Después de ir de compras donde nuestros hijos no dejaron de jugar, se divirtieron tanto, por primera vez en mi vida me siento completo, y muy feliz.
A Thiago le compre demasiada ropa, ya que al parecer ni eso hacía Victoria, la poca ropa buena que tenía se la había comprado Jonathan, tengo mucho que agradecerle, a pesar de todo lo que pasamos, él ha visto por mi hijo y eso tengo que agradecértelo.
—¡Amor! ¿Qué te parece si la habitación de invitados la convertimos en la habitación de Thiago? — me dice Montserrat.
—Mi amor, eso es una excelente idea, pero esa casa es tuya y de Vale. Thiago tendrá su habitación en mi casa.
—Mi casa también es de ustedes, por lo menos déjame que la decore para él, además tú duermes más conmigo que en tu casa, ¿no pretenderás dormir conmigo y dejar a nuestro
Después de convencer a Montse de que nos casaramos por civil, decidí que en lugar de sábado nos casaríamos el domingo en la mañana, así celebraremos en el almuerzo que hará mi madre.El sábado cuando nos despertamos, decidimos ir a ver a nuestro hijos, primero fuimos a la habitación de Vale pero no se encontraba en su cama, Montse se dirigió al baño del cuarto de Vale y tampoco estaba. Montse me frunció el ceño, era extraño no encontrar a Vale en su habitación en especial si yo me quedaba a dormir, porque ella decía que le encantaba que su papito la llevara en brazos.—¿Se habrá levantado con hambre y está en la cocina?. —Dice Montse algo pensativa.—No lo sé, vamos a ver a Thiago y después vamos a la cocina , ¿te parece?—Si vamos. —Nos dirigimos a la habitaci&oacut
¿Mierda que hace ella aquí?—Hola Gabriel, mira quien vino a verte — dice Camila con una sonrisa maldosa, e ignorando a Montse, siento como mi mujer me agarra fuertemente la mano.—Hola Jess ¿cómo estás? —Digo amable, la verdad ella no tiene la culpa de nada.Anduve con Jessica hace muchísimos años atrás, ella decía que me adoraba y que era lo mejor de su vida, hasta que conocí a Victoria y según yo me enamoré de ella, y deje lo que teníamos que en cierta parte nunca fue nada serio.—Hola Gabriel, bien gracias, tanto tiempo sin vernos ¿cómo estás?—En este momento estoy muy feliz, soy el hombre más feliz del mundo, acabo de casarme con esta bella mujer. — jalo un poco la mano de Montse y la colocó delante mío, para que dejen de hacer como si ella no estuviera.—Mo
Estoy con tanta rabia, se supone que hoy les daría una sorpresa a mi amada familia con la nueva casa, pero resulta que todavía no están acabados, ciertos detalles y que la tendrán lista hasta dentro de tres días, que lo mejor sería entregarla en una semana así no habrían más inconvenientes.Decidí tranquilizarme, por lo que me pongo a pensar en adelantar mi segunda sorpresa que es el viaje, llamo a un amigo para que me preste su avión, ya que como es sorpresa no pueden saber a dónde vamos, y tiene que ser un vuelo privado.Después de una hora todo lo tengo arreglado, saldremos en tres horas, por lo que decido ir a buscar a mi esposa e hijos, quienes desde que llegamos hace unas dos horas de la celebración han estado en la cocina. Al salir de mi despacho oigo risas que provienen precisamente de la cocina, por lo que me dirijo hasta ahí.
El vuelo de regreso ha sido igual de horrible que el de ida, pero lo volvería a pasar con tal de volver a ir.La sorpresa de Gabriel fue hermosa, me encantó, nunca me imaginé ir hasta Orlando a pesar de mis achaques.Antes de ir de viaje ya me sentía algo mal y tenía tres semanas de retraso. Claro que por todo lo que habíamos pasado en las últimas semanas no le había puesto atención a mi retraso, por lo que antes de salir de viaje me compre cinco pruebas de embarazo y las cinco dieron positivo, tenía miedo de decirselo a Gabriel no sabía cómo iba a reaccionar, sé que es un excelente padre pero la desconfianza y mi baja autoestima a veces me hace pensar que no lo merezco Gabriel, lo amo tanto que si me dejara me rompería el corazón en mil pedazos.Hace dos días llegamos del viaje y Gabriel me hizo pedir una cita
Mi boca recorre su hermoso cuello, Montse me da más acceso y yo empiezo a bajar mi boca por sus hombros. Montse tiene los ojos cerrados, yo la vuelvo lentamente hacía mí.—Mírame — ella obedece y abre sus hermosos ojos, me mira directamente a los míos.— TE AMO, ERES LA MUJER DE MI VIDA HOY Y SIEMPRE.—Yo también TE AMO, eres lo mejor que me ha pasado.Levantó el dobladillo de su blusa, y comienzo a quitarla, ella levanta sus manos para sacarla por la cabeza, la lanzó al suelo, mis manos se dirigen a su espalda y le desabrocho el brasier y este va cayendo por sus brazos hasta que queda totalmente en el suelo, luego bajo su short licra junto con su tanguita, para así dejarla completamente desnuda.Devoro sus labios apasionadamente, mientras que mis manos recorren todo su perfecto cuerpo. Siento sus manos tratando de quitar mi camisa, por lo que yo inmediatamente le ayudo,
Después de dejar a Gabriel me siento rara, me hace mucha falta, y por alguna extraña razón tengo miedo. Giro mi cabeza donde minutos antes estaba mi amor antes y observo que dejó su celular.—Javier ¿Puedes devolverte un momento? Gabriel dejó el celular.—Sí señora enseguida. — no sé porqué, pero ese hombre no me da nada de confianza.Llegamos al banco y me bajo del auto, miro un momento a Javier y saca su celular por una llamada que estaba entrando. Lo ignoro y salgo en busca de mi amor, puede que le diga que mientras él está en la reunión yo me quedo en la oficina ya que me siento segura solo cuando estoy con él. Tengo un mes de no trabajar, me he dedicado a solo sacar mi carrera.Emilia no está en su puesto, por lo que voy directo a la oficina, abro la puerta suavecito para darle una sorpresa, pero la sorpresa me la doy yo al ver a
Despierto con un fuerte dolor de cabeza, estoy en un gato viejo y sucio y con un colchón todo desgastado ¿Por qué me trajeron a este lugar? Que yo sepa a nadie le he hecho nada malo. En eso la puerta se abre y entra Javier.—Ven, que quieren verte.—¿Por qué haces esto?—Eso no es problema tuyo, ahora muévete.—¿No es problema mío?
Ya tengo el dinero en una maleta grande, duré una hora para que me juntaran la cantidad. Vamos mi padre y mis dos amigos en auto, hasta el lugar donde se rastreó la llamada, detrás de nosotros vienen más de cinco autos de Policía. Les informamos de todo y se negaron a que vinieramos, pero ni ellos, ni nadie me va impedir que rescate a mis hijos y al amor de mi vida. Sólo le pido a Dios que me los devuelva sanos y salvos.—¿Cuánto falta para llegar? —le pregunto a un oficial que viene con nosotros, para poder venir nos dijeron que serían con uno de ellos y con chalecos antibalas.—Como una hora señor— ¡Mierda!—¿Por qué tanto tiempo? Llevamos 45 minutos conduciendo.—Señor, el edificio hasta donde fue el rastreo, está a casi dos horas con 10 minutos. Por lo que pudimos averiguar dónde se encuentra el edifi