El matrimonio Viteri-Lawson entró al lujoso y exclusivo restaurante donde los había citado Alberto, él levantó la mano, llamando su atención, apenas los vio, había una mujer frente a él de la que solo se veía su espalda y cabello, aunque a Maddy le pareció familiar, de pronto su acompañante giró y ella reconoció enseguida ese perfil.
–¡Kelsey!, qué bueno verte –exclamó acercándose a ella, pero se detuvo sorprendida cuando vio que sostenía a un niño en brazos.
–Hola Maddy, entiendo que estés sorprendida…, yo también me alegro mucho de verte, siéntate, estamos esperando a Román y a Sienna también, faltará Edison, él está de viaje, vol&oa
La reunión no se prolongó mucho ya que Alberto y Kelsey debían trasladar algunas cosas del niño a un apartamento que rentaron temporalmente, ya que ella se negó rotundamente a instalarse en la casa de Colomba, él no le insistió, ya que entendió perfectamente su aprehensión con el lugar, así que la llevó al edificio donde se hospedaría y la dejó allí, mientras iba a buscar todo lo necesario para el pequeño.Ese fue un tiempo que Kelsey aprovechó al máximo con su hijo, ya que, en realidad, no había tenido oportunidad de estar a solas con él. Le habló, le cantó, le hizo muchas preguntas que el niño no siempre le contestó claramente, ya que todavía hablaba a “media lengua”, sin embargo, para ella fueron unas horas mágicas.Cuando Alberto llegó, estaban
La visita al pediatra fue extensa, Kelsey hizo muchas preguntas, el doctor se hizo acompañar por una psicopedagoga que le dio una detallada explicación sobre el comportamiento del niño y cómo podía ayudarlo a superar esa etapa, adicionalmente le hicieron una cantidad de análisis como si fuera la primera vez que lo veía un médico, ya que Alberto fue incapaz de informar si su madre se había ocupado de eso. –¿No encontraste ninguna constancia de vacunas o visitas médicas en su habitación? –le preguntó Kelsey. –No había ningún documento a la vista, a menos que los tuviera ocultos en algún lugar que no he descubierto –respondió Alberto.&nb
Maddy no presionó a Kelsey, la observó y sonrió, ella sabía muy bien lo que era estar enamorada y que, en nombre de ese amor, las esperanzas por alcanzar la felicidad nunca disminuyeran, rogaba por un buen final para su amiga, aunque estaba de acuerdo en que debería hacer sufrir un poco o tal vez bastante a Alberto.En el despacho, los amigos ponían al corriente a Edison, quien los llamó desde Portugal, con una excelente propuesta de negocios para Renán. –Amigo, te la debo desde lo de Grecia, así que te llevaré toda la propuesta lista para tu revisión y aprobación, si la encuentras tan conveniente como yo. –No me debes nada Edison, pero sí que acepto nuevas oportunidades, ¿cuándo regresas?&
Madeleine (Maddy) Lawson, corría usando todas sus fuerzas y con la angustia inundando su cuerpo, había recibido la llamada de una vecina a quien le pidió cuidar de su amiga Diane, ya que no se había sentido muy bien y estaba en el último trimestre de su embarazo; lamentaba haber perdido el autobús y no tenía dinero suficiente para un taxi, así que tomó la opción más viable.La acogió en su diminuto apartamento para estar más cerca del hospital; subió los escalones sin detenerse a tomar aliento, llegó jadeando al tercer piso y abrió la puerta bruscamente, encontró a su amiga tendida en el sofá con la vecina colocándole compresas frías en la frente. –Está ardiendo de fiebre –señaló la amable señora. –Llamaré a una ambulancia –anunció Maddy.Los paramédicos le tomaron la temperatura y la presión arterial, antes de colocarla en la camilla para trasladarla al hospital, seguidamente notificaron que llevaban una paciente con 40 grados de temperatura corporal, presión
