Clara Beaumont La cara de confundido de Maxwell no tiene precio. Por supuesto que no recordará nada, me aseguré de conseguir un medicamento para drogarlo que también afectase su memoria. Sonrío con fingida ingenuidad, mientras repaso en mi mente lo que hice. No sé si Katie estaría orgullosa de mí. Mi mejor amiga fue la que me enseñó ciertas tácticas de… conseguir lo que quiero a toda costa. Admito que lo más difícil fue colarme en su cuarto y desbloquear su celular para conseguir el número de la niñata esa. No me gusta reconocerlo, pero la chica es guapa; algo que seguramente fue lo que le atrajo a Maxwell. Tiene un cuerpo decente, pero eso es todo. Gracias a los empleados de esta casa y al mismo Maxwell, sé que la chica era su asistente antes de casarse con él en secreto. ¿Qué podría tener ella para que él le propusiese matrimonio? Es claro que no puede ofrecerle nada más que sex0, y eso suponiendo que lo haga bien. Es hija de una inmigrante y un americano y por lo que sé, está s
¿Cómo pude ser tan ingenua? ¿Por qué creí que él vendría?Ahora me siento como una estúpida mientras regreso en autobús desde ese lujoso hotel. Kendra me mataría si supiese que terminé yendo a reunirme con él.Llego a casa arrastrando los pies. El día había empezado bien, pero terminó destruyéndome por completo, otra vez.—Han, ¿cómo te fue? —pregunta mi amiga al verme llegar.—Creo que bien, dijeron que me llamarían.—¡Oh! ¡Genial! ¿Y te aceptaron con el embarazo?Su pregunta me deja petrificada. Eso es algo que no mencioné. Y no porque no quisiera, es que lo olvidé.—Mmm, pues, no les dije eso.Kendra hace un gesto de duda que me pone nerviosa.—Debiste mencionarlo, las empresas no son muy amigables con las mujeres embarazadas. Qué raro que no te lo preguntasen.—De verdad lo olvidé. Si me llaman les avisaré enseguida, pero espero que eso no sea un problema.Luego de eso, Kendra y yo preparamos la cena y terminamos viendo algunas películas de terror. No deseo ver nada que tenga que
CAPÍTULO 19: NO TE CREO NADAVer sus ojos desorbitados y su reacción anonadada me pone muy nerviosa. No sé cómo va a reaccionar. Tal vez me excedí al golpearlo, pero tenía tanta furia contenida en mi interior que no he podido ser capaz de controlarme.Cuando lo miro lo único que se me viene a la mente son esas imágenes asquerosas de él acostado con su cuñada. Solo de pensarlo vuelvo a sentir náuseas en mi estómago.—¿Acabas… de golpearme? ¡¿Qué te pasa Hannah?! —exclama dando un paso hacia mí. Instintivamente retrocedo creyendo que tal vez él también se atreverá a levantar la mano contra mí, pero no lo hace.—Ya te dije lo que me pasa, no quiero hablar contigo, no quiero que te acerques a mí.—Hannah, estás exagerando demasiado las cosas. Ya te expliqué que ella es la hermana de Celeste y ese hijo no es mío. ¿Puedes por favor calmarte y escucharme?—¿Qué tan tonta crees que soy? ¿Qué me vas a decir ahora? Ya lo sé todo Maxwell, sé que te revuelcas con ella, eres un… —aprieto los puño
CAPÍTULO 20: SE DERRUMBAN MIS ESPERANZASCamino arrastrando los pies por las calles de Miami, me siento como un fantasma, ignorada por todos, pero en especial, me siento como un lastre. Toda mi vida se ha derrumbado en un segundo y ni siquiera sé bien cómo llegué a este punto de mi vida en que ya nada tiene sentido.Sin darme cuenta, he andado varios kilómetros hasta una hermosa playa. Las aguas azules y cálidas golpean contra la arena mientras las personas se bañan y los niños juegan a hacer castillos en la arena.¿Cómo es que todo puede acabar así? Estoy sola, desempleada y seré una madre soltera dentro de unos meses. Los pies empiezan a palpitarme por el cansancio, así que acabo sentándome en una banqueta que está bajo la sombra de una palmera y entierro mi cara entre mis manos dejando salir un suspiro frustrado.La realidad es que nadie me va a dar trabajo mientras esté embarazada y después de que nazca el bebé… no sé qué voy a hacer.—¿Hannah? ¿Eres tú?Alzo la cabeza con sorpre
