—Podemos hacer un trato —le propone con una sonrisa
—¿Ah si? ¿Y que trato es ese? —Isabella sonríe mientras toma un sorbo de su copa
—¿Qué es lo que quieres tú?
—Quiero salir más, ya sabes —Lauren levanta una ceja
—¿Y tú sabes que mucho no puedo hacer con eso?
—Si. Pero me propones un trato, dime lo que quieres de mi y podemos negociarlo —la italiana se ríe
—Eres buena negociante —admite mirando su boca—. Quiero... algo que quizá
—Ella me llamó hace unos días, estuvo diciendo que la tenía olvidada. Sin embargo, hay un problema... —Rafael pone los ojos en blanco—Deja de ser tan estricta, ¿Te piensas que Isabella es del puto FBI para saber sobre tu vida? —Lauren hace una mueca—. Además ni siquiera Alycia sabe lo que hacemos, así que no tiene manera de enterarse. Piensa y si quieres la invitas, pero no pongas de excusa eso.—Lo pensaré—suspira—Mi casa del fondo está disponible para ustedes por si quieren quedarse unos días—le dice mientras se pone de pie—. Ahora quiero ir a bailar un poco, creo que hace mucho que estamos metidos acá
Deja el celular a un lado y abraza el cuerpo de la latina una vez más, tratando de pensar, como siempre, en las mil posibilidades que puede ocurrir si viaja a California con Isabella.Se siente en un ambiente familiar, puede ver a su hermano pequeño correr por todos lados mientras que Alessandra intenta detenerlo, ya se ha caído tres veces y no piensa parar ni por un instante. Su madre desde la cocina los llama para comer aquellas galletas que tanto les gusta a los tres, por lo que comienzan a correr hacia allí al mismo tiempo que se escucha como un auto se estaciona con brusquedad en el patio delantero. Lauren queda a mitad de camino viendo como Alonzo entra desesperado, llamando a su esposa.La mujer sale de la cocina, diciéndole a su hija que entre a comer las galletas y que enseguida los acompañaba. Lauren no le hizo c
Isabella comienza a dar golpes, intentando acertar en el rostro de Lauren, quién la esquiva con facilidad, devolviéndole el mismo y apuntando en sus zonas débiles. La italiana se agacha y golpea su tobillo, provocando que el cuerpo de Isabella pierda el equilibrio y se caiga hacia un lado. La mujer intenta terminar el movimiento, reduciéndola en el suelo, sin contar con que la latina haría un movimiento y terminaría haciéndole un llave para salir de allí, lanzándola hacia el otro extremo para darle tiempo a ponerse de pie y en guardia de nuevo. Ella se reincopora con rapidez y la mira con seriedad, sus ojos se clavan en los suyos y sabe que hará un próximo movimientos.Lauren es quién tiene a Isabella por los hombros, mirándola desafiante. La latina es quién hace un movimientos
—No te abandoné, fue por mí trabajo que te dejé ir. Sabía que esto podría pasar —Isabella se ríe y se levanta de golpe—, entiéndeme.—Lo único que entiendo es que jamás fui importante para ti como para dejaras tu mierda y cuidarás de mamá y de mí. Vete de una puta vez, no quiero volver a verte.Isabella no podía creer que le dijera que la había abandonado por su trabajo, como si fuera algo lógico de entender. Lo único que ella recuerda es las veces que su madre se esforzaba para salir temprano del trabajo y llegar a verla en escena, cuando iba a teatro, o cuando tenía que hacer cualquier cosa para que ella no se sintiera sola, ya que era la única que la acompañaba.
—¿Entonces?—la anima a seguir—Infiltré a un agente a la cárcel, él se ganará su confianza para que cuando Marco tenga que salir, ellos se vayan juntos. Tendré un respaldo por si algo sucede y creo que jugará un papel importante también para Isabella—Morgan frunce el ceño—¿Qué tiene que ver esa mujer en esto?—Creí que había leído la carpeta que le envié, jefe—lleva sus lentes hacia su cabeza—. Hay que intentar retener a Marco lo más que podamos, al menos hasta que entable una relación con el agente Miller.
—Sal de ahí, ahora. —su voz es demandante, pero a Isabella ni le genera nada— ¿Puedes decir que es lo que rayos estás haciendo ahí?El corazón de Isabella está latiendo como un loco, ella no se imaginaba para nada ser descubierta. De hecho era muy buena en esconderse, pero se auto era demasiado incómodo como para que entrara sin que la cabeza se note..—Te hice una pregunta.—Solo quería salir —dice Isabella quejándose, mientras levanta la cabeza aún más— ¿No es que no era una prisionera?—Mira —ella da un largo suspiro—. Te vienes para adelante, que vamos a hablar seriament
Mira hacia la pantalla led de arriba de las puertas, dándose cuenta de que tiene siete pisos para llegar, por lo que si no comienza a correr ahora llegará tarde. En el mostrador hay una pequeña estatuilla de bronce, por lo que la toma entre sus manos y comienza a correr por las escaleras, agradeciendo de su entrenamiento para poder ir a velocidad bastante rápida.Su corazón comienza a latir frenético cuando piensa en Lauren, la mujer seguro está distraída y no se verá venir lo que está a punto de sucederle. Al final del pasillo puede verla desde lejos, está parada revisando unos papeles pero cuando cree que finalmente va a llegar y advertirle, el hombre que se encontró abajo está dándole la espalda a Isabella, levantando el brazo para apuntarle con su arma.
—Lo arreglaré, no se preocupe—le asegura el seguridad—Llámame si necesitas algo.Lauren hace una mueca al ver que el elevador no funciona, la idea de bajar todos esos pisos no le agrada demasiado, pero la menos se mantiene en forma como para que eso no le pese. Sus pensamientos van directamente hacia Isabella, la chica ha corrido por esas largas escaleras, subiendo siete pisos solo para advertirle lo que iba a pasar, hacía que su interior se removiera, ella la había salvado.Ninguno de los tres habla en el camino, Lauren no sabe que más decir, tiene demasiados pensamientos rondando ahora mismo.—Toma mi auto—Lauren le ofrece sus llaves mie