Esperanza estaba muy triste porque ya quedaba muy poco para que Deseo se fuera y no podía dejar de llorar. Hundió la cabeza bajo la almohada para que no se le oyera su llanto.

Llamó su amigo a la puerta y ella le dijo que pasara.

Deseo le preguntó qué le pasaba.

—Me da mucha pena que el lunes ya te vayas y me vuelva a quedar sola, no es justo, pero me gustaría que te quedaras a mi lado, ya que junto a ti soy capaz de cualquier cosa, pues me das mucha confianza y seguridad. Me encanta y me sorprende que aún a riesgo de perder, sigas apostando por mí y me quieras tanto —respondió la mujer.

—Eres una persona maravillosa y muy especial, vales muchísimo la pena y siempre estaré a tu lado. No estaré, pero siempre encontraré la forma de permanecer en tu vida. Conocerte ha sido una victoria para mí, por lo que ya he ganado. Hoy, después de comer, y como mañana vamos a ir a la cabalgata con Amor y su familia, tengo planeado visitar un spa, pero antes vamos a ayu