Serena Smith

Wilson me visita todos los días, me trae flores y regalos, no disimula su interés en mí, a pesar de que me siento la sombra de lo que una vez pudo ser una mujer.

Toca la puerta y sé que es él quien está detrás—Adelante, Respondo mirando hacia la ventana, estoy harta de esta encerrada en este lugar, estoy harta de no poder moverme por mi cuenta y sobre todo de usar el pañal, no podría soportar vivir muchos años en estas condiciones.

Un enorme de ramos de flores rosadas es lo primero que veo. Para la mujer más hermosa del planeta. — Dice el e inmediatamente hago una muces.

—No puedes engañarme ya me he visto en un espejo. — Le respondo en tono de broma, no sé si un día logre ser la mujer que fui.

—Eres linda y estoy feliz de que hayas despertado. — Me dice Alonso, abrazándome en la cama es mis hijos son mi cable a tierra, por ellos solo por ellos agradezco estar viva, verlos crecer es un privilegio para mí.

—No desconfíes de la palabra de dos hombres que te aman—, Me