AlexeiEsta mañana ameneci ansioso de saber de Luna; por lo que marque el número de karla y de mi hija, pero ninguno respondía. Me había levantado exaltado pensando en Luna, pero sólo era una pesadilla. Aun así, insistí y marqué los números, pero nadie contestaba. —Debe ser que Karla y la niña ya están en la escuela— pensé. Decidí entonces marcar el número de Natalia, pero tampoco respondía. Solté un respiro y exhalé sofocado. ¿Qué estaba sucediendo? Siempre llamaba a mi hija a esta hora y siempre contestaba. Eso era lo que no entendía.Decidí llamar a mi hermano para preguntarle si podía ir a ver a la niña. Él aceptó y me dijo.—No te preocupes, Alexei. Yo te doy información. Llegaré y cualquier cosa te aviso.—Es que no confío en Natalia. Ella me amenazó ayer diciéndome que no me dejaría ver a la niña y ahora sí estoy preocupado. Tú sabes que ella es capaz de todo Christopher.—Lo sé, hermano. Lo sé. Déjame ver y yo te aviso.—Okay, está bien. Gracias. Con cuidado, ¿sí?Luego de eso
NataliaLa miré a los ojos y le dije con una voz firme.—Luna, escucha bien lo que te voy a decir. Si llegas a hablar de esto con alguien, no volverás a ver nunca más a tu padre ni a tu niñera, Karla.La niña, asustada, me miró con ojos llenos de lágrimas y respondió:—No te preocupes, mamá. No diré nada, pero por favor, no les hagas daño a ellos.Sonreí con frialdad.—¿De verdad quieres tanto a tu padre? —pregunté.—Sí, él es mi padre. Me ha dado mucho amor y cariño. ¿Por qué no me quieres, mamá? ¿Qué te he hecho yo? —Luna respondió, su voz temblando.—¿Qué me has hecho? Desde que naciste, Alexei no me prestaba atención. Nunca estuvo para mí, siempre para ti. ¿Crees que eso es bueno? ¿Cómo te voy a querer si nunca te deseé? —contesté, mi tono lleno de resentimiento.—No puedo creer que me estés diciendo eso... pero ahora ya veo la clase de madre que eres murmuró, más para sí misma que para mí.—Así es. Así que ponte bonita, porque te voy a llevar donde tu padre. Pero recuerda, estoy
Matias Mientras la penetraba, pensaba en la manera de matarla. No permitiré que le haga daño a Anashia. Primero mataré a Alexei y a ese imbécil doctor. Luego me llevaré lejos a mi pelirroja para que seamos felices. Cuando veo que está más que excitada y perdida, coloco mis manos en su cuello para ahorcarla. Natalia rápidamente abrió los ojos y se alejó, horrorizada.—¿Qué demonios te sucede? —me miró fijamente, y sonriendo, le respondí.—Estábamos jugando. ¿Por qué lo tomas a pecho?—Eso no era un juego. No me digas que planeas matarme. William, estás loco —vociferó, levantándose de la cama y poniéndose rápidamente su ropa interior.—Eres una exagerada. No iba a hacerte daño. La excitación me estaba provocando esos deseos, casi como Christian Grey, nada más.—Eres un imbécil, enfermo. Me voy antes de que hagas algo peor.—Vete, estúpida. La enferma eres tú —reí a carcajadas. Natalia salió a toda prisa de mi apartamento. Me recosté sobre la cama, pensando en lo de anoche. Al parecer,
《Sebastián》Estaba desesperado llame muchas veces a Anashia, su móvil sonó pero luego se corto la llamada y ahora marque de nuevo pero estaba en buzón, eran mas de las seis de la noche, asi que sali y la fui a buscar. Todo el día había pasado sin noticias de ella, y no contestaba mis llamadas. Me dirigí al supermercado donde solía ir hacer compras con una foto suya en la mano, y le pregunté al guardia de seguridad si la había visto. Su negativa aumentó mi preocupación. Decidí ir a la estación de policía para reportarla como desaparecida. Eran más de las diez de la noche cuando, ansioso, llamé a Alexei para informarle.—Buenas noches Alexei, disculpa la hora.—Buenas noches, como estas, y tranquilo. Sucede algo.—Pregunto con tono preocupado.—Alexei Anashia esta desaparecida, salió después de mediodía hacer compras al supermercado y estás son las horas que no llega. Su móvil está en buzón, estoy muy preocupado.—¿Cómo es posible eso? —gritó Alexei, desesperado al teléfono.—Necesito tu
