Narrador:Dilan ingresó nuevamente a la habitación y se encontró con la terrible escena, Aurora, llorando a mares, sentada en el borde de la cama, con la mano de su abuela aún entre las suyas, pero se podía ver claramente que la anciana estaba ya sin vida. Al acercarse notó la sangre en los labios de Mariela- ¿Qué es lo que has hecho Aurora? – interrogó horrorizadoAurora no dejaba de llorar, Dilan la obligó a soltar la mano de su abuela, la tomó por los hombros y la sacudió, pues ella estaba claramente en shock- Yo, yo…Dilan miró a la anciana nuevamente- ¿A caso trataste de convertirla?- No, yo quería, pero Caín me dijo…- ¿Caín? – preguntó desconcertado - ¿Qué carajos tiene que ver Caín en todo esto?- Es que le llamé para…- ¿Le llamaste?- Sí- ¿Aun cuando te pedí específicamente que no lo hicieras y me dijiste que no lo harías?, ¡es más!, me diste tu palabra – el lobo cada vez estaba más enojado- Lo sé, lo sé, y lo lamento, pero esto era más importante- ¿Lo lamentas?- Sí,
Narrador:Dilan se encontraba en la cocina, desayunando, o mejor dicho, jugando con la cuchara en su taza de café. La charla con Caín, en la madrugada, lo había dejado confundido. Quería odiarle, por ser vampiro pero sobre todo por ser el novio de la mujer que amaba, pero no podía, la amistad que habían tenido desde niños durante sus vidas como humanos, hacía que eso no le fuera posible. Hacía mucho tiempo que no tenían una charla agradable, y esa madrugada la tuvieron, porque luego de decirle que Aurora lo necesitaría más a él, la conversación tomó un rumbo diferente, pues hablaron de su amistad y todas las aventuras que pasaron juntos. Recordar alguna de esas aventuras hizo que tuviera una sonrisa espontánea, sonrisa que se le quitó cuando escucho a Aurora gritar.- ¡Caín! – retumbó en toda la cabaña- ¡Por Dios, Aurora!, vas a volar los techos – rezongó Dilan- ¿Dónde está Caín? – pregunto irritada- ¿No se supone que estaba contigo?- Pues fíjate que no, sino, ¿por qué carajos lo
Dilan:Estaba furioso con Aurora, no podía creer que ella supusiera que me sentiría feliz porque Caín la había dejado, regocijarme de eso sería demasiado bajo hasta para mí. Yo la amaba, y lo hacía con locura, si bien estaba deseoso de que esa relación terminara y ella se quedara conmigo, jamás podría sentirme feliz ante su sufrimiento, porque sabía muy bien que estaba sufriendo. Pero el: “Anda cógelo, ábrelo, léelo y siéntete libre de vanagloriarte” taladraba mi cerebro haciendo que mi cabeza estuviera a punto de explotar. Había sido un golpe muy duro para mí que ella creyera semejante cosa.Aurora se negaba a creerlo, pero teníamos algo, un vínculo muy potente, Caín lo sabía por eso decidió marcharse y dejarla en mis manos, me lo dijo esta madrugada, solo que no le comprendí. De haber entendido lo que me estaba diciendo; ¿hubiera tratado de impedir que se fuera?, ¡no, claro que no!, no soy tan estúpido de querer convencer al ser que se interpone entre el amor de mi vida y yo. Solo h
Narrador:La reconciliación entre Dilan y Aurora había sido colosal y por demás placentera para ambos seres, quienes se encontraban abrazados y conversando amenamente. De pronto Aurora corrió al baño, otra vez estaba indispuesta y vomitando. Dilan corrió tras ella, se arrodilló a su lado, con una mano le sostenía el cabello y con la otra frotaba su espalda.Cuando estuvo mejor, la tomó en brazos y la llevó a la cama nuevamente. Abrió la puerta de la habitación y gritó- ¡Ernestina!La bruja subió las escaleras rápidamente- ¿Qué sucede Dilan?- Aurora está mal- No está mal, cálmate, llamaré a Sara y les explicaremos lo que sucede- Bien, espero que tengas razón, me estoy empezando a preocuparErnestina llamó a Sara, cuando la otra bruja estuvo en la habitación, comenzaron a explicarles lo que en realidad sucedía- Quiero que te sientes Dilan, y sobre todo quiero que ustedes dos abran sus mentes y comprendan que son seres extraordinarios y que están en la tierra para cumplir un cometi
