—Está bien —respondo—. Ahora vamos.El corazón me late con mucha fuerza mientras recorremos los pasillos del hospital. La cara de las personas es deprimente, desesperanzadora, y me culpo a mí misma por no haber sabido a tiempo todo lo que ocurría y no sacar a mi madre de aquí.Este lugar huele a mue
Alec La semana que debo esperar es completamente espantosa y durante el transcurso de esta me pregunto muchas veces si voy a poder sobrevivir. La primera cosa que descubro cuando puedo librarme un poco de Natasha para irme a «descansar», es que Jackson ni su familia están en casa. Cuando voy en
—Entiendo —asiente—. Creo que me gusta esta estrategia. —El lunes habrá una reunión con los directivos. Ellos tienen que presentarse. —¿Qué tiene que ver Aria en esto? —gruñe Natasha—. ¿Ella qué…? —Es la esposa de Ethan —digo asqueado y deseando tener enfrente a ese miserable para romperle la
EthanCuando veo que Aria se tarda más de lo normal en salir, comienzo a preocuparme, sobre todo al verla salir a ella y ver entrar al personal médico. —¿Qué fue lo que pasó? —le pregunto a Aria, quien está llorando y no puede hablar—. Aria, ¿le pasó algo a nuestra madre? —Ella… Ella… Aria se ech
Aria Mientras me estoy lavando los dientes, el corazón me palpita con fuerza. Voy a volver a verlo, en la oficina, pero lo voy a volver a ver. Y el hecho de estar en mi casa antigua es lo que me pone más nerviosa y tengo una sensación desagradable de déjà vu. La situación no es igual a hace dos añ
—Sí, es probable que sí —contesto, poniéndome nerviosa de nuevo. Al llegar a aquel piso, mi pulso se dispara todavía más, pero sigo avanzando hasta la sala de juntas.—Tranquila, Aria —me dice Ethan en voz baja—. Todo va a estar bien, nadie te comerá. —Okey —asiento.Ethan abre la puerta y entramo
AriaEl silencio que sigue a mis palabras es aterrador, pero me mantengo serena y me siento de forma propia. Al voltear a ver a Ethan, este me está sonriendo con orgullo y me acaricia la cabeza de manera cariñosa.—Oye, me despeinas —me quejo riendo.Dejo de hacerlo cuando escuchamos el golpe que le
Alec En cuanto Garrison entra en la oficina, le pido que cierre la puerta. Él, solicito, lo hace, y entonces me acerco a él para tenerlo frente a frente. El hombre de mediana edad se pone nervioso y traga saliva. —¿Cuánto quiere para marcharse de aquí y desaparecer después de la reunión? —le pregu