Había un sector de la mansión qué sin duda era el favorito de Alexia desde que es un adolescente. Dentro de la casa, había construido junto con su hermano Patrick un pequeño patio de invierno donde allí se sentaba horas y horas para leer sus libros, mientras que de fondo escuchaba aquella cascada de agua qué tanta paz le daba. Luego de que el sol cayera y la luna resplandeciente iluminará sus rostros, su madre las había llamado para cenar. Al ver aquel patio tan hermoso que conectaba con el comedor de la casa Lauren se llenó de curiosidad y preguntó que era, entonces fue allí cuando Patrick amablemente le contó la historia.Alexia la invito para que luego de cenar leyeran un libro juntas, había sido su plan desde hace horas.—¿Estás segura de que no tienes sueño? —le pregunta Alexia en su oído—No, dormí demasiado estos días, aún tengo un poco de energía ¿Te estás durmiendo ya? —Lauren levanta su mirada y mira su compañera, regalándole una sonrisa dulce.Al igual que se habían sentado
Alejandro hace una mueca, pero no dice nada, no puede cuestionarla a la chica cuando él se ha comportado mil veces más territorial con Accalia.—Lo resolveremos luego, ve a dormir tranquilo —dice el alfa palmeando el hombro de su hijo.—También tú.El chico se despide mientras ve a su hermana golpear suavemente la puerta de Lauren. De verdad desea que la chica pueda hablar tranquilamente y no que la dejen de patitas en el pasillo.Alexa abre la puerta cuando la chica la deja pasar y entonces su corazón se escoge cuando nota que tiene lágrimas en su mejilla. Está sentada sobre la cama, abrazando sus piernas mientras que muerde su labio nerviosa cuando ve a la loba.La Alfa se mueve con rapidez y en menos de una breve segundo está su lado, abrazando su cuerpo mientras besa repetidamente sus mejillas.—¿Fue la conversación que escuchaste? —le pregunta con suavidad.—Lo siento —responde con la voz quebrada—No tienes que disculparte. Permíteme, Luna. Quisiera explicar de lo que ellos habla
—Por nada, solo me aseguraba de que estés cómoda. La chica también se pone de costado y se queda mirando a la loba, quién parece estar luchando contra su sueño latente. Lauren había podido dormir mucho más que Alexia, quien no había tenido más que noches de insomnio y su cabeza pensando a niveles que no debería.—¿Puedo preguntar algo? —dice Lauren en voz baja—¿Te molesta si apagó la luz?—No, claro que no.Alexia gira su cuerpo para apagar la lámpara que está a su lado y justo cuando va a hacer lo mismo con la que está al lado de Lauren, ella es quién le gana la carrera y le da la espalda unos segundos.La habitación queda a oscuras y el brazo de la loba se estira sobre la cintura del ojiverde para pasarla por allí y atraerla hacia su cuerpo. La risa de Lauren resuena por el ambiente, haciendo sonreír a la Alfa.Su espalda se apoya contra su pecho, su trasero se acomoda en el lugar perfecto y se podría decir que con sus piernas también se abrazan a las suyas para no dejar ni un solo
Lauren está emocionada por ese día, porque a pesar de que volver a su antigua casa no le agradaba mucho, si quería recuperar aquellas pertenencias personales.Era mejor ir en la noche cuando el tipo estuviera fuera allí, pero sin dudas sería demasiado peligroso, no quería que ninguna de las dos esté en riesgo solo por ir a buscar algunas cosas.El sol estaba comenzando a irse y ellas creyeron que era mejor horario para ir hacia su destino.La loba llega a casa luego de un día agotador, las tareas eran cada vez mayores y a pesar de que le encantaba su puesto, en momentos como este donde debía irse, prefería tomarse el tiempo libre, aunque no era demasiado posible.Lo primero que hizo fue ir a darse una ducha mientras comprobaba de que Lauren estaba preparando algunas cosas dentro de la mochila que ella le había regalado.—¿Estás emocionada por ir? —pregunta Alexia mientras se peina el cabello—Si, algo así. Quiero ver qué es lo que está ocurriendo en el pueblo. ¿Me habías dicho que los
