Madison James—Hola podrías decirle al doctor Cole que la doctora, James esta aquí.— Le digo a la Rubia que está recibiendo a los pacientes afuera.—Enseguida doctora James.— Me responde ella amablemente, tocando la puerta.—¿Qué quieres?.— Cuestiona, como si estuviese molesto.—La doctora James esta aquí ¿La dejo pasar?.— Le dice la chica sin inmutarse, como si estuviese acostumbrada al mal humor del doctor.Inmediatamente el sale, y me abraza en el pasillo, sin importarle que estoy al lado de su amigo —¿Estás bien?.— Cuestiona sin disimulo alguno viéndolo a él—Si gracias.— Le respondo con timidez.—Rio.— Susurra asombrado viéndonos al uno y otro de forma alternativa, como si ese cuadro de nosotros dos juntos fuese algo imposible de asimilar—Es doctora Li, para la próxima.— Es la forma en que saluda, participándole al otro que estamos casados.—¿Cómo, cuándo?.— Pregunta perplejo.—Así mismo estoy yo, tampoco lo sé exactamente.— Confieso, comprendiendo como debe sentirse con la noti
Madison James —Hola hija cuanto tiempo.— Dice ella, no puedo creerlo así que veo la pantalla, para verificar que no es un error, es inaudito que me llame después de tantos meses. —Hola.— Respondo tímidamente, sin saber que decirle, hay muchas cosas que hablar y que reprochar, pero creo que ya no vale la pena. —Estoy molesta contigo, ¿cómo es que te casaste y no invitaste a tu familia para tu boda?.— Cuestiona, pero su voz no parece molesta para nada. —Te llame pero no me respondiste.— Le respondo, claro que la llame, pero no para eso, realmente yo también me acabo de enterar que estoy casada, nunca me contestaba el teléfono… —¿Cómo es que lo supiste?.— Cuestiono extrañada, apenas me acabo de enterar yo. —Apareciste en todos los medios de comunicación del pais con tu esposo, es muy lindo ese hombre con sus ojos rasgados.— Halaga ella a Rio, ella no es xenofóbica ni nada de eso, pero nunca ha dicho de un asiático que sea guapo, creo que lo lindo que le ve a mi “esposo” es la bille
—No lo sé.— Respondo. —¿Te vas?.— Pregunto, porque él se estaba despidiendo hace un momento—No.— Me responde simplemente.—Que bien, porque necesito un ayudante de cocina.— Le respondo.—Amanda está cocinando.— Me responde.—Pues que se ponga a hacer otra cosa, porque no pienso comer lo que ella prepara.— Respondo.—¿Por qué eres así con ella?.— Me pregunta incomodo como si fuese una caprichosa.—Si tu hubieses visto ese plato no me dirías así, ella me está desafiando, y no lo pienso permitir.— Le respondo.—Tiene años trabajando conmigo, no la vayas a humillar.— Me advierte.—Yo, no me meto con nadie, tú me conoces, pero si me busca que se atenga a las consecuencias.— Respondo seria, voy a la habitación de Marco y está dormido, si pudiera evitar cualquier sufrimiento lo haría, pero no puedo protegerlo de todo, esos niños son unos animales.—¿Qué vamos a cocinar?.— Me pregunta, resignado—No sé, vamos a ver que tienes en la cocina.— Le respondo y caminamos por las escaleras.—La mu
Madison JamesPasan un par de horas antes que entre con cuidado, yo me hago la dormida lo estaba esperando, lo escucho quitándose la ropa en medio de la habitación, mi estomago se contrae de la expectativa, no sé qué me pasa pero espero anhelante el momento que me toque.Pasamos todo el día calientes y a punto de tener sexo y en la noche, no se a donde se mete, mientras espero que entre a la habitación para hacer realidad, todas esas propuestas indecorosas que me hizo durante el día, ¡pero en la noche él ni se acuerda, es mas no sé hasta qué hora estuvo en su oficina encerrado!El entra el en baño y sale como media hora después, secándose el pelo, lo admiro a través de mis pestañas, es como la una de la mañana.—Se acuesta a mi lado, se arropa ¡y se duerme!, no puedo creer que no me buscara, lo que no entiendo es que me buscara antes, parezco una vaca ¡debe ser por eso!.Junto a él trabajan las mujeres más perfectas que he visto en mi vida ¿Qué va a estar fijándose en mi?, se caso co
