Pasó junto a Noelia que estaba a solo unos metros del despacho de su esposo.—Espera, Robert.—miró las cosas que él tenía en sus manos cuando Robert se detuvo. Tuvo que acercarse a él, porque Robert no retrocedió hasta donde estaba ella.—¿Cuánto tiempo tenemos sin verte?—su voz dulce mostraba toda su falsedad, además del tono tan bajo que mantenía para no ser escuchada por su esposo. Noelia era de una buena familia y conoció a Cedric mientras este impartía unas clases en la universidad, gracias a un trabajo de medio tiempo que tenía, al mismo tiempo que estaba por graduarse, ella apenas entraba a la universidad. Y enamorarse de aquel hombre fue tan normal como respirar, porque Cedric era muy atractivo, inteligente, atento, aunque con algunos secretos, recio a abrirse con alguien más, y prácticamente solo confiaba en su madre, ni siquiera mantenía un estrecho contacto con el señor Graham, su padre, dado que aquel divorcio entre él y su madre ocurrió cuando él era muy joven y su padre d
Casualmente coincidieron.Estaban los dos en el salón de la casa de Robert mientras Mark se movió incómodo.Conoció a Mary Jane cuando Loren se casó con su hermano, más tarde volvió a coincidir con ella, cuando la mujer secretamente contactó con él para solicitar sus servicios y comenzar un trámite de divorcio, asesorarse sobre todo lo que eso implicaba y qué podía pasar con su hijo, mismo que luego dejó en nada por las amenazas de su padre, retractándose de todo y entonces yéndose a vivir a otro lado con su hijo, en otra casa que no compartiera con su esposo, aunque de todos modos él veía a su hijo, pero Mary Jane sentía algo de libertad al no vivir bajo el mismo techo que él.—¿Estás bien?—Le preguntó sin mirarla. A aquel hombre le gustaba locamente Mary, más ella parecía ignorarlo. O no darse cuenta de lo que él sentía hacia ella.Habían coincidido una que otras veces gracias a Loren, donde indirectamente Mark le pedía que invitara a Mary. Poco a poco fue quedando flechado por ella
Para variar, estaban borrachos, luego de la cena los dos se fueron a charlar al despacho, pero Cedric comenzó a servir un trago, tras otro, hasta que las risas comenzaron, al igual que las charlas sinceras.—¿Dónde…está la madre Connor?—preguntó, arrojado en ese sofá, retiró sus zapatos y también sus medias, girando su cuerpo en dirección a su hermano. Cedric estaba en su silla, con los pies sobre el escritorio retirándose sus zapatos también.—Me dijo Connor que aún estaba en rehabilitación, pero si mal no recuerdo…—Robert…—lo detuvo, sin dejar que su hermano continuara.—Sé que te preocupas por Connor, pero como ya te dije, las cosas aquí pueden ser un poco difíciles para él, pero es que él tampoco pone de su parte.—Eso no responde a mi pregunta.—De vez en cuando Robert no sabía cuándo o cómo callarse y la mayoría de esas ocasiones era cuando estaba ebrio o porque le interesaba mucho un tema. Como en aquel momento.—Dime…¿qué pasó con la señorita Silver?La puerta del despacho se abr
La luz del fondo estaba encendida, podía ver completamente el aspecto de Alice, su desnudez, aquella corbata debajo de sus senos o la reciente mermelada que ahora tenía en ellos.Soltó lentamente las cosas que tenía en sus manos, cerró la puerta y le dio un beso a su novia. Tomó la corbata y la desató de la espalda de ella, manteniéndola debajo de sus senos, pero atándola a su nuca, de lado atrás, levantando de manera exagerada los enormes pechos de Alice Taylor.Tomó el frasco de mermelada y lamió con un dedo lo que tomó del pezón de Alice, procedió a entrar tres dedos en aquel frasco y lo esparció por ambos pechos, no dejando ni un solo espacio sin mermelada y dejando el frasco vacío. Todo lo dejó en ella.Aquel recipiente lo dejó en el suelo, tomó a la mujer entre sus brazo y la llevó hasta la habitación, cerrando la puerta.Cuando la dejó en la cama, Robert encendió la luz de la mesa de noche comenzó a desnudarse con toda la paciencia del mundo, sin dejar de observa a Alice, quien