Lauren le da indicaciones de su casa y la chica conduce. Cuando llegan hacia el lugar, traga saliva y da un largo suspiro. No es que ella sea materialista ni mucho menos, pero le angustia la manera en la que piensa que su chica vivió todos estos años.Aquella no era una casa digna de ella, el lugar se estaba cayendo a pedazos y sin dudas sabía que podría darle algo mejor que esto.Ella se estaciona frente a la casa y la loba se gira inmediatamente para tomar sus manos y hacer que ya la miré a los ojos, puede notar la inseguridad que siente ahora mismo.—No tienes que preocuparte por nada. ¿Estás lista para entrar?—Estoy lista —dice ella con un largo suspiroAlexia observa como las luces de la calle comienzan a encenderse, ya que el sol está a punto de irse para qué la luna brille aquella noche. La loba se encarga de alcanzarla justo en el momento en el que ella baja de la camioneta y la toma de la mano para dar las fuerzas que necesita para continuar con esto.Después de que Lauren l
Alexia se pone en alerta, puede sentir el miedo que Lauren sintiendo en este momento. Déjalo último libro dentro de la caja y se pone instintivamente frente a ella, mientras escucha que su padre subir las escaleras crujientes.—Luna, estará todo bien, te lo prometo. Armaremos las cosas y nos largamos de aquí.—Eso no será tan fácil.El exalto de la puerta abriéndose y azotándose contra la pared es lo que hace que el pecho de Lauren salte en su lugar, comenzando a sentirse terriblemente. Ella siente que volvió el pasado cuando llegaba cada noche y le exigía que le cocinar o cuando venía a reclamar de que la casa estaba sucia o cualquier excusa que le justifique porqué estaba tan enojado con ella.Alexa intenta contener su ira lo más que puede, ella está a punto de saltar sobre el hombre y arrancarle el cuello si se atreve hacerle algo. Sin embargo, intenta mantener la postura simplemente para no asustarla más de lo que ella ya está.—¿Quién te ha dicho a ti que tienes el derecho de desa
Alexia se mantuvo atenta y el resto del tiempo que Lauren necesito guardar cada cosa de su habitación. Se había tomado el tiempo de ir a su ritmo para no dejarla sola, sabía qué tipos cobardes como él podrían intentar persuadirla en cuanto ella estuviera sola, por lo que no iba a permitirlo. Lauren toma la última caja mirando a su alrededor y pensando en cuántas cosas habían ocurrido en todo ese lugar. Su habitación se había vuelto su refugio, aún más en estos últimos años en donde el daño psicológico que este hombre le había provocado era mucho mayor.Da un largo suspiro y ella se despide mentalmente, sabiendo de que ya no era su refugio, de ella tampoco era más prisionera de esta casa. Alexia se mantiene al margen, respetando su espacio y tratando de pensar en cuántas cosas podría hacer para que se sintiera mejor a partir de ahora.Escucha cómo el hombre se mantiene dentro de su habitación y hace una mueca mientras que Lauren comienza a bajar las escaleras. La loba toma aquella caja
—Está bien, mamá ¿Podemos hacerlo en la sala? —pregunta Alexia mientras la mira—No, lo vamos a hacer en mi despacho.La loba asiente y le hace una seña a Lauren para que continúen caminando. La idea no es armar un problema ahí afuera para que todos escuchen.La mujer se sentía realmente enfada, principalmente porque su hija no le ha contado nada y segundo porque te el plan loco solo le da miedo.—Si quieres puedes ordenar tu ropa y te veré en un rato. Hablaré con mamá, no sé qué es lo que sucedió —susurra en su oído—Está bien y gracias de nuevo —Lauren se inclina y besa la punta de su nariz, haciéndola sonreír.—Te veo después, Luna.Alexia frunce el ceño sin entender cuando ella va de camino al despacho, se encuentra con su hermanita pequeña y ella apenas lavé muerde su labio inferior odiosa y desaparece con rapidez.Por un momento se puso a pensar en que quizás le había hecho algo que hizo enojar a mamá y por eso mismo ahora se encontraba de esa manera. La loba entra a la oficina y