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Poniendo en su Lugar a la Maldad...
–¡Majestad!Al llegar al harén Zeheb observa como Defne, da consuelo a su hijo, mientras que otros dos de sus hijos observan atentamente hacia la cesta de mimbre en donde su pequeña hija se encuentra durmiendo dulcemente, así que se acerca y al ver al niño ve que el médico ha aplicado un ungüento para que las heridas en el rostro del pequeño sanen más rápido.–Ya no se sienta mal su alteza, esa mujer nunca ha valorado ser su madre–Ella no me quiere – sintiendo una caricia en su cabecita – ¿Eh? Padre…–Si ella no te ama yo lo haré por los dos – recibiendo un abrazo de parte del niño – además Adalet te ama, y te da el cariño que esa mujer nunca quiso darte–Su alteza ¿me va a querer cuando tenga a mis hermanos?–Ella te va a amar aunque tenga hijos – acariciando la cabecita del niño – Ayaz…–Si alteza…–Llama a mis hijos y a sus madres–Cómo ordene alteza…Al poco tiempo los pequeños príncipes y sus madres llegan y ven a Zeheb de pie y detrás de este varias doncellas con cojines en sus
La Danza de la Sultana...Parte I...
–Adalet– ¿Sucede algo Zeheb? – viendo como una doncella se acerca con un cofre – ¿Eh?–Ábrelo es un regalo para tiAdalet abre el cofre y sus ojitos se abren de par en par al ver un bello abanico pintado cuyo marco es de oro con incrustaciones de perlas y zafiros, la tela está pintada con un bello paisaje y un dragón marino custodiando un risco.–¡Es hermoso! ¡gracias Zeheb! – Zeheb toma su mano la besa y la lleva a su frente haciendo sonrojar a la jovenEl almuerzo pasa y Adalet es llevada hacia la habitación de Zeheb, en donde su vestido nupcial espera por ella, una tina con agua caliente está lista para recibir a la futura sultana, así que al llegar las doncellas la ayudan a despojarse de su vestido, tiara y velo, en camisón entra en la tina en donde durante un par de horas la joven es mimada por las doncellas que refriegan su cuerpo y colocan aceites aromáticos y peinan e hidratan el cabello de la joven.El atardecer va cayendo y Adalet es vestida con esmero por sus doncellas, un
La Danza de La Sultana...Parte II...
Desde el palco los niños apenas observan y están contentos, pueden ver como Adalet mueve su torso hacia atrás luego se eleva y ve que Zeheb está observando, por un momento se quedan observando, pero luego Adalet cubre su rostro con su velo y da círculos mientras mueve sus caderas, la música suena acelerada y tanto la joven como las doncellas giran de forma rápida elevando sus faldas y el movimiento se ve sincronizado y hermoso, Elif se acerca con un par de abanicos que Adalet abre con gracia, y empieza a girar y a mover los abanicos con gracia como si controlara los vientos en un momento eleva sus manos hacia el cielo y una ola del mar se eleva por sobre el muro dejando a todos los presentes impresionados, sus caderas se mueven con elegancia, el velo sobre su cabeza no se mueve un solo milímetro, los abanicos tocan el piso, una última vuelta y para finalizar, Adalet cubre su rostro con uno de los abanicos y su mirada queda fija hacia Zeheb, las doncellas giran y caen al suelo con sus
Los Versos de los Dioses del Mar y el Viento...
Entrada la noche, Zeheb observa como su ahora esposa juega con los pequeños niños, hace una seña y una doncella se acerca a Adalet quien tenía en sus brazos a la princesa Aiyla quien duerme dulcemente aferrada a uno de los dedos de la joven, la doncella susurra unas palabras y la sultana se sonroja de golpe, así que se acerca hacia Defne y entrega a la bebé luego se acerca a su hermana para despedirse de ella.–Te voy a extrañar hermana…–No es como si no nos volviéramos a ver, ya sabes no me hagas perder cara–Nunca hermana querida – dando una sonrisa–Bien ve, es tu noche nupcial – dando una leve sonrisa al ver el sonrojo de su hermanaAdalet es escoltada por las doncellas, hacia el pabellón de los dioses, al llegar se le despoja de su vestido nupcial quedado solo con su camisón, la corona de su cabeza es retirada y el velo queda intacto en su cabeza, mientras en otra habitación Zeheb es acomodado por su eunuco, quedando solamente en su ropa interior, una bata, y su largo cabello su
Cuando Dos Corazones se Vuelven Uno...
