Patricia comenzó a sudar frío, si Enzo había estado con sus padres y sabía de su hijo, ¿por qué no le había mencionado nada?, ¿qué estaba esperando?, ahora tenía pánico de regresar a la casa, se había salvado de su ira cuando la descubrió aquella noche a punto de ser violada por unos ebrios desalmados, pero si ahora sabía que tenía un hijo, quien sabe que estaba planeando contra ella.
–¿Hace cuánto que lo conocen?
–Poco tiempo después de que empezaste a trabajar para él, se presentó como tu jefe y mencionó que se enteró de la enfermedad de Carlitos, así que quería información para ayudar.
–¡Ay Dios!
–Hija, estás pálida, qué pasa, siéntate, tú acabas de salir del hospital no debiste venir tan
Enzo recibió en su teléfono un mensaje de Adia, citándolo a una reunión, donde, según ella, deben tratar un asunto sumamente importante para los dos.Él tecleó rápidamente su respuesta y resopló al dejar el celular sobre su escritorio. –¿Qué pasa? –indagó Greg. –Adia Gutiérrez se está impacientando, quiere que nos reunamos para un asunto sumamente importante, según sus propias palabras. –¿Quieres que te acompañe? –No socio, tú hoy ocúpate de esperar tus indicaciones, yo debo comunicarme con mis hombres en el almacén pa
Enzo la observó, la respuesta que le surgió para darle dejaría al descubierto a Patricia, sin embargo, consideró que él podría protegerla contra esa víbora que tenía frente a él en actitud amenazante, así que habló. –Sé muy bien de lo que es capaz, amenazó a una chica sin recursos, la engañó y manipuló aprovechándose de su situación vulnerable. –Así que la mosca muerta te contó todo. –No fue necesario, yo lo supe por mis propios medios. –Bueno, no desvíes el tema, sepárate de mi hija, ya la has engañado bastant
Fue un momento extraño, si se quiere, continuaron la comida en silencio, pero ella mediante miradas furtivas notaba cómo él estaba disfrutando y saboreando cada bocado que llevaba a su boca, por un instante se perdió mirando sus labios hasta que notó que se curvaron en una leve sonrisa, entonces subió la vista y los ojos de él estaban en ella, analíticos…, evaluadores…, de haber podido se paraba para alejarse y esconderse.El recuerdo de la amenaza de Adia contra sus padres, la hizo anclarse en el asiento y seguir comiendo, aunque sentía su rostro encendido y la total atención de Enzo en ella. –Al terminar de comer, ¿quieres ver una película? –No, querida esposa, no pierdo tiempo frente a una pantalla.&
Luego de un breve silencio durante el cual Enzo solo la miraba con esos ojos que parecían desnudar su alma, ella giró su rostro y armándose de valor le preguntó: –¿Desde cuándo me descubriste? –Hace algún tiempo. –¿Por eso fuiste a casa de mis padres? –Sí, fui a corroborar la información que había obtenido, solo me faltaba descubrir quién era el padre de tu hijo. –Mi amiga nunca reveló quién era, yo supongo que estaba casado y con mucho poder, durante el embarazo sufrió mucho y cuando na
A la mañana siguiente, Patricia se levantó ojerosa, realmente no había podido dormir, su mente divagaba entre las caricias de Enzo por las que estuvo a punto de entregarse a él y la conversación que sostuvieron y mediante la cual admitió el engaño del que había formado parte.Frente al espejo miraba su rostro cansado; de todo lo malo, había logrado que él le permita ver a sus padres y a su hijo, además quería que hiciera el trabajo al que le había dedicado seriedad y mucha atención, esa parte le gustaba tanto como la de poder ver a su pequeña familia; respecto a seguir siendo su prisionera, tuvo que reconocer para sus adentros que no le resultaba desagradable seguir viviendo bajo su techo.Finalmente se arregló lo mejor que le permitió el trasnocho y salió para iniciar la ejecución del proyecto con los asiáticos; al entrar a la emp
El teléfono de Enzo vibró y era una llamada de Katia, la cual atendió de inmediato. –Dime preciosa. –¿Estás cerca?, ya estoy en la puerta de la empresa de mi papá. –Nos vemos enseguida, estoy muy cerca –Enzo cerró la llamada y volvió su atención a Simón Gutiérrez–. –Ya regreso –anunció.Simón no articuló palabra porque Enzo no le dio tiempo, ya que salió de inmediato de su oficina, al ver a Katia frente al edificio la tomó por una mano y caminaron hacia el mismo ascensor que acababa de dejarlo en planta. –¿Ya est
Se iría, ya no soportaba otra amenaza de Adia y, si bien Enzo le prometió protegerla de ella, esa mujer parecía mucho más aterradora e implacable que él mismo, así que no le daría oportunidad de dañar a su familia; por otra parte, si era cierto que él estaba con su verdadera esposa, le haría un favor, dejándole la vía totalmente despejada, aun cuando eso le estuviera provocando una opresión inesperada en el corazón.Enzo se había comunicado con Greg para informarle sobre sus acciones, su amigo lo acompañó y juntos acabaron con el peligroso grupo que ya había causado varias muertes y destrozos en otros negocios. Estrecharon sus manos y se despidieron satisfechos por el buen trabajo realizado.Cuando Enzo llegó a la mansión se encontró con Katia cómodamente instalada en el salón principal, entrecerró los o
Patricia estaba muy angustiada al oír a su hijo quejarse y llorar, sabía que debía ir al hospital, pero se debatía con ella misma ya que no tenía dinero para cubrir su atención, al mismo tiempo sabía que no podía dejarlo así, se armó de valor y salió con el niño envuelto en una manta, lo oprimía contra su pecho para transmitirle una calma que ella misma estaba muy lejos de sentir, iba maquinando las mil y una maneras de lograr que algún médico atendiera a su pequeño tesoro, estaba dispuesta a ofrecer sus servicios como empleada doméstica si era necesario.Caminó unas cuantas cuadras con la criatura sujeta fuertemente con sus brazos, el dinero que tenía en ese momento solo le alcanzaba para un autobús por lo que al fin llegó a la parada donde tomaría el que la dejaba muy cerca de la entrada del hospital, escuchaba el llanto quedo y lastimero que salía de su bebé, su razón de levantarse cada mañana a enfrentar el mundo. –Tranquilo mi pequeño, ya vamos camino al hospital y en