CAPÍTULO 21: TÚ ME PERTENECESMaxwellHannah estaba muy equivocada si pensaba que iba a dejar pasar las cosas, así como así, sin siquiera darme el chance de explicarme. Debo reconocer que fue astuta, usó a los gemelos de la misma forma que yo. Ella para evitar hablar y yo para acercarme.Pero si alguien pone punto final en esta conversación seré yo. Darme una bofetada… eso sí que fue el epítome de lo absurdo. Se pasó de la raya y ahora no solo estoy dispuesto a hacer lo que sea para traerla de vuelta, sino que también estoy muy furioso.Es por ese motivo que ahora mismo estoy en la oficina hablando con un investigador privado. No sé dónde está, pero no será difícil encontrarla en una ciudad tan reducida como Miami. —Bien, apenas sepa dónde está, me lo envía por mensaje.—Por supuesto, señor Kingsley —me responde el hombre. Firmo el cheque del adelanto y se lo entrego, el hombre se retira y justo en ese momento veo a Clara colándose por la puerta abierta.—¿Qué haces aquí? Alguien po
CAPÍTULO 22: LLAMADA PREMONITORIASus palabras son desafiantes, pero, a pesar de que quiere hacerme creer que le importo, sé que no es así. Ya me di cuenta de que Maxwell solo es capaz de amarse a sí mismo y lo único que quiere es tenerme a su lado como un trofeo más.Me sacudo de su agarre y lo empujo lejos de mí. Su cercanía es una debilidad que no me puedo permitir.—Si así fuera, eres más hipócrita de lo que imaginaba. Déjame en paz Maxwell, lo que haga con mi vida ya no te compete.Me alejo de él, pero no se detiene. Comienza a gritar mi nombre a todas voces en plena calle, enseguida los ojos curiosos se fijan en mí haciéndome morir de la vergüenza. Salgo corriendo y tomo un taxi que me lleve a la casa de Kendra.Ni siquiera tuve tiempo de confrontarlo para saber cómo me había encontrado allí, pero es que es imposible hablar con él sin acabar en una discusión sin sentido.Recuerdo cuando mi vida era totalmente diferente. Los primeros meses de matrimonio llegué a creer que él de v
CAPÍTULO 23: ¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA QUE TE ALEJES?Clara BeaumontManipular a la insignificante nana de los niños fue cosa fácil. Hacer que llamase a Hannah y le inventara la mentira de que los pequeños querían verla también fue demasiado sencillo. La mujer me tiene miedo y por no perder su trabajo es capaz de traicionar a su querida señora.Me doy cuenta de la forma en la que habla de ella, incluso de sus patéticos intentos por defenderla. Por eso es más satisfactorio ver la cara de Hannah cuando me ve a mí en lugar de a la nana y los niños.Sé que Maxwell está como un loco buscándola, aunque no sé por qué si es obvio que no siente nada por ella. Pero, sea como sea, necesito sacarla del camino.—¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí? —me cuestiona con el ceño fruncido.—Quería hablar contigo, y esta era la única forma de conseguirlo.—Yo no tengo nada que hablar contigo —responde de manera cortante y da media vuelta con la intención de irse. De inmediato rodeo el banco y la detengo ponién
CAPÍTULO 24: ERES UNA HIPÓCRITAMaxwellLe he dado a Hannah su espacio, pero ya no más. Dejarme la carta de divorcio aquel día sobre el auto fue una osadía de su parte, pero ¿volverla a enviar con ese abogaducho de cuarta? Eso sí que es pasarse de la raya.—Señor Kingsley, por favor, colabore y firme el acuerdo de divorcio de una vez, así se evita una demanda mayor. Podría perder mucho.La cara de fanfarrón de este sujeto me saca de mis casillas. Me levanto de la silla empujando ligeramente el escritorio con las manos apretadas y mi cara enrojecida. Juro que estoy a dos segundos de golpear a este tipo.Trato de hacer todo el uso del poco autocontrol que tengo para no matarlo en este instante. ¿Venir a mi oficina en pleno día y hacerme este espectáculo? ¿Quién demonios se cree? Hannah dijo que había trabajado para mí, pero yo ni siquiera lo recuerdo.—¿Me estás amenazando, hijo de put4? ¡Retírate de mi oficina antes de que se me acabe la última gota de paciencia que me queda —advierto d