–¿Eh?– ¿Tienes miedo? – Adalet asienta en el acto – no temas, nunca te haría más daño que este, Adalet entiende muero en deseo por tomarte por completo – tomando la mano de Adalet–Tengo miedo…Zeheb – recibiendo un beso en su frente–Es normal temer, pero te puedo asegurar que seré tierno y considerado contigo – besando el dorso de la mano de Adalet – después de todo eres mi favorita – Adalet asienta y recibe un beso en los labiosLa cabeza del miembro del hombre presionaba con lentitud sobre aquella intimidad, poco a poco se abría paso, hasta empezar a entrar en el cuerpo de la joven, Adalet se aferra a la espalda de su esposo, mientras que este acallaba sus gemidos con dulces besos sobre sus labios. Y mientras aquel hombre espera para empezar con su vaivén, se dedicaba a dar besos en el cuello y clavícula de la joven, sintiendo como sus más bajos instintos desea tomar el control y reclamar a tan bella joven.El lento movimiento empieza, Adalet en un principio se siente algo incómod
Primer Día Como La Sultana...
– ¡Cómo las odio!–Podrás odiarnos, pero tú eres nuestra sierva – tomando del brazo a la mujer esa – así que ¡a limpiar la cocina! – arrojando a la mujer contra el sueloLa mujer esa se marcha con dirección a la cocina, pero logra evadir a guardias, doncellas y se encamina hacia el pabellón de los dioses, con una daga escondida entre sus ropas, con un único objetivo en mente, herir de muerte a Adalet y en el acto seducir a Zeheb para que la tome en aquel lugar, al llegar a las enormes puertas que tienen un dragón marino intenta abrirlas cuando es halada del cabello y tirada al suelo, antes de que pueda gritar un eunuco le tapa la boca y Ayaz da la orden de llevar a esa insolente para ser castigada, de nuevo…ya al amanecer le reportará al sultán de las intenciones de esa mujer.….–Acemi– ¿Qué sucede alteza? – mientras tiene a la joven sobre su pecho– ¿Cuándo partiremos al sultanato del norte?–En unas dos semanas alteza, pero primero Zeheb debe presentar a la sultana en la capital y
Empezando a Manejar el Palacio...
Asya hace una solemne reverencia y se marcha, en el acto Adalet es escoltada hacia un palco en la sala del trono, donde la sultana suele reunirse con las esposas de los ministros, al llegar ambas mujeres hacen una reverencia y esperan a que Adalet tome asiento en el trono que está dispuesto para ella, y luego de que tomara asiento y que Defne se colocara a su lado con una espada en su cintura, la joven sultana escucha atentamente varias peticiones de parte de las mujeres, que son simplemente tomar en cuenta a sus esposos y también le informan de varios proyectos en los cuales les gustaría que la sultana tomara participación…–Hablaré con su majestad, le pediré su ayuda para el proyecto – dando una sonrisa–Gracias majestad – haciendo una reverencia–Majestad – recibiendo toda la mirada de Adalet – otro tema que queremos comentar con usted es acerca de fiesta hacia el dios del mar– ¿Eh?–En unos días se celebrará la buena fortuna que el mar nos ha otorgado y usted como madre de la na
Comportándose como La Sultana...
–¡Su majestad la sultana Adalet!Dos guardias se colocan lado a lado de las escaleras y Adalet llega y se coloca en medio de ellos, Defne observa y en el acto ve a Ceren, hace una seña y varios guardias rodean a los siervos, los siervos entienden en el acto el accionar de la consorte consentida de Zeheb.–Bien como saben ahora soy la sultana de Aguas Negras – mirando hacia los siervos – pero aún no conozco del todo sobre el manejo del palacio, así que espero que todos me ayuden para mantener este lugar en orden, el sultán debe preocuparse por los asuntos de todo el pueblo no por mantener su casa en orden– ¡Cómo ordene su majestad! – bajando sus cabezas hasta tocar el sueloPero de entre la multitud una de las siervas se coloca de pie y en el acto Adalet observa con expresión seria a Ceren quien apenas da una sonrisa, los guardias están por obligarla a hincarse pero Adalet con un movimiento de su mano los detiene en el acto, pero los hombres sostienen las empuñaduras de sus cimitarras