Todos esperaban de manera ansiosa que aquella criatura rompiera de una vez por todas la reja para comenzar la pelea, todos estaban preparados para lo que se avecinaba, algunos miembros de la manada habían llegado al lugar y ya tenían en mente que posiblemente morirían.Pero Brunilda cargaba a Katherine entre sus brazos llevándola a la sala de estar, todas las miradas se dirigieron hacia su Luna, los cuales la miraban sorprendidos porque pensaron que no estaría en el medio de la pelea. Y mucho menos sabiendo que se encontraba débil, pero entre todas las miradas habían cuatro de ellas que la miraban con preocupación.Ellos no querían que ella estuviera allí…Katherine podía sentir aquella preocupación por parte de Aarón y Noah, también de los mellizos que al solo verla allí sintieron un aumento de adrenalina correr mucho más rápido por sus cuerpos al saber que pronto entrarían al castillo. Los mellizos miraban a su madre con un sin fin de emociones que ella podía entender, pero Katherin
El cuerpo de Katherine estaba débil, y ante aquella consecuencia cayó al suelo, las visiones habían terminado, pero le habían consumido tanta energía que se había caído luego de haber tenido la última visión con Atha. En el momento en que Katherine cayó al suelo el hechizo también lo había hecho, aquella barrera carmesí casi transparente había desaparecido. La Antigs sentía que en cualquier momento caería desmayada, su frente se frunció al sentir un vacío nostálgico dentro de ella, pero también un dolor en todo su cuerpo.Noah corrió con rapidez junto con Aarón hacia Katherine, Brunilda también estaba cerca y todos estaban preocupados. Aunque los mellizos se querían acercar a su madre, las criaturas comenzaron a abrir la reja, ya estaban cerca de su cometido. — Katherine, ¿Que sientes?… — La visión de Katherine se encontraba borrosa, solo podía mirar la silueta de las tres personas que tenía al frente, pero la voz de Noah la reconfortaba. — Tienen un pentagrama azul en su cuello… De
Los mellizos gruñen con agresividad al observar a sus padres heridos, Aarón en vez de luchar a su lado se acerca al Beta para observar que tan grave era la herida que tenía en su abdomen. Eris fue la primera en actuar mordiendo sin piedad un brazo de la criatura, la cual la tomo del cuello con su otro brazo y la lanzo al otro lado de la habitación.Ares, al observar que su hermana se levantaba para pelear, este también tomo el valor y se lanzó encima de la criatura llegando a morderle la mitad de su rostro. Eris se movió con agilidad empujando por la espalda a la criatura, la cual cayó al suelo e intentaba levantarse.El mellizo al observar que Eris estaba haciendo lo imposible para que la criatura no se levantará, corrió hasta el cuello del monstruo y perforó el pentagrama azul con su mordida. La sangre brotaba por su boca, poco a poco la criatura comenzaba a desaparecer de la misma manera que la otra lo hizo. Eris dirigió su mirada hacia la entrada de la reja, pero esta se encontrab
Los ojos de Katherine leían cada palabra escrita en el libro, la habitación donde se encontraba todas sus pertenencias de magia estaban ordenadas cómo anteriormente estaban, el castillo había sido reparado por su magia, además de que algunos miembros de la manada lo reforzaron. Ella se encontraba sentada al frente de un espacioso mueble tipo isla que estaba en la habitación, el cual tenía una fila de libros que aún no habían sido abiertos. Durante todo el día, Katherine había abierto cada uno de sus libros queriendo encontrar una pista sobre el pasado de la antigua Antigs, Atha.En algunos libros se podían leer algunos nombres de sus antepasados, pero el nombre de Atha no aparecía en ninguno. Aquello le preocupaba, ya que tampoco portaba una propiedad de la antigua Antigs para saber un poco de ella. Los mellizos se encontraban justo detrás de la puerta donde daba la habitación donde estaba su madre, ambos sentían un sentimiento de ansiedad ante la decisión que Katherine había mencio
