AMALIA.
—Ok, ¿lista? —niego—. Lo tomare como un "sí".Veo su puño aproximarse a mi y muy apenas lo logro esquivarlo y me siento orgullosa de eso cuando siento un golpe en el estomago.—Ya hemos hablado de estar siempre alerta y preparada para el siguiente golpe —me dice volviendo a ponerse en posición—. Vamos, ponte en posición y hagamoslo de nuevo, esta vez tu das el primer golpe, ¿entendido?—Sí —digo reincorporándome y poniéndome en posición—. Estoy lista.—Entonces da el primer gol... ¡Wow! —esquiva el golpe que le lance—. Casi lo logras, otra vez —le vuelvo a lanzar un golpe, pero nuevamente vuelve a esquivarlo—. No has logrado tocarme —vuelvo a intentarlo y vuelvo a fallar—. Vamos, sé que puedes.Ambos nos ponemos en posición y Austin se me queda viendo esperando mi siguiente movimiento mientras yo lo veo analizando como poder lograr darle un golpe.Le lanzo una patada y él la esquiva y aprovecho ese tiempo para daAMALIA.Siento algo recorrer mi mejilla, pero no le tomo importancia hasta que me provoca un pequeño cosquilleo y me quejo.Escucho una pequeña risa a mi lado mientras yo me quejo y hundo mi rostro en la almohada.—¡Ey, tortolos! —abro los ojos cansada cuando escucho a alguien fuera de nuestra habitación tocando la puerta al mismo tiempo que habla— ¡Ya amaneció! ¡Así que dejen de intentar reproducirse, arréglense y bajen a desayunar!—¡Déjanos en paz!—¡Ok, pero apúrense!Me siento en la cama mientras me tallo los ojos.—¿Cansada? —me pregunta burlón.—Para que preguntas si ya sabes que sí —le digo con la voz un poco ronca. Paxton solo se rie—. No es gracioso, me duele todo.—Que raro, hasta hace unas pocas horas no te dolía nada —se burla y recibe un golpe en el brazo de mi parte—. De hecho, estabas demasiado... energética.—Pues eso era antes, ahora muy apenas y estoy despierta —me quejo— ¿Po
AMALIA.—Ok, una vez más, ¿lista? —asiento—. A la cuenta de uno.., dos.., ¡y tres!Austin me lanza el golpe y yo lo esquivo al mismo tiempo que le pegó.Empezamos a pelear y después de un largo tiempo y por primera vez en largo tiempo, termino ganando yo.—Muy bien —se levanta del piso adolorido—. Te felicito, lo has hecho muy bien.Sonrió muy feliz y contenta que siento que en cualquier momento voy a empezar a dar brincos de la emoción.—Ey —nos dice Paxton cuando nos ve a aparecer en la sala— ¿Cómo les ha ido? ¿Mi chocolatina por fin te dio la paliza que mereces?—Lamento informarte que... Así es —le contesta Austin sentándose en la mesa, ya que mi soulmate está sirviendo el desayuno—. Sinceramente, pensé que no alcanzaría a entrenarla bien, pero me equivoqué, aprende rápido.—Aw, gracias —le digo.—Aunque eso no quita el hecho de que necesita esforzarse más por ser humana —añade.—No por muc
AMALIA.—Hogar, dulce, hogar — deja las maletas en el piso —. Hace mucho que no estaba aquí.—Pero si solo fue una semana.—Lo sé —me carga al estilo nupcial—. Pero me sentí solo desde que tú te fuiste, asi que hemos estado el mismo tiempo solos —lo veo confundida—. Yo me entiendo, solo ignorame.—Si tú lo dices.Paxton sigue caminando hasta que llegamos a nuestra habitación (que en realidad es su habitación) y me deja sobre la cama antes de acostarse conmigo.—¿Feliz de regresar? —me pregunta.—Sí —le contesto volteandome y quedando acostada boca abajo—. Extrañaba todo.—¿Incluso a Ángela? —bromea.—Sabes perfectamente que no—le contesto—. Pero ella ya no esta aquí, así que no quiero volver a escuchar algo de ella, ¿entendido? —asiente—. Tengo calor.Me siento en la cama y me quito la blusa cuando escucho como él se ríe.—¿Qué pasa? —le cuestiono.—Nada —me contesta—. Me enca
AMALIA.—¡MALDICIÓN!Doy un brinco del susto después de escuchar como Paxton a gritado eso y posteriormente escuchar algunos ruidos extraños dentro de su oficina.Lo pienso bien antes de abrir la puerta y encontrarme con él pateando lo que parece era parte de su escritorio.Me empiezo a acercar a él teniendo cuidado de no tropezarme con algo, ya que la oficina es un total desastre.Paxton voltea a verme incluso antes de que yo vaya a mitad de camino.Se acerca a mi y sin decir nada, me carga por la cintura y me saca de la oficina dejándome en el suelo antes de volver a encerrarse, solo que está vez con llave.Ok... No es un buen momento.Me siento en el suelo y espero que salga, lo cual dura horas hasta que por fin abre la puerta.Me voltea a ver con una expresión de estres y enojo en su rostro.—¿Qué haces ahí?—Esperarte —le contesto— ¿Quieres...?—No quiero hