Nikolai se apoya en el marco de la puerta de la cocina, observando a Angela mientras mueve con destreza los utensilios y sartenes. La luz de la luna que entra por la ventana ilumina su cabello oscuro y destaca la serenidad de su rostro. El aroma de verduras frescas y especias llena el aire.— ¿Qué estás haciendo? —pregunta Nikolai, rompiendo el silencio.Angela se vuelve hacia él, sonriendo ligeramente.— Estoy preparando algo para Mariana —responde—. Necesita nutrientes para recuperarse.Nikolai se acerca a ella, observando la habilidad con que corta las verduras.— Tú eres increíble —dice Nikolai, con admiración.Angela se detiene un momento, mirándolo con curiosidad.— ¿Por qué lo dices? —pregunta.— Es increíble que estés haciendo esto por Mariana, después de todo lo que te hizo —explica Nikolai—. Secuestro, abuso... podría entender si la odiaras.Angela vuelve a cocinar, su expresión pensativa.— Mariana es la única amiga que siempre he tenido —dice—. A pesar de todo, nunca le he
Mariana comienza a recuperar el conocimiento, lentamente abriendo los ojos. Está acostada en la cama de huéspedes, con un doctor sentado junto a ella, tomando su pulso. Ángela está parada al final de la cama, observando con preocupación cómo su amiga se recupera.El doctor sonríe tranquilizadoramente.— Hola, Mariana. ¿Cómo te sientes? —pregunta.Mariana parpadea, confundida.— ¿Dónde... estoy? —tartamudea.— Estás en la casa de Nikolai —responde el doctor—. ¿Recuerdas tu nombre?Mariana asiente lentamente.— Mariana... —dice.El doctor sonríe.— Excelente. ¿Y tu edad?Mariana piensa un momento.— 25... años —responde.El doctor asiente.— Muy bien. ¿Recuerdas qué pasó antes de desmayarte?Mariana mira a Ángela, luego vuelve a mirar al doctor.— El detective... —dice—. Estaba aquí.El doctor asiente.— Sí, el detective está aquí. Pero no te preocupes, estás a salvo.Ángela se acerca a la cama, tomándole la mano a Mariana.— Estoy aquí contigo, Mariana —dice—. No te voy a dejar sola.M
Mariana, exhausta y aterrorizada, intenta defenderse mientras las tres mujeres la empujan de un lado a otro, como si fuera una pelota. Su cuerpo se sacude con cada golpe, y su mente se llena de pánico.En un momento de desesperación, Mariana saca la mano y le da una bofetada a una de las mujeres, intentando detener la agresión. Sin embargo, su acción solo parece enfurecer a las atacantes.Las mujeres se vuelven más violentas, y Mariana siente un golpe fuerte en su estómago. Ella se dobla, y las mujeres la tiran al piso, donde comienzan a golpearla y patearla sin piedad.Mariana grita de dolor y terror, pidiendo que se detengan.— ¡Por favor! ¡Dejen de hacerlo! —grita, su voz ahogada por los sollozos.Pero las mujeres no cesan. Siguen golpeándola, su risa cruel y sus insultos llenando el aire.Mariana se pregunta, en medio del caos, por qué le está pasando esto. ¿Qué hizo para merecer este trato? ¿Por qué estas mujeres la odian tanto?— ¿Por qué? —suplica, su voz apenas audible—. ¿Por
Ángela se acerca a la celda de Mariana, su corazón latiendo con anticipación. Al ver a Mariana, su rostro se llena de preocupación. Mariana está sentada en el suelo, su cara golpeada y magullada.—¿Qué te pasa? —pregunta Ángela, su voz llena de emoción.Mariana levanta la mirada hacia Ángela, sus ojos llenos de lágrimas.—Unas mujeres... que están aquí conmigo... me golpean —tartamudea.Ángela se siente un escalofrío en la espalda. Mariana se levanta y se aferra a los barrotes de la celda, su desesperación palpable.—Por favor, Ángela... sácame de aquí —suplica Mariana, su voz llena de angustia—. No puedo soportar más.Ángela se acerca a los barrotes, su corazón lleno de compasión.—Tranquila, Mariana —dice—. Voy a tratar de mejorar la situación. No te preocupes.Mariana solloza, su cuerpo temblando.—Lo siento, Ángela... lo siento mucho —dice, su voz llena de arrepentimiento—. Estoy pagando con creces por todo lo que te hice. Por favor, ayúdame.Ángela mira a Mariana con una mezcla d
