Cap. 119: MI ESPOSA Arturo hace su entrada con Mariana Rivero del brazo, Isabel desmesura sus ojos. Se acerca a recibir a su padre sin salir de su asombro. Ricardo se percata de la situación, pero no quiere estar cerca, Isabel podría malinterpretarlo. —Isabel, hija—saluda Arturo cariñosamente a su hija—. Quiero que recibas en tu casa a Mariana como mi novia y prometida. Isabel hizo una raya horizontal con sus labios apretados y sacando su mano la estiró a Mariana. —Bienvenidos a mi casa. Espero disfruten de la recepción. Arturo se sintió un poco incómodo por el momento engorroso que pasó, pero tampoco podía esperar que Isabel la abrazara y besara. Ella sólo pudo decir: —No esperaba otra cosa. Isabel llamó a su padre a un aparte… —¿Por qué no me lo dijiste antes? Al menos no hubiese tenido esa reacción tan de rebote con ella. Me siento apenada ahora. A partir de ahora es tu novia y debo aceptarla. Cervantes rió sonoro… Ya no te amargues por eso. Mariana hoy esta y mañana no s
Cap. 120: OPCIONESMara tocó el hombro de la mujer con delicadeza, su forma de trato no dejaba nada que fuese criticable, por sobre todo era una mujer bien educada y una dama de sociedad.“Azahara” se volvió delicadamente a ella, Mara le ofreció una copa sonriendo y ella inclinándose un poco bajó su rostro agradecida, momento que Mara aprovechó para sacar delicadamente del rostro de la mujer su blanco velo. Azahara sólo duro un instante para reaccionar y enseguida cubrió su rostro con la ancha manga de su traje para luego desatar el largo turbante de su cabeza y tomar una punta de él, con lo cual cubrió rápidamente su rostro de nuevo. Ese sólo instante dejó perpleja a Isabel y Mara sonrió tomándola discretamente del brazo.—Ven tú para acá un momento, porque tú y yo tenemos que hablar ahora mismo…—Señora, por favor. Señora ¿qué sucede? Por qué me trata así.—Conmigo no tienes que disimular —Mara caminaba entre las voces de los invitados que no se percataron de nada, y que sólo estaba
Cap. 121: CONFESIÓN Al separarse Brizna corrió a abrazar a Isabel y a Ricardo y luego a Mara para seguir con sus padres a modo fugaz.—Nos vemos pronto, cuídense en su viaje de regreso y no dejen de llamarnos…—les dijo Brizna.—Eres la hija, eres tú la que debe llamar.—Papá, ¿tuviste tiempo de llamar a alguien en tu luna de miel?Arruti abrió su boca para regañar, pero luego se puso rojo y soltó la risotada.Ricardo e Isabel despidieron a los invitados, Mara estaba dirigiendo a las señoras en el reordenamiento y limpieza de la villa.Isabel se sentó con Ricardo en el bar a tomar una copa.—Ricardo, Mara le quitó el velo a Azahara y sé es Eneida…—Sí, ya lo sé.—Mara te lo contó.Ricardo se quedó mirando a la nada.—La mirada de Eneida para conmigo es muy específica.—¿Al fin te diste cuenta?Ricardo se volvió a mirarla.—¿Tú ya la reconocías?—Siempre… Puedes preguntar a Brizna, se lo comenté a ella el día siguiente que entré a tu casa como tu esposa.—Yo la vi siempre como mi
Cap. 122: BIENVENIDAMara llama a Ricardo y este llega enseguida.Marcos está sentado en el jardín conversando con los niños.—Bueno hijos, pero entonces ¿Ustedes no quieren regresar a la casa conmigo?—Abuelo yo si quiero regresar y mis hermanos también, pero mis papás no pueden porque ya están trabajando aquí.Ricardo se acerca.—Marcos ¿qué haces aquí?—Vine a buscarlos, quiero que regresen conmigo, todos.—Eso no es así tan sencillo. ¿Dime como está Eneida?Marcus ve a su papá y este les dice:—Vayan adentro, yo tengo que resolver algunas cosas con su abuelo.Marcos mira a su alrededor.—Está muy bonita tu casa, Ricardo. También investigue la constructora que montaste aquí con esos socios. Te felicito, estás demostrando de quién eres hijo.—¡Gilipollas, Marcos! Sé que la constructora Del Hoyo esta en el piso. ¿Ya sacaste a Iker?—Todas las acciones de él pasaron a mi nombre, ahora tengo mayoría en el tren ejecutivo. Pero la empresa está en ruinas. Ahorita tengo un socio descon
