El grupo de guerreros leales al rey vampiro Kyllian se congregó fuera del hospital donde la reina humana Gema luchaba por su vida. La tensión en el aire era palpable mientras debatían acaloradamente sobre el delicado equilibrio entre proteger a su reina y respetar su humanidad.Los guerreros, vestidos con oscuros atuendos que se mimetizaban con la oscuridad de la noche, formaban un círculo cerrado alrededor de la entrada del hospital. La luna llena iluminaba sus rostros tensos mientras discutían con fervor sobre el destino de Gema y el papel que cada uno debía desempeñar en su protección.Entre ellos, destacaba Dante, el líder de la guardia personal de Kyllian. Su mirada intensa y su presencia imponente reflejaban la gravedad de la situación. "Hemos jurado lealtad a Kyllian, pero también hemos jurado proteger a la reina Gema", declaró Dante, buscando el consenso entre sus compañeros.Ya que al ser la compañera elegida por su Rey ya a nadie debía importarle su especie, solo reconocer
En las calles sombrías del Imperio Vampiro, un torbellino de caos se desataba mientras la noticia de la humanidad de la Reina Gema reverberaba entre las criaturas de la noche. Los disturbios se extendían como una marea oscura, desafiando la estructura milenaria del reino vampírico.¿Qué había sucedido con los discursos del Rey que pedían cero piedad para con los enemigos?Ellos habían elegido ese Héroe inquebrantable por sobre el anterior Rey Lucius¿Y ahora, era así como les pagaba?¿Imponiendoles una humana de Reina?Un grupo se sentía desorientado,traicionado, tal vez dadas las circunstancias, las batallas, los muertos de ambos bandos estos sentimientos eran "entendibles".En el centro de este pandemonio, el Rey Vampiro Kyllian, un monarca respetado y temido, había anunciado una unión sin precedentes entre humanos y vampiros. La sorprendente revelación de que la Reina Gema, símbolo de esa nueva era, era de ascendencia humana provocó una revuelta entre aquellos que se apegaban a las v
Había pasado un mes del ataque y el médico personal de Gema se encontraba en el despacho hablando con el Rey sobre una teoría que no lo dejaba dormir, y que ya se había vuelto una realidad.—¿Cómo está ella? — indagó a Kyllian quien se veía demacrado, éste tomo un poco de vino de una copa y respondió.—Fisicamente no parecen haber secuelas, pero ella... no me habla, ni si quiera me mira, es más creo que me odia— volvió a tomar la copa y bebió de un tirón.—enterarse de que perdió un bebé por culpa de mí hermano, es algo que no ha podido asimilar,además de que ante sus ojos soy el único responsable.—Dele tiempo su alteza, es normal, han pasado unos días.—Tal vez no me perdone nunca ¿No crees Fred?—¡Imposible! son compañeros, confíe en el lazo que comparten,dele tiempo y no se descuide a usted mismo si me permite el consejo.—Eres considerado Fred.—No es de lo único que vine a hablar Rey Kyllian.—Adelante...—autorizo el líder.—Hemos repasado los estudios de sangre a La reina miles
En el castillo vampírico, Helena, una intrépida guerrera, trazaba un plan arriesgado para seducir al enigmático Rey vampiro Kyllian. Con la luna llena como testigo, tejía una red de intrigas mientras se movía con gracia por los pasillos silenciosos.Mientras tanto, en el ala humana del reino, la Reina Gema enfrentaba una dolorosa realidad. El silencio pesado en su alcoba contrastaba con el tumulto emocional que la embargaba. Sus ojos, normalmente resplandecientes, ahora reflejaban la tristeza profunda causada por la pérdida de su esperanza.Helena, vestida con telas seductoras y envuelta en una energía magnética, avanzó con determinación hacia la cámara real. Su corazón latía al ritmo de la conspiración mientras se adentraba en el territorio del Rey vampiro, un ser tan misterioso como atrayente. Con sigilo, atravesó pasadizos oscuros y escaleras silenciosas, evitando cualquier indicio de su presencia.En la otra punta del reino, Gema se encontraba sola en su lecho.Había pedido otra h