Nikolay estaciona el auto en la casa del abuelo y se baja rápidamente, sintiendo una sensación de inquietud en el aire. Al entrar en la casa, escucha una discusión intensa proveniente de la sala. Se apresura a llegar allí y encuentra al abuelo enfrentándose a los padres de James.—¡Les digo que James me robó! —exclama el abuelo, su voz llena de indignación.La mamá de James se levanta, su rostro enrojecido, mientras Nikolay se aproxima rapidamente a la sala preocupado por el abuelo. Odia, y desconfia que esten los padres de James a solas con lo unico que le queda.—¡Eso es imposible! Mi hijo no es capaz de hacer eso —dice, su voz defensiva.Nikolay interviene, su voz firme.—¿Imposible? ¿No se acuerdan de que planeó el secuestro y asesinato de Ángela? —dice, su mirada intensa—. ¿Qué les hace pensar que no es capaz de robar?El papá de James se pone de pie, su rostro tenso.—Sí, mi hijo se equivocó, pero no es un mal chico —dice—. No le robaría a su propia familia.Nikolay se cruza de
—Bueno, Nikolay —comienza el detective—. Tenemos algunas novedades. ¿Estás listo para escuchar?Nikolay asiente, su corazón en la garganta.—Desplegamos un operativo para capturar a James —explica el detective—. Teníamos su ubicación y estábamos listos para intervenir.—¿Y? —pregunta Nikolay.—Desafortunadamente, James logró escapar —dice el detective—. Nuestros agentes lo persiguieron, pero no pudimos detenerlo.Nikolay se enfurece.—¿Cómo es posible? —exclama—. ¡Ustedes tenían su ubicación! ¿Cómo pudieron dejar que se les escapara?El detective mantiene la calma.—Entiendo su frustración, Nikolay —dice—. Pero debemos reconocer que James es un fugitivo peligroso y despiadado. Nosotros hemos tomado todas las medidas necesarias para capturarlo.Ángela interviene.—Nikolay, por favor, escucha lo que el detective tiene que decir.—Estoy escuchando —dice Nikolay, su voz aún tensa por la frustración.El detective asiente.—La ubicación que Mariana nos proporcionó resultó ser precisa —expli
Nikolai se encuentra en su oficina, rodeado de paredes de madera oscura y estanterías repletas de libros y documentos. La luz tenue de la lámpara de escritorio ilumina su rostro preocupado, mientras se sirve un vaso de whisky de la licorera que descansa en la esquina de su escritorio.Mientras bebe, su mente es un torbellino de pensamientos y emociones. El recuerdo de su abuelo, débil y vulnerable, lo atormenta. La situación con James, el fugitivo que ha logrado evadir a la justicia, es una fuente constante de ansiedad. Teme por la vida de su abuelo, de Ángela y de todos aquellos que podrían estar en peligro.La imagen de Mariana, la mujer que intentó matar a Ángela, sigue presente en su mente, aunque no siente rencor hacia ella. Sin embargo, ver a Ángela preocupada por su antigua amiga lo afecta profundamente. Ama a Ángela con toda su alma y no puede soportar la idea de que ella sufra.Además, la revelación sobre la participación de su tío en la muerte de su padre es un peso que llev
—¿Por qué preguntas eso? —responde Ángela, su voz baja y defensiva.Nikolai se sorprende por su reacción. No esperaba que Ángela se sintiera tan incómoda con la pregunta.—Solo pensé que... —comienza a decir Nikolai, pero Ángela lo interrumpe.—No, Nikolai —dice—. No quiero hablar de eso.El silencio que sigue es incómodo. Nikolai se da cuenta de que ha tocado un tema que Ángela no está dispuesta a discutir. Se siente confundido y preocupado por su reacción.—Lo siento —dice Nikolai—. No quise hacerte sentir incómoda.—Da igual, Nikolai. Simplemente yo no quiero tocar ese tema.Nikolai se siente intrigado.—Entiendo—le dice el, pero nota que eso no calma a Angela que tiene las mejillas rojas.Ángela respira profundamente antes de responder.—Eso espero porque las personas que me abandonaron y me dejaron en la calle como si yo no valiera nada. Para mí, ellos no existen. Yo no tengo ni padre ni madre.Nikolai se siente impactado por sus palabras. Entiende la profundidad de su dolor y su