Sintió un peso sobre la cama y abrió los ojos, lo siguiente en sentir en su cara fue la mano de su hijo estamparse con fuerza en su mejilla y luego la risotada de Ethan como si se burlara de su soñoliento padre, a un lado lo miraba Alice, todavía en pijama, pero Ethan estaba fresco, cambiado, incluso peinado, llevaba unos lindos zapatos y tenía un juego en su mano izquierda, misma que arrojó a la cara de su padre, pero Alice lo detuvo antes de que lo hiriera.Parecía una silenciosa venganza de parte de su hijo.—¿Pretendes hacerme daño?—Le preguntó, tomándolo en sus brazos e incorporándose.—Buenos días, Alice. ¿Llevan rato aquí?—Estaba muy cansado y no los escuchó entrar.—Quiero que lleves a Ethan a dar un paseo, al parque o de compras, lo que se te ocurra. Hace días que no sale, no tiene porqué estar encerrado.—¿No puede ser más tarde?—Parecía que ella quería que salieron de inmediato y él apenas sí estaba abriendo sus ojos a aquel nuevo día. Ellos dos sí que parecían haber llevado
Estaba mentalmente agotada y necesitaba pensar, por eso le pidió a Robert que llevara a Ethan a dar un paseo, necesitaba estar sola, pensar, pensar y seguir pensando sobre su situación actual, se negaba a que todo con Robert se arruinara de ese modo, quería creer en la historia de la cuñada mala, pero habían cosas que le impedían creerle del todo, sin embargo…sabía que podía ser cierto, pero se aferraba a la duda, lo único seguro que Alice tenía en aquel momento.Habían sido cosas muy elaboradas.El labial en su ropa, lo del rasguño parecía más “casual” y Robert no parecía tener idea al inicio de lo que pasaba, mientras se arruinaba toda la noche y aquel recibimiento que Alice le daba.En parte…ese era uno de los puntos que más la hacía arder en ira.¡Arruinaron su noche! Interrumpiendo aquello.Mientras miraba hacia el techo, pensaba en su padre. Nunca se había disculpado con ella por todo lo que hizo, solo entre mentiras e intentando arreglar las cosas a su modo, pero jamás le pidió
—¡Ayuda! ¡Esta mujer está loca!—Bethany corrió hacia los policías en busca de su ayuda.—¡Me ha atacado! ¡Me ha atacado!—entre lágrimas fingidas, señaló a Alice. De todos modos los oficiales iban hacia ella, con esposa en mano.—¡Póngase de pie! ¡Ha violado el arresto domiciliario!—¡Las manos sobre la cabeza!Estaba tan asustada que no escuchaba nada, sus ojos solo iban hacia la casa, quería entrar allí otra vez, pretender que no había pasado nada y que probablemente no volvería a la cárcel. Sus manos temblaban al igual que sus piernas, parecía un animalito asustado.Logró ponerse de pie, pero sus manos no fueron detrás de su cabeza y Alice hizo caso a su primer pensamiento, corriendo en dirección a la casa.Solo llegó al jardín, aquel oficial la derribó, sujetando sus manos de manera brusca mientras las llevaba hacia su espalda, colocándole las esposas y entrándola al coche patrulla.—Tiene que venir con nosotros.—Se le dijo a Bethany Walton.—¡Desde luego! Pretendo poner la denuncia
Estaba sentado en el parque mientras Ethan se movía de un lado a otro, sujetado a la pared de aquel enorme corral para los niños, lleno de juegos y lugares en los cuales esconderse, era una completa diversión para ellos, sus piececitos eran muy veloces y más cuando él le quitó los zapatos y las medias.Lo miraba con orgullo, deseando el momento en que su hijo ya comenzara a caminar, su año estaba cerca, pero aún no lo hacía. Estaba muy atento, observando por si él soltaba sus manos y decidía hacerlo, animado por los demás niños que también ya iban dando sus pasos.¡Cuando deseaba verlo caminar! ¡O hablar!Mientras observaba despreocupado, quiso ver la hora, Alice le había pedido espacio luego de lo que pasó la noche anterior y por eso se habían ido todo el día. Miró en su muñeca, pero no se había puesto su reloj al preparase de forma tan brusca aquella mañana, buscó en su bolsillo el móvil, recordando que lo había dejado en el coche.Quizás llamar a Alice no sería tan mala idea, a ver