CAPITULO 59
Ay por Dios, mis ojos se abrieron más al ver esa escena candente en la cama, estaban haciendo un sesenta y nueve perfectos y yo parado allí observándolos, quería moverme y no podía, mi hija chupándole la polla a Alessandro y allí vi el tamaño era grande parecida a la mía no me cabía en mi cabeza de que ¿cómo era posible que ella se la metiera casi completa en su boca?

Ese momento de intimidad estaba siendo invadida por mí y yo sin poder moverme no sabía qué diablos me pasaba, quería irme, trataba y no podía o será que mi lado morboso estaba ganándole la partida al lado de la prudencia

Cuando escuche las palabras de placer de mi futuro yerno reaccioné «Kiara mi amor, yaaaa, oh, es... ta, ri... coooo», mi cuerpo, cuál canguro salto hacia atrás y salí de allí adentro cerrando la puerta con sigilo y agradeciendo a Dios de que no me sintieron, no se dieron cuenta, me reprendí a mí mismo el haberme quedado como si fuera voyerista

Camine muy despacio para irme, lo más pronto yo iba con esa
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