimitri que recién llegaba corriendo con una pequeña caja de madera en sus manos del encargo pedido por la tercera concubina. El Conde Heliar escuchó el ruido de varios pasos y volvió a ver a la entrada de esa sala. El hombre pelirrojo se detuvo bajo el marco de la puerta y atrás de él, el Rey Maitano. Yurina dirigió su mirada esmeralda a Landel. Cuando el Rey vió a su tercera esposa en el piso, con su rostro rojo, su respiración agitada y las lágrimas cayendo por sus mejillas y al lado, al Conde Heliar. Hizo a un lado a Dimitri Arlik y en cuestión de segundos desenvainó su espada. —¡¿QUÉ LE HICISTE?! —gritó Landel lanzándose sin pensarlo sobre Alfred Heliar que cayó al piso golpeando su cabeza. —¡¡AGH!! —hizo el Conde un gesto de dolor. La espada del Rey Maitano se dirigió al cuello del hombre castaño que se quedó "congelado" de la impresión. —¡¡¡SU MAJESTAD, NOOO!!! —gritó Dimitri Arlik quien de inmediato agarró el brazo derech