A los dos días el líder del consejo de Rusia había llegado a la manada, la felicidad que reflejaba era única, el hombre mayor parecía quitarse un gran peso de sus hombros cuando vio a Bela, pero su felicidad no duro mucho.

Princesa Bela—todos nos vimos las caras, debí advertirle sobre ese detallito, pero es su problema tiene que aprender a lidiar con ella.

Hola líder Zinov—lo saluda no muy amable que digamos—quiero pedirle un favor— y aquí va con toda la artillería—no me diga princesa Bela—niega con la cabeza y el dedo índice al mismo tiempo—y no me mire así, usted sabe que ese nombre me ha traído muchos problemas, nueva vida nuevo nombre—trato de contener la risa por su lógica—me llamo Mia.

El líder Zinov me mira y yo me encojo los hombros—no puedes cambiarte el nombre princesa.

Pues ya lo hicieron hace cuatro años, no es justo—se cruza de brazos y hace un puchero—sabe que estoy expulsada de