Madeleine lloraba en silencio viendo aún el humo que desprendía su casa y repasaba mentalmente todo lo que había allí adentro y que ahora estaba totalmente quemado.
Las llamas se propagaron rápidamente –comentó una persona–, porque yo iba pasando y vi humo saliendo de una ventana, toqué varias veces a la puerta y cuando no me atendieron, llamé al 911, no tardaron mucho tiempo en llegar, sin embargo, ya el fuego había crecido.
–¿Usted avisó? –le interrogó Román.
–Sí, toqué alarmado porque sabía que en esa casa vivían niños, a veces los veo los domingos en el jardín, yo vivo unas dos cuadras más adelante.
Paula Daniela reconoció el fracaso en su intento de hacer razonar a su madre, así que, luego de mirarla con lástima, giró sobre sus talones y salió del salón, no pudo evitar llorar de decepción y rabia por la intransigencia de Bianca Viteri.Cuando se encontró con su padre en la calle, se arrojó a sus brazos y sollozó: –¿Qué te dijo tu madre mi amor? –Nada nuevo papá, sigue siendo el monstruo de siempre.Víctor Hugo masajeó suavemente su espalda mientras aun estaba abrazada a su padre, él acababa de conversar con su suegro con quien se encontraba algunas veces en secreto para que compartiera con su nieta, ya que tanto Paula Daniela como él evitaban cualquier contacto de la niña con su abu
El beso se fue intensificando y cada uno tenía voces en su cabeza dictándole que debía parar, sin embargo, la razón no tenía cabida en lo que estaba ocurriendo entre ellos.Maddy sentía en su interior un fuego tan abrasador como el que había consumido su casa y se decía: “Debo parar, pero no quiero.”Se estaba dejando llevar, el hombre que la estrechaba contra él la molestaba y fascinaba en partes iguales, pero no podía negar que estaba cumpliendo su promesa de apoyarla. “También te dijo que no eras su tipo y que nunca se enamoraría de ti –le dijo una vocecita en tono de reproche. Cierto –le respondió&ndas
Todavía no recobrábamos el ritmo normal de nuestras respiraciones y yo mantenía los ojos cerrados, pero sentí su ausencia cuando se levantó de la cama, me dieron muchas ganas de llorar, porque pensé que eso había sido todo, cedí, me entregué y una vez satisfecho, se va, como siempre, como cuando me besa, el escozor de mis ojos me avisó que las lágrimas pugnaban por derramarse.De pronto, algo rozó mi vientre, abrí los ojos y allí estaba él, todavía su piel brillaba por el sudor, pero se encontraba concentrado limpiando mi abdomen con una toalla húmeda, lo miré y él también fijó sus ojos en mí, sonrió levemente antes de decirme: –Perdón por este desastre, pero no hemos hablado si queremos más hijos de una vez y no me sent&iacu
Renán salió para encontrarse con Román y Alberto, este último los había contactado muy preocupado debido a que una desconocida respondió a la llamada que le hizo a Edison y le contó que estaba desmayado de la ebriedad en una mesa de un bar.En Miami…A Edison le fue imposible llamar a sus amigos para contarles lo que le había sucedido al llegar al apartamento de Belén, salió de allí abatido y, en lugar de tomar camino al aeropuerto para devolverse a Seattle, se metió al primer bar que encontró.Allí llevaba dos días, se encontraba tumbado en la mesa con su teléfono sonando insistentemente, entonces la mesera que lo había atendido durante el día anterior y buena parte de la noche, atendió la llamada al considerar que podía ser importante:&nb
Al otro día la condición de Edison no había mejorado mucho, la noche anterior no pudieron bañarlo, pero sí le quitaron la ropa porque sus pantalones apestaban a orina así que vaciaron sus bolsillos y lo lanzaron a la basura; así que apenas despertó esa mañana, Alberto lo obligó a ducharse, le ofreció ropa limpia de su propia maleta y le dio una taza de café bien fuerte.Renán ordenó desayuno para todos, tuvieron que obligarlo a comer, todavía se mantenía cabizbajo y callado, la mayor parte del tiempo tenía los ojos cerrados, era verdaderamente preocupante su actitud, sin embargo, sus amigos se mantenían muy cerca observándolo, pero sin presionarlo a hablar o darles alguna explicación sobre su comportamiento. –Creo que deberíamos regresar, lo llevar&eacu
INICIO DE FLASHBACKTres días antes en Miami…Una vez cumplidos todos los trámites de organización y acoplamiento para establecerse en su nuevo cargo, Edison se tomó un par de días para ir a ver a la que consideraba el amor de su vida, llegó al apartamento con un gran ramo de rosas rojas y un estuche conteniendo un hermoso collar de esmeraldas porque al verlo pensó que harían una combinación perfecta con los ojos de su amada. –Hola, busco a Belén –dijo a la chica que le abrió la puerta y que hizo una perfecta O con su boca al verlo. –¿Tú eres Edison? –Sí, soy Edison, supongo que Bel
Renán entró a la casa del lago y todo estaba muy tranquilo, ni siquiera el personal de la cocina se encontraba, avanzó hacia la parte trasera de la casa y divisó a Maddy junto a Deyanira, parecían estar muy concentradas conversando, el se fue acercando hasta que escuchó su nombre, así que curioso decidió ocultarse y enterarse de todo. –¿El señor Viteri te está tratando bien? –Sí y ahora me siento abrumada. –¿Por qué? –Le pregunté qué era lo que quería conmigo y su respuesta me desubicó.&nbs
El abuelo Amadeo estaba llegando al porche trasero de la casa cuando escuchó las palabras finales de Maddy, por eso quiso saber: –¿Por quién no descansarás hasta verla tras las rejas? –Bianca Viteri ordenó que incendiaran mi casa –respondió con dolor.Al oír eso don Amadeo dirigió la mirada hacia su nieto y este asintió confirmando lo dicho por Maddy. –Yo también sospechaba y le pedí apoyo a Américo –confesó finalmente don Amadeo–, él tiene muy buenos contactos en las fuerzas policiales de aquí, pero todavía no se comunica conmigo, ¿quién te lo informó a ti?&nb