En el palacio real, la tensión flotaba en el aire como una tormenta inminente. Gema, la valiente reina humana, había descubierto los intrincados hilos de la seducción tejidos por Helena, la guerrera vampira, en un intento de conquistar el corazón del rey vampiro Kyllian. Con determinación en sus ojos, Gema decidió que era hora de poner fin a esta intriga que amenazaba la estabilidad de su reino.La sala del trono resonaba con pasos firmes mientras Gema avanzaba hacia el lugar donde Helena, con su mirada desafiante, aguardaba. La reina, con la dignidad de su posición, exudaba una autoridad que desafiaría a cualquier intruso que amenazara la paz de su reino."Helena", pronunció Gema con una voz que resonó en la sala, "tu presencia y tus maquinaciones no son bienvenidas en este palacio. Tu intento de seducir al rey vampiro no pasará desapercibido".Helena, con su porte orgulloso, respondió con una sonrisa sarcástica. "Reina Gema, no tienes idea de lo que es mejor para Kyllian. ¿Cómo pue
Gema, la Reina humana, avanzó con elegancia por los pasillos del territorio humano dentro del imperio vampírico. Se detuvo ante la imponente puerta de la oficina de Sebastián Smith, líder humano en ese sombrío reino. Al golpear suavemente, la puerta se abrió, y Sebastián la recibió con una mirada ansiosa.—Bienvenida, mi Reina. Estoy honrado por tu visita —dijo Sebastián con una reverencia, sus ojos reflejando una mezcla de respeto y anhelo.Gema le devolvió una sonrisa diplomática mientras observaba la sala que ahora estaba decorada con la frialdad característica de los vampiros. A pesar de su posición como líder humano, Sebastián seguía siendo un peón en el tablero del Rey Kyllian.—Aprecio tu hospitalidad, Sebastián. Estoy aquí para conocer más sobre este territorio y fortalecer nuestras alianzas —expresó Gema, ocultando sus verdaderos motivos, escapar del ambiente sofocante del castillo.Sebastián asintió, escoltándola por los corredores sombríos mientras explicaba los detalles es
En el oscuro palacio real de Kyllian, las cocineras vampiras susurraban entre ellas mientras preparaban el festín nocturno. En la cocina, impregnada por el aroma a sangre fresca, las sombras danzaban en las paredes, revelando sus secretos solo a aquellos con oídos agudos."¿Has oído hablar de la Reina Gema?", murmuró Morgana, una de las ancianas vampiras con cabellos plateados y ojos tan penetrantes como la luz de la luna llena."Dicen que ha emergido de las sombras de su depresión", respondió Sylva, una joven vampira con el porte elegante de la nobleza. "Después de su trágico aborto, muchos pensaron que nunca recuperaría su fuerza".Las cacerolas burbujeaban con líquidos carmesíes mientras las cocineras seguían con su trabajo, pero la conversación sobre la Reina Gema flotaba en el aire como una niebla densa."Por fin se está alimentando como se debe" acotó Sylva."En los días posteriores al incidente casi no probó bocado""Dicen que ha encontrado consuelo en los jardines, entre las ros
------Dante, guerrero del Rey Kyllian y Sasha, humana ------Dante fue intrépido, tomó todo de sus labios incluso cuando ella se vió sorprendida y apretó su cintura señal de que anhelaba su cercanía como ninguna otra. PensóEscuchó un leve gemido y se pregunto cuando podría probar su sangre,si era demasiado pronto tal vez.Ella simplemente lo miró sorprendida, con esos ojos brillantes que podrían pedirle el mundo y él se empeñaria en conseguirselo.Él la observa con intensidad, sintiendo la carga de la responsabilidad que le han impuesto. "Sasha, nuestra unión no es solo casualidad. Los dioses mismos nos han destinado a ser compañeros en esta vida", dijo con ilusión el guerrero.Sasha, aún cautiva por la sorpresa de su situación, lo miró con escepticismo. "¿Compañeros destinados por los dioses? ¿A qué te refieres, Dante?""Somos guerreros, Sasha, pero también somos seres vinculados por un lazo que va más allá de la comprensión humana", dije, buscando las palabras adecuadas. "Los dio