La carretera hacia la manada de Dominik casi llegaba a su fin, los altos y robustos troncos llegaban a tapar la vista del cielo al igual que las profundidades del bosque. Aarón manejaba con cuidado, mientras que a su lado se encontraba Brunilda vigilando todo a su alrededor. Ella podía sentir como alguien los estaba vigilando desde el bosque, sabía que era un Omega vigilante, pero este no les haría nada.Los mellizos se encontraban ansiosos, no dejaban de ver por la ventana esperando encontrarse con la entrada de la manada. Sabían qué características tenía Dominik, ya que Katherine se los había mostrado en sus anteriores recuerdos, pero tenerlo al frente y poder confrontarlo era otra cosa. Eris y Ares tenían un gran sentimiento amargo hacia Dominik, querían sacarle en cara todo lo que habían estado guardando por años, el sufrimiento que le causo a su madre, la humillación y el abandono.Ellos querían que su padre biológico sufriera aún más fuerte de lo que su madre lo hizo, los melliz
Conrad aún no sabía cómo actuar con lo que estaba pasando, llegó a pensar que nunca llegaría a conocer a la mujer que su padre aún no podía sacar de su mente. La mente de Conrad se encontraba en blanco, solo podía seguir observando a Katherine sorprendido. Sus ojos se habían desviado a los jóvenes que estaban cerca de ella, podía notar como tenían cierto parecido a Katherine.Pero lo que más le llamo la atención fueron sus ojos, aquellos ojos bicolores eran idénticos a los de su padre y los que él poseía. Conrad no pudo evitar sentir algo dentro de él, sentía una opresión al pensar que ellos podían ser sus hermanastros y que Dominik los quisiera más a ellos. Conrad sabía que él había sido planeado, pero no con la mujer que su padre hubiera querido, en cambio, aquellos mellizos eran idénticos a Katherine y poseían los ojos de Dominik.¿Era esto una cruel broma del destino?… Esa pregunta rondaba por la mente de Conrad, ahora él tenía miedo. Miedo de que su padre pasará más tiempo con a
Karl, aunque podía sentir el tacto de su madre encima de él junto con su dulce aroma, aún seguía creyendo que era un sueño lo que estaba presenciando. Un sueño que lo torturaba por dentro, el vacío que sentía desde hace años aún seguía allí, pero poco a poco se desvanecía al nuevamente ver a su madre. El de ojos azules tenía miedo que fuera una ilusión, tenía miedo de volver a perderla y que lo abandonaran. Se sentía débil, cómo cuando era un niño y no tenía a nadie a su alrededor. Karl abrazo con más fuerza a Katherine queriendo sentir aún más su cuerpo con el de él, necesitaba estar seguro de que ella en verdad había regresado. Katherine le había prometido algún día volver, y ahora se encontraba allí. Entre sus brazos, acariciando su cabello negro como lo hacía cuando era pequeño, la nostalgia junto con la tristeza se podían presenciar en ambos. La Antigs no podía evitar soltar lágrimas al notar lo roto que estaba su hijo y el cómo se disculpaba con ella por todo lo que había pasa
Dominik sentía como algo le quemaba su alma, era el sentimiento de impotencia. Podía verla con claridad, aún ante sus ojos seguía siendo una mujer hermosa y fuerte, pero le dolía no poder tocarla. En ese momento Katherine se había convertido en la fruta prohibida para el Alfa, habían guerreros que la protegían de él y ella no quería estar en sus brazos.Le dolía…Le dolía solo verla…El Alfa quería volver a sentir la calidez de su esposa entre sus brazos mientras olfateaba el dulce aroma que desprendía, pero lo que más le gustaba era el tacto de su piel contra la suya. La piel de Katherine era suave y podía fácilmente desplazar sus dedos por todo su cuerpo, si Dominik se dedicaba a mirarla en aquellos momentos podía hasta observar el color de sus venas.De sus labios soltó un suspiro lastimero al tener aquellos recuerdos aún en su mente, su corazón le pedía a gritos tan siquiera poder estar cerca de ella, pero Noah lo retenía. Y entre más se dedicaba a mirar a Katherine, su expresión