Anashia.No podía creer que estaba secuestrada por William, el primo de Alexie, con que objetivo. Luego lo que me dijo de Sebastián, ¿sera eso cierto?La pequeña Luna estaba amarrada de manos y pies, llorando desesperada. Natalia, entre risas, mantenía una conversación con William, planeando quién sabe qué. Luna temía que Natalia matara a su padre y a su nana. Traté de calmarla diciéndole que no le iba a pasar nada.Sentía mis manos y pies entumecidos. Esperaba que mi hijo y mi madre estuvieran bien, incluso Alexei y Sebastián. No quería que les pasara nada. Sabía que estaban tratando de buscarnos, porque vi a Natalia molesta mientras discutía por teléfono. Veo a la nena esta temblando del miedo.—Mi papi, debe estar preocupado. No quiero que pase nada por mi culpa.—Luna, tranquila. No te preocupes. Tu papi vendrá a rescatarnos y no es tu culpa, —le dije a la niña.—Mi mamá está loca. Necesita un psiquiátrico y es capaz de todo —respondió Luna, temerosa.—Lo sé, pequeña. Pero por fa
《Alexei》¿Qué pretendían estos dos?Rápidamente le dije a uno de los oficiales que llamara a una ambulancia; no podía seguir viendo cómo Anashia estaba sangrando y había quedado desmayada. Igual Sebastián, pero él aún seguía con los ojos abiertos. Quería acercarme a ellos, pero tenía miedo de que ese loco de William disparara a mi hija, la estaba apuntando. Esto se estaba saliendo de control. —¿Crees que vas a matar a mi hija? Primero te mataré a ti, maldito—Vociferó Natalia.William empezó a reírse como un demente y comenzó a discutir con Natalia. Mientras tanto, empezamos a hacer un plan para rescatar a mi hija y encarcelar a estos dos. Le hice señas a uno de los oficiales para que se acercara detrás de Natalia; sin embargo, no imaginé que Natalia empezara a elevar el arma y apuntar a William.Natalia empezó a dispararle a William. William le disparó también, pero no alcanzó a Natalia. Sin embargo, ella siguió disparándole hasta que William cayó al suelo. En ese momento, el oficial
SebastiánMe levanté aturdido. Tenía la boca seca; creo que he dormido mucho tiempo. Mi hermana se me acercó y me besó en la frente, con lágrimas acumuladas en los ojos.—Hermano, gracias a Dios te encuentras bien. Ahora lo que tenemos que hacer es trasladarte a un buen hospital para tu cirugía y tratamiento —mencionó mientras acariciaba mis manos.—Gracias a Dios, he decidido irme a Rusia, para hacer la cirugía. No debes llorar más hermana.—Sebastián es la mejor decisión. Eres joven y Dios te dará una segunda oportunidad de eso nunca lo dudes.—Si hermana no te preocupes, se que todo saldrá bien. Ahora quiero ver a nuestros padres —pedí con dificultad.Mi hermana salió rápidamente de la habitación. Respiré hondo y dejé escapar un suspiro.—Espero que Anashia y la hija de Alexei estén bien —murmuré para mí mismo.Enseguida, mis padres entraron y, al verme, se acercaron para darme un abrazo. Me quejé por el dolor, y mi madre se disculpó rápidamente.—Gracias a Dios ya te encuentras me
《Anashia》Lamentablemente, Sebastián tenía razón. Creo que lo mejor era que se recuperara de su tumor cerebral, así que decidió irse lejos del país para sanarse. Pasaron varios días hasta que logré recuperarme. Alexei nos trajo al niño, a mi mamá y a mí a nuestra casa. Le agradecí, sin embargo, él seguía ahí, mirando con un rostro melancólico sin responder nada.—Lamento mucho que Sebastián haya decidido no realizar la boda. El es un hombre tranquilo, muy honesto y quizá pensó que nunca lo iba a amar. Lo quería, lo apreciaba, sin embargo, mi corazón aún te pertenece, Alexei...—Y yo también te amo. Eres la única mujer que he amado en mi vida y creo que lo serás hasta que deje de existir, hasta mi último aliento. Por esa razón, te pido que regresemos, que estemos juntos. Quiero que seas mi esposa, no mi amante, porque ya no tengo ninguna atadura. Me separé de Natalia hace años, estuve con ella por la niña y tú lo sabes muy bien. Ahora quiero unirme a ti de por vida. ¿Me lo permites?Ase