Ella solo asintió ya que, en realidad, había actuado impulsivamente al apoyar a Renán con el retiro de los niños, sin embargo, ahora le preocupaba que pudieran atrasarse si no conseguía dónde matricularlos con el año escolar tan avanzado.Abordaron el automóvil, todavía con la mirada de algunos curiosos sobre ellos. Al iniciar el trayecto Renán habló con su hermana, le contó la situación y le solicitó apoyo, el que obtuvo de inmediato. –Mi hermana nos hará una antesala con el director del colegio donde estudia mi sobrina. –Le agradezco mucho.Renán la observaba, ella se mordía el labio inferior lo que le removía algo que trataba de controlar a toda costa, sabía que ella tenía algo por decir, entrecerró los ojos porque en su vida había conocido a una mujer más testaruda que esa, aunque también admiraba su determinación. –Quieres decirme algo, ¿verdad?Ella lo miró, todavía con su labio inferior entre sus dientes, por lo que Renán fijo su vista al fren
Vieron a las mujeres salir del restaurante, pero ya ninguno de los dos tenía humor para comer, Madeleine se sentó, sorbió un poco de la bebida que le habían servido, pero enseguida se levantó de la mesa, diciendo: –Me voy a la oficina. –Espérame, también perdí el apetito.Salieron en silencio, pero afuera estaba su madre, aparentemente esperándolo, se encontraba sola y con una actitud altiva, les bloqueó el paso. –Es tu última oportunidad de darme una cifra que te satisfaga para que te pierdas de la vida de mi hijo. –Mamá, déjala tranquila.&
Al regresar a su oficina, encontró al representante de la fábrica de las turbinas que utilizaban para sus aviones, tenían un serio problema con el suministro de un componente y necesitaba coordinar acciones con Renán para buscar alternativas.Ese asunto le tomó el resto del día, entre llamadas y correos se mantuvieron contactando a varios proveedores hasta que obtuvieron lo que necesitaban. Luego de despedirse sintió una punzada en el estómago y recordó que no había comido ni bebido nada en todo el día, al mismo tiempo se restregó la frente ya que tuvo a Maddy en vilo también, así que ella tampoco había podido consumir ningún alimento.Salió al pasillo y la encontró tecleando afanosamente en la computadora: –Maddy, deja todo por hoy, no has comido nada, mañana continúas. –Le haré caso porque estoy que me desmayo del hambre. –Vamos, te llevaré. –Puedo tomar un taxi. –Yo te llevo mujer, deja la terquedad, solo cierro aquí y sali
Randy observó a su hijo fijamente, mientras este bebía del líquido ámbar que tenía en su vaso, estaba muy orgulloso del hombre que veía ante él y su mayor deseo era que encontrara a alguien que lo respetara y lo apreciara para que alcanzara la felicidad que a él se le escapó.Randy nunca mencionó a una dulce y joven médico que había conocido por casualidad y con quien compartió alguna que otra comida, la consideraba la indicada y, estaba dispuesto a avanzar con ella, cuando en un vuelo a Italia se sintió deslumbrado por una mujer que lo arrolló, lo envolvió y cuando quiso recuperar la cordura, ya estaba traicionando a la encantadora médico. –Papá, te estoy hablando. –Ah, lo siento hijo, pas&eacu
A la mañana siguiente, Madeleine llegó muy temprano a la aerolínea porque sus hijos se levantaron una hora antes debido a la emoción del nuevo colegio y ver a su mejor amiga, así que estuvieron listos mucho antes de lo previsto; se despidió de los niños luego de saludar a Paula Daniela y a su hija, para enseguida emprender camino a su trabajo.Justo cinco minutos antes de la hora acordada, autorizó la entrada de la nueva asistente para Renán, después de las presentaciones de rigor, se pusieron manos a la obra. La mujer tenía experiencia así que captaba todo con rapidez, estaban repasando la agenda y colocando los documentos del día en el escritorio del CEO cuando hizo su entrada sorprendiéndolas y quedando él mismo extrañado al ver una cara desconocida. –Buenos días señor V
La mención del nombre de la madre real de los trillizos no hizo ninguna meya en Renán Viteri, porque definitivamente la había borrado de su mente, al momento solo sentía una gran euforia dentro de sí, porque su única conclusión de toda la exposición de Román era que Madeleine no había tenido pareja.Pasado un rato los amigos se separaron para atender cada uno sus asuntos, Renán se ocupó ya que el problema de las turbinas le había quitado tiempo a otras cosas, además de la cantidad de papeles por revisar y firmar que tenía en su escritorio, atendió correos, hizo algunas llamadas y cuando bajó un poco la carga, apretó el puente de su nariz como muestra de cansancio, poniéndose de pie buscó su saco y decidió salir a comer.Afuera solo estaba Dina, aguardó un poco luego de buscar con la vista a Maddy, suponiendo que estab
Renán la miró con una ceja arqueada y muy serio, apretó los puños porque esa fierecilla acababa de retarlo y le había revivido en la mente el beso que deseaba alejar de su mente a toda costa, ¿qué se había creído?, por supuesto que no iba a sentir nada por ella.Se levantó al mismo tiempo que Maddy, pero ella apuró el paso para dejarlo atrás, lamentablemente, al pasar cerca de Harper ésta logró hacer una maniobra que terminó con Madeleine cayendo de bruces al piso sin que Renán hubiera podido hacer nada para evitar su caída.Harper con una sonrisa maligna en su rostro expresó: –Uy qué torpe, fíjate por dónde pasas, me pisaste.En su intento de hacer que Maddy hiciera el ridículo, solo consiguió que el CEO piloto, tomara en br
Renán de vez en cuando se acercaba a la cama para comprobar si seguía dormida y que estuviera cómoda, Deyanira le llevó café y galletas, diciéndole que saldría a buscar a los niños al colegio. –No te preocupes Deyanira, estaré al pendiente de Maddy, puedes ir tranquila, aunque deberíamos pensar en un transporte, ¿no crees? –Tal vez más adelante, eso hay que hablarlo con la jefa –dijo graciosamente Deyanira señalando a Maddy–, ¿está bien que duerma tanto? –Sí, seguro es por efecto de los medicamentos. –Se siente raro verla así, ella es el mo