CAPITULO 2

Capítulo 2

La noticia de la muerte del padre de Kenia fue algo que la sacudió por completo, ella no podía creer aún que las últimas palabras que le dijo a sus padres fueron " Te odio".

Mariano quiso estar con ella, le daba lastima la manera en la que todos venían su soledad como una manera de hacer negocio.

— Creo que lo mejor es que te vengas a vivir conmigo — Hernán sabia que ella era parte importante de lo que necesitaba.

Kenia no quería quedarse sola en su casa, con los recuerdos y las culpas, con todo lo que sucumbia dentro de su corazón.

Todo lo que deseaba era tener la oportunidad de vivir ese dolor que tenía dentro de su pecho.

Pasan los días

El duelo y la depresión de Kenia por la muerte de sus padres es evidente, no sé levanta de la cama y come de más.

Mariano está a su lado, pero su padre le insiste en que debe conquistarla para poder tener el control del dinero que heredará Kenia.

— Si queda ese dinero en manos de abogados que ella designe, estaremos perdidos, todos le aconsejaran dejar la sociedad — Hernán tenía miedo de perder lo que ya había logrado.

Mariano se sentía mal, no solo por tener que conquistar a una mujer vulnerable si no porque tendría que dejar a Luisa.

— No soy capaz, ella es una buena mujer y no se merece eso — repetía una y otra vez.

Hernán lo tomo de las manos — ¿Quieres que tú familia quede en la calle? Si no te casas con ella, eso es lo que pasará —.

Las manipulaciones de su padre dieron resultado, Mariano sabia que esto acabaría con su familia.

Cito a Luisa y termino la relación.

Luisa enloqueció, pero Mariano le explicó los motivos por lo que debía hacerlo.

— Tengo que casarme con Kenia, es la única manera de mantener la estabilidad financiera de mi familia — le explicó mientras la tomaba de las manos.

Luisa accedió con una única condición

— Sigamos viéndonos, y cuando termine todo con ella, los dos nos vamos lejos con su dinero — estaba dispuesta a sacrificar su amor por dinero.

Mariano acepto.

El empezó un cortejo lento, con detalles, bellas palabras, llegando al corazón de Kenia.

Llegar a su corazón no sería nada difícil, estaba enamorada de el desde antes que era claro que ella haría lo que fuese por el.

— ¿Cuál es tu mayo sueño?— Kenia quería hacerle está pregunta al hombre que ya gobernaba sus sueños.

— La verdad es que siempre quise ser pintor, amaba el arte y la música pero mi padre eligió mi camino, ser su heredero — Mariano suspiro, se dió cuenta que nunca antes le había dicho esto a otra persona, no a Luisa.

— ¿Quieres que te enseñe a tocar el piano?— Kenia estaba muy nerviosa, pero hablar con el le daba un poco de tranquilidad.

El accedió con una gran sonrisa en su rostro.

Los dos se acercaron al piano que decoraba la gran mansión familiar, y ella empezó a tocar, mientras el observaba sus largos dedos delgados, algo que le impacto pues ella por su sobrepeso no tenía los dedos gordos y chatos.

Mariano se acercó, el perfume de Kenia siempre le gustó, era suave como el de un jardín de rosas.

Olfateo un poco, ella giro su cabeza y el la tomo del menton — Tus ojos azules son lo más lindo que he visto — la beso.

Kenia sentía que su corazón se salía, era el beso más esperado, había dado un beso en la secundaria a un ex mejor amigo, pero este era un beso real, su primer beso.

Ella salió corriendo a su habitación.

Mariano pensó que había actuado de una manera muy anticipada, pues en los siguientes días ella lo evito.

Le dolía, porque Kenia se convirtió en alguien importante con la que sentía que podía ser el, que nadie más lo agobiaria.

Después de un par de días, los dos tropezaron en el jardín, Kenia quería regresar a su casa.

—¿Porque te quieres ir?— le cuestión el, por orden de su padre que le exigió retener a la chica en casa.

—¿Porque me besaste? Yo... Estaba muy nerviosa y no lo pensé pero tú eres un hombre con novia — ella agachó la mirada.

— Termine con Luisa después del beso — mintió Mariano — Yo siento que te quiero y que después de verte vulnerable mis sentimientos hacia ti fueron claros —.