Cap. 123: LA PRÓXIMA VICTIMAMarcos la miró de arriba abajo, vestía ella el traje negro completo que sólo dejaba ver sus ojos.Marcos la saludó normal, el hombre, Alí Amín, se quedó atónito al ver como Marcos la abrazó apretándola contra él.—Hija, ¿Por qué tuviste que salir con tan malos sentimientos? —Marcos cristalizó sus ojos.Amín la jaló fuerte y en su idioma le profirió palabras alteradas a ella.Ricardo dijo:—Le está diciendo que ella le juró que no conocía a nadie de esta casa y ahora se abraza así con ese hombre.—Ella le dijo que era su padre, su verdadero padre. Que sólo lo saludaría y se irían enseguida.Marcos negó con la cabeza.—Eneida —le dijo—¿Por qué quisiste matar a Azahara? —¡No digas nada, tú eres Azahara, y ni tú ni yo sabemos quién es esa otra mujer! —le ordenó Amín.Eneida volteó a ver a Marcos.—¡Eres mi hija! No puedes negarlo. Ya lo acabas de decir. —Soy Azahara, y esa es mi realidad ahora… No lo puedo negar.—Ese hombre puede ser tu padre, Eneida y e
Cap. 124: TE CONOZCO TANTO Ricardo se baja del auto y abre la puerta trasera del auto, Isabel baja y se vuelve para tomar en sus brazos a su pequeñita sobrina, Sofía viene detrás ayudada por Ricardo a bajar del auto. —Mami, papi, tía, queremos ver a la niña…. —Ven, Maiara, mira que linda primita que te hemos traído y miren, les dice Ricardo señalando dentro del auto —hay una cesta de regalos para todos ustedes. Mara viene en carrera a atajarlas. —¿Otra niña? Dios, que felicidad para la familia, otra niña que viene a encandilar nuestros días como un sol radiante y a pintarnos los colores del arcoíris cuando lleguen las tempestades. Ricardo estaba atentó a Isabel que no dejaba de verla con esos ojos brillantes y cristalizados. Con todos los recuerdos en su mente. Ricardo le hizo señas a Mara. —¡A no! Isabel, no te la tomarás para ti sola…—se la quitó cuidadosamente para cargarla ella entre sus brazos. —¡Verdad, mami! —Reprochó Maiara—. Yo también la quiero cargar. Isabel son
Cap. 125: VERDADES - MPARTE I MESES DESPUÉS... Isabel está apresurada y con Maita sirven el desayuno de los niños que están por salir al colegio y a Ricardo. El timbre principal sonó. Una mucama fue a la cocina y le dijo: —Señora Isabel, el señor Iker, está en la sala, dice que hasta que no hablé con usted no se va. Isabel negó, Ricardo limpió su boca con la servilleta y azuzó a los niños en la mesa. Enseguida salieron por el garaje con la niñera y los dos hombres de seguridad. Iker se levantó cuando vio a su hija salir. —Hija, ¿por qué no has ido a visitarnos? —Es qué estoy muy ocupada con las obras en Marruecos y en A Guarda. Esperaba verlos este miércoles que es la reunión familiar. Ya le avisé a mamá. —Yo no puedo esperar más. Hija, necesito que me ayudes, yo estoy desesperado, te prometo que si no me ayudas a recuperar la constructora, yo me voy a lanzar de la azotea de un edificio en construcción. —Papá, ya deja de decirme esas cosas, que tú lo que quieres es vivir
Cap. 126: VERDADES - PARTE II Aceleró el auto, apenas salió de la constructora y se dirigió a la casa de Brizna quien enseguida salió a recibirla. —¿Isabel qué te sucede? —Estoy bien. —¡Sora, Sora! —Llamó Brizna, la señora salió enseguida. —Tráigame un vaso con agua natural, aprisa. —No te agites Brizna que ya estás a punto de parir. —Tú tampoco estás para ese estado de nervios en el que estás ahora. Tranquilízate, recuerda que esperas un bebé. —Por favor llama a Ricardo. Pero Ricardo tenía un rumbo fijo a donde ir… Brizna lo llamó: —Ricardo, Isabel está en mi casa. Quiere que vengas hasta aquí y que te cerciores de que nadie te esté siguiendo. —No hay nadie siguiéndome, pero dile que voy para allá en una media hora. —Sé cuidadoso, por favor —le aconsejó Brizna. *** Ricardo llegó a la mansión, al entrar siguió directo al despacho de su padre, abrió la primera gaveta y encontró el sobre con todas las fotos que tenía Marcos Del Hoyo de la supuesta Isabel con Alberto