A continuación, tuvo que encargarse del funeral. Diane nunca mencionó a algún familiar ni siquiera lejano, siempre fue muy hermética en ese aspecto, así que hizo todo sola y al terminar con la funeraria fue a la casa de su amiga para revisar la habitación que había dispuesto para los que creía serían gemelos.Estaban las dos cunitas, de inmediato pensó en que mientras resolvía lo del dinero para los niños, los pondría a dormir de a dos en una de las cunas; sabía que su amiga había contactado a un abogado, pero siempre evitaba esa conversación, ahora lo lamentaba, tendría que revisar sus cosas para ver qué encontraba.Había pasado por alto un sobre que estaba en el piso detrás de la puerta, lo vio justo antes de salir, al revisarlo encontró una notificación del abogado, agradeció mentalmente por eso y tomó nota para ir al siguiente día a su oficina.***Dos meses después, se encontraba Maddy Lawson, una chica de 19 años, frente a los trillizos que tendría a su cargo ya que su mejor ami
No tuvo tiempo de nada, porque una compañera se colocó entre el CEO y ella para saludarlo. –Buenos días señor.Él solo asintió con la cabeza, pero sus ojos estaban siguiendo a Maddy quien, ante la interrupción de la otra asistente de vuelo, se dedicó a colocar bandejas en el mesón para comenzar a preparar bebidas. –¿Viste quién nos acompaña? –preguntó Edison. –¿Quién? –interrogó haciéndose el desentendido. –La asistente más hermosa y esquiva de todo el equipo, quien debe dormir en su casa cada noche, lástima. –Edison, sabes muy bien que es absolutamente inapropiado lo que acabas de insinuar. –Te lo estoy diciendo aquí en nuestro santuario privado, sin testigos. –¿Estás seguro?, yo acababa de abrir el parlante, quería anunciarle a la tripulación que se prepare para el despegue. –¿Qué?, no, ¿estás loco? –cuestionó con los ojos desorbitados.Renán ni siquiera sonrió, solo se limitó a disfrutar
Se zafó del agarre de su compañera y enseguida tuvieron que guardar la compostura porque otra asistente les avisó que el Capitán estaba ingresando al avión.Por eso Maddy tenía el rostro desencajado y la expresión de molestia tan firme que no quiso girar su rostro al momento de la llegada de los oficiales, solo deseaba terminar lo más pronto posible ese viaje tan incómodo.Estaba realmente furiosa, no entendía la razón que tenía Lucía Carolina para detestarla tanto, ella y su prima Harper siempre buscaban fastidiarle la paciencia y lo peor era que lo lograban. –Trata de calmarte Maddy –le dijo su compañera Pilar–, si le haces caso se envalentona. –¿Por qué son así conmigo?, ella y su prima no pierden oportunidad de acosarme. –Bueno, si te sirve de consuelo no es solo contigo, molestan a todo el mundo, Lucía Carolina desde su posición cercana al CEO ataca a todas las mujeres de la empresa, Harper se cree superior por ser su prima y siempre nos molest
Exactamente a las doce del mediodía, entró a la espectacular mansión de sus padres con sus pasos resonando en el pulido mármol del piso de la residencia, el matrimonio Viteri estaba en una salita cercana al comedor donde solían esperar el anuncio de que la comida había sido servida tomando algún aperitivo. –Padres, buenas tardes. –Hola hijo –saludó su padre. –Señora Viteri, ¿cómo está usted el día de hoy? –Insolente –fue todo lo que escuchó de su madre. –¿De qué querías hablar conmigo papá? –¿Cómo va tu relación con la hija de mi amigo? –Yo no tengo ninguna relación con la hija de tu amigo. –Pensé que Lucía Carolina ya era tu novia –intervino su madre. –Lucía Carolina es mi secretaria, nada más. –Pero mi idea al pedirte que la contrataras era que la conocieras e iniciaras una relación con ella –señaló su padre. –Lo siento, pero eso no va a ocurrir –dijo t