Madison James—Llego cansada a casa y la cocina está tomada como por siete mujeres —¿Quiénes son ustedes?.— Pregunto.—Preparamos el banquete de su compromiso, por órdenes de su esposo.— Me dice una.—¿Las ayudo?.——No, de ninguna manera.—Me responde otra.—Pero me encanta la cocina.— Le digo yo, todo se ve delicioso.—Lo sabemos, su esposo nos lo advirtió, pero dijo también que debía descansar, el viene a almorzar con usted en un rato.— Me dice una tercera, veo la hora son las once, es cierto estoy cansadísima, siento que me pasaron un auto por encima.Subo a la habitación y me acuesto a dormir abrazando la almohada de Rio, su olor está impregnado en ellas y me relaja de un momento a otro quedo me quedo completamente dormida.Me despierta Rio con un beso, me estiro de forma perezosa y después se lo devuelvo.—¿Cómo te fue en la escuela.?.— Pregunta el quitándose la corbata.—Más o menos.— Le respondo, con sinceridad.—¿Descubriste a los responsables.?.— Pregunta.—Lo atacaron entre
Madison James—Usted también señor Li, es el hombre más guapo que he visto en mi vida.— Respondo con una sonrisa, lo único que me incomoda de esta noche es la presencia de mi familia allí abajo, la verdad es que si fuese por mí no vuelvo a hablarles nunca más en mi vida.—Tengo algo para ti, se que puede ser algo a veces hago las cosas al revés.— Me dice nervioso.—¿De qué se trata?.— Cuestiono Riéndome de su actitud, es extraño verlo asi, suspira de forma audible y abre una caja negra de joyería, dentro hay dos elegantes anillos de matrimonio.—Supongo que el orden de los factores no altera el producto.— Respondo, entregándole mi mano temblorosa, para que coloque en mi dedo anular la joya que simboliza nuestra unión.——¿Te gustan?, los podemos cambiar..— Pregunta, cuando tomo el anillo de él, y se lo coloco—Así están perfectos.— Le respondo, emocionada y le doy un pico, aprovecho para decirle –Te amo.— Viéndolo a los ojos, el parpadea como si no pudiera creerlo.—Te amo.— Repito, dá
Madison JamesNos despertamos a las diez de la mañana y porque Marco nos llamo preocupado porque no nos levantábamos.— ¿Qué sucede?—Pregunto pasándome la mano por la boca, se me escapo algo de baba mientras dormía ¡Qué vergüenza!—Es que no se levantaban, y estaba preocupado, los extrañe, no me dejen solo. — Me dice abrazándome.— ¡Tan lindo! Nuestro hijo se preocupa por nosotras, estamos bien, solo nos quedamos dormidos, el bebe no deja de patearme, creo que será futbolista. — Me quejo, ¡me duele todo! No sé en qué posición acostarme, no tenía idea que estar embarazada era tan agotador en el último trimestre—Los extrañe mucho pero, además tengo hambre. — Termina de completar, yo ruedo los ojos.—Tú siempre tienes hambre. — Me quejo, me levanto a asearme y hacer pis y Rio lo hace conmigo, de forma natural—Si quieres te acuestas otra vez luces agotada, yo les traigo el desayuno. — Me ofrece y ni corta ni perezosa accedo, no todos los días lo atienden a uno.—Pero que no lo haga Ama
Madison James—Rio sale de la piscina totalmente empapado y se para frente a mí, detallo el agua recorrer su esculpido cuerpo y se me seca la boca, quiero lamer las gotas que recorren su pecho con rumbo al sur.—Señora Li, no me vea de esa forma, puede meterse en serios problemas. — Advierte con voz ronca.— ¿Qué va a hacerme señor Li?— Pregunto viéndolo de forma descarada.—en ese momento me carga con cuidado.— ¿Estás loco, nos podemos caer?— Chillo y el entra de nuevo a la piscina con cuidado cargándome, el agua esta tibia, debí suponer que tenía algo para mantener una temperatura agradable.— ¿Siempre preguntas eso, no te cansas?— Me pregunta, burlándose de mí.—Cada día cuestiono mas tu cordura y la mía, tal vez deberíamos estar en un manicomio. — Respondo y él se ríe, no puedo mojarme más de lo que ya estoy.— ¡Son tan aburridos!— Se queja Marco que ha pasado varias horas jugando con Rio, el no es solo su papá es mi esposo también.—Señor, el señor Rodrigo James está en la puert