Aurora:¿Embarazada yo?, era un disparate, no podía decirlo en voz alta sin que me pareciera una locura, casi una abominación.Los días fueron pasando y mi vida se tornaba cada vez más extraña. Si bien los tés de mis amigas las brujas me aliviaban los síntomas del embarazo, mi cuerpo tenia reacciones totalmente desconocidas para mí. Incluso tenía sensaciones ya olvidadas. Mi cuerpo generaba temperatura, ya no estaba helado, como desde que me había convertido, mi corazón latía con la regularidad de un corazón humano, Sara me explicó que eso se debía al bebé, él era quien había tomado control de mi cuerpo y estaba haciendo todo lo posible para generar un ambiente propicio para su crecimiento. También me había dicho que no sería un embarazo normal, pues los licántropos suelen tener una gestación de un máximo de 3 meses, pero como mi caso era único, no se podía estar seguro con certeza de cuando nacería, así que tendrías que ser pacientes y esperar. Mi vientre no crecía aún, pero ya podía
Aurora:No pegué ojo en toda la noche, ni los tés mágicos de Sara lograron que descansara. Me estaba matando la ansiedad. Hablar con Caín desde que se marchó de la cabaña me la provocaba, sabiendo que no quería hacerlo, que iba a obligarlo, y si había cosa que detestara ese vampiro, era que le obligaran a hacer algo que no deseaba, y yo, justamente yo, iba a hacerlo. No tenía la intención de molestar a Dilan, ya sabía que lo estaba y bastante, así me acosté como siempre, si bien no pude dormir, simulé hacerlo. En cambio él, aunque dormía, no podía disimular su incomodidad, pues estuvo toda la noche dando vueltas en la cama sin parar, incluso se levantó varias veces para pasearse por la habitación, tratando de no despertarme, lo que no sabía era que yo no dormía. Al fin el amanecer interrumpió en la habitación, por una raja de la cortina, el sol me daba en la cara, su calor me resultó inusualmente placentero.Al sentarme en la cama, me llamó la atención mi vientre, pues había crecido h
Aurora:Caminé lentamente mientras me alejaba del despacho de Caín, sentía las piernas flojas, mi corazón latía a mil por hora, eso me perturbaba un poco, pues me había acostumbrado a que casi no latiera y de golpe, no solo lo hacía de forma constante, como si fuera humana, sino que ahora tenía taquicardias.El camino hasta la puerta de entrada era largo, pero en ese momento me pareció en extremo prolongado. Quería salir cuanto antes de allí, pero algo me detenía, avanzaba pero muy despacio. Un pedazo, muy importante, de mi vida había quedado en ese despacho, en ese beso, en los brazos de Caín. Quise volver, pero tampoco pude, mi sentido común me decía que él tenía razón, que lo mejor era que nos despidiéramos ahí mismo. Mi vida debía continuar y, por el bien de mi hijo y de todas las especies, lo mejor era que nos separáramos. Lloré todo el recorrido, me estaba ahogando, tenía espasmos por la angustia. Creo que nunca he llorado tanto en mi vida, ni siquiera cuando murió mi abuela. Se
Aurora:El día había sido agotador, lleno de emociones, el hecho de haber vuelto un poco a mi forma humana y además estar embarazada, hacía que durmiera más de la cuenta.Cuando por fin logré abrir mis ojos, pude ver que Dilan no estaba a mi lado, normalmente él dormía muy profundo y yo despertaba antes. Pero hoy, en particular, no solo no estaba dormido a mi lado, sino que ni siquiera estaba en el dormitorio.Me desperecé por largo rato, pero cuando me di cuenta de que él no volvería a la cama, me levanté. Luego de higienizarme, bajé a desayunar. Mi vientre seguía creciendo sin parar, así que ya me costaba caminar. Cuando logré llegar a la cocina, encontré a las dos brujas conversando muy amablemente, al acercarme se callaron y me observaron de pies a cabeza.- ¡Por Dios, Aurora!, ¡cómo ha crecido este niño!- Sí, será fornido y bello como su padre - y sonreí - hablando de su padre, ¿lo han visto?- Sí, mi niña - respondió Ernestina con un exagerado entusiasmo - está en el bosque- ¿