Luego de ver salir de su apartamento a Fernanda con el tal Giuseppe, Edison, recogió la mesa, lavó su plato y la copa, los secó para luego colocarlos en sus lugares; caminó por la sala; encendió la gran pantalla que tenía en la sala y la volvió a apagar sin siquiera verla; revisó su teléfono; salió a la terraza, recibió la brisa fresca de la noche y de pronto exclamó:
–¡A la mierda!
Tomó su teléfono y marcó llamada grupal para sus amigos.
–¡Epa! ¿Qué pasa? –respondió Román.
–Hola Edison, ¿qué tal? –saludó Alberto.
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Ante lo dicho por Alberto, la mente de Renán se llenó de frases que quería decirle a su amigo, no obstante, estaba buscando cual sería la más apropiada y que no le causara más daño. –Estás pensándolo mucho Renán, por lo que entiendo que te es difícil volver a considerarme uno de tus mejores amigos. –No es eso, es cierto que sentí mucha decepción por tu actuación con tu esposa, pero nunca he dejado de considerarte uno de mis mejores amigos. Lo conversé varias veces con Román, él me hizo entender que yo no debía juzgarte porque no podría estar en tu lugar; verás, crítique duramente que le hubieras creído a tu madre contra tu esposa, repetía molesto que yo jamás h
Los minutos siguientes fueron caóticos para Kelsey, quien esperaba una respuesta por parte de Román; para Renán, quien comenzó a imaginarse las causas más terribles por las que su amigo no hubiera llegado a su apartamento y para Román, quien se negaba a pensar siquiera que su amigo tuviera algún problema. –Román, ¿qué pasa?, ¿sabes algo? –Eh..., no, no, él se fue anoche con Renán para llevarlo a su casa, espera un momento –dijo y le pasó su teléfono al piloto para que informara a Kelsey. –Hola Kelsey, verás…, el me dejó frente al portón de mi casa, nos despedimos y quedamos en vernos hoy, no ha llegado aqu&iacu
Renán se tomó unos minutos para notificarle a Maddy que, luego de mucho tiempo, faltaría a la hora del almuerzo en casa, le explicó la situación de Alberto y ella prometió acompañarlo un rato en la tarde.Por su parte, Román hizo lo propio con Sienna, quien también le ofreció visitar el hospital a la mayor brevedad.Kelsey llegó hasta ellos con su rostro afligido, Edison la tomó de un brazo y la ayudó a sentarse, se desahogó desbordándose en llanto, lo que preocupó a los amigos, quienes, por un momento, pensaron algo muy malo. –¿Cómo está Alberto? –preguntó Renán con temor. –Acaban de llevarlo a quirófano, pero está m
El grupo de amigos se sorprendió y emocionó cuando escucharon a Kelsey decirle al doctor que era la esposa de Alberto, para ellos fue un rayo de esperanza y alegría, saber que él tendría posibilidad de alcanzar la felicidad con esa dulce mujer, lo habían visto deambular por la vida como un ser sin alma y amargado desde el mismo día en que Kelsey salió de su casa, gracias a las manipulaciones de la difunta Columba de Centeno.Ahora, parecía que la vida les brindaba otra oportunidad de enderezar las cosas, para Alberto sería una tarea que tendría que llevar a cabo cada día, con paciencia y todo el amor que decía sentir por Kelsey; para ella su labor era de crear nuevos recuerdos, enterrar los duros y dolorosos momentos que pasó para poder disfrutar plenamente del hijo que creyó muerto y del enamorado hombre que prometía ser su exesposo.Tomaron asiento para la
Realmente, por esos días, Edison estaba considerando regresar a la aerolínea, así se lo hizo saber a sus padres y, como siempre, lo apoyaron, él prometió mantenerse más en contacto y al tanto de las gestiones de los viñedos, pero al momento de despedirse de su hermana, esta le dijo: –Fernanda es una excelente chica, no permitas que se aleje de ti, deja de pensar que si tu entrepierna está satisfecha no necesitas nada más, ella, aparte de ser un mujeron que seguramente de dejará exhausto, tiene la personalidad justa para ti. –Deja las elucubraciones Hal, es mi asistente, mi empleada, trabaja para mi bienestar, solo tiene que asegurarse de que yo esté bien o al menos para eso la contrataron mis amigos cuando toqué
Cada palabra que salía de la boca de Román se clavaba en el pecho de Edison como daga ardiente, reconocía que tenía razón en cuanto a lo mucho que la mandona lo había ayudado, pero su amigo estaba sugiriendo algo como que no la dejara ir, ¿eso que significado tenía?, ¿acaso nadie recordaba lo mucho que sufrió por Belén y el aborto de su hijo no nacido? –Es imposible que yo vuelva a amar Román, mi corazón murió junto con mi hijo. –Entonces Fernanda se irá y será demasiado tarde cuando comiences a extrañarla. –No voy a extrañarla Román, me gustó, le propuse acostarnos, no lo aceptó y ahí acab&oacut
En la aerolínea, Renán ya estaba enterado de la falla del sistema, así como de la cooperación que estaba recibiendo el departamento técnico por parte de Edison y de sus sugerencias innovadoras, lo que desconocía era la emergencia que se había presentado, así que pasadas algunas horas fue que su asistente le notificó la novedad, por lo que de inmediato llamó a su amigo. –Hola jefecito, ya me extrañaba que no hubieras llamado. –Debiste haberme avisado de esa emergencia, acabo de enterarme. –No lo pensé socio, solo actué. –¿Cómo está todo?
Edison la llevó a un restaurante argentino donde sabía que preparaban una exquisita parrillada, solo pensaba en que Fernanda es amante de la carne asada y su deseo era complacerla, en esa y en muchas otras cosas.El rato fue sumamente agradable, cuando él dejaba de huir a sus sentimientos y ella de verlo como un imposible, todo fluía armoniosamente; pasado un buen rato y mientras pagaba la cuenta, Edison pensaba en cómo extender el tiempo a su lado.–Podemos comer el postre en tu casa o en la mía, ¿qué decides?–A menos que haya surtido la despensa, sé que en su apartamento no quedaba nada para hacer postres y en la mía no se puede porque comparto apartamento con tres chicas de la clínica y una de las normas es no llevar visitas.Edison no comentó absolutamente nada, la instó a ponerse de pie y salir del restaurante, ya en el automóvil manejó con un destino definido en su mente, al llegar, él le dijo: –Ven conmigo porque no tengo idea de lo que se necesita. –¿P