Mariano suspiro y la miro a los ojos, esperando una respuesta de ella.

Kenia tímida se acercó para darle otro beso, un beso que marcaría su destinó para siempre.

—¿Que es lo que vas a hacer? — le pregunta Mariano mientras la toma de la mano.

— Quedarme a tu lado — fue la respuesta definitiva de una mujer enamorada.

Pasan las semanas....

Los dos inician un noviazgo, cuentan con el supuesto apoyo de la familia de Mariano, incluida Alejandra que finge ser la cuñada perfecta.

Llega al grado de pedirle perdón por todo lo malo que le hizo y decirle que todo es culpa de Luisa.

— Nos vamos a casar — anuncia un día Mariano mientras la mira con ojos de amor.

Los últimos han sido cercanos, Mariano no puede negar que lejos de sus prejuicios , Kenia es una mujer que le ha despertado algo en su pecho.

La ceremonia está lejos de ser lo que esperaba Kenia, fue sencilla, solo la familia y un juez, su madre, Paulina, no quería que su hijo se volviera la burla de la alta Sociedad.

Kenia no se daba cuenta de las banderas rojas de lo que sucedía, solo se quería casar con el hombre que amaba.

La noche de bodas sin embargo fue su salto a la realidad, se colocó un lindo conjunto de lencería, algo que jamás se hubiera atrevido a usar por sus curvas.

Pero sencillamente Mariano no la toco, para el tocarla sabiendo que todo era parte de una mentira era doloroso y poco caballeroso.

—¿Es por mi peso? — Kenia sentía que su corazón le dolía, saber que el no la deseaba era un peso en su corazón.

— No, solo que aún no es el momento, se que pasará y será lo más mágico para los dos — Mariano le dió un beso en la mejilla.

Kenia suspiro, tenía miedo y algo de rabia por no cumplir las perspectivas físicas de la mujer que el esperaba.

— Te amo, es todo lo que se — Ella lo abrazo y se quedó a su lado.

Los abogados llegaron a la casa, necesitaban que Kenia tomara una determinación sobre el manejo de la enorme fortuna, si ella se haría cargo o lo haría una agencia especializada.

— Yo creo que la mejor opción es la agencia, no sé mucho de negocios y no quiero perder el dinero de mi padre — Kenia había aplazado está decisión por días.

Hernán de inmediato intervino al darse cuenta de lo que estaba pasando.

— No, yo creo que lo mejor es que pensemos muy bien que es lo mejor, el Lunes ella les dará la respuesta definitiva — Hernán sonrió.

De inmediato el hombre le aconsejo a Kenia que lo mejor era que su esposo controlara su dinero.

— No deberías ignorar a Mariano — sonríe el hombre fingiendo ser el mejor amigo de la joven.

— No lo sé, es que el aún no me ha pedido ser el responsable de mi dinero — la revelación de Kenia enojo a Hernán que pensaba su hijo ya había tocado este tema con su esposa.

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— Tienes que pedirle que te deje el control del dinero, es la única manera de controlar lo que es nuestro — el hombre estaba enojado y le daba golpes a su escritorio.

— Papá, no es correcto — Mariano tocaba el piano mientras su padre le gritaba, estaba sintiendo amor por ella.

La única mujer que se había dedicado un segundo para conocer al Mariano real, no al Mariano inalcanzable, la misma que lo veía como un ser espiritual.

— ¿Tu familia o ella? Seguirá siendo tu esposa, será una gorda feliz y nosotros tendremos la tranquilidad financiera que necesitamos — Hernán era un experto manipulador.

— ¡No le digas de esa manera, ella es mi esposa!— alzó Mariano la voz defendiendo a Kenia y salió de allí enojado.

Hernán salió de casa en su automóvil, hasta las afueras de la ciudad, dónde lo esperaba su amante de hace mucho años, Raquel.

—¿Que piensas hacer? Sabes que si algún grupo de abogados investiga la sociedad se dará cuenta que engañaste a Jorge y quedarás en la calle — dijo la mujer fumando un cigarro.

— No lo sé, Mariano tiene que ceder, no sabes cómo maldigo el día que esa gorda no se subió al mismo automóvil de sus padres, pague mucho para deshacerme de los tres — gruño el hombre.

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