Hendrik abandonó la casa de su tío después de saber mucho sobre su madre biológica.

Su pecho estaba lleno de una furia ardiente, tenía que calmar esa furia, de lo contrario sufriría de depresión pensando en su vida, que le fue arrebatada a su madre biológica.

Y pensando en sus dos padres, que habían muerto a manos de una mujer malvada, a la que durante todo este tiempo había considerado su madre biológica.

Jane, con atención, tomó la mano de Hendrik durante todo el viaje de regreso a casa, para que Hendrik se sintiera un poco tranquilo.

Ella sabía que su marido estaba muy deprimido por la trágica historia de vida de su madre, y lo más doloroso, cómo su suegra había muerto.

Al llegar a la mansión, fueron directamente al patio trasero.

Se dirigieron a un pabellón y entraron por la parte de atrás, luego bajaron a la bodega.

La bodega estaba iluminada con varias luces que iluminaban el almacén. Y parecía haber cuatro guardaespaldas de Hendrik custodiando a una mujer.

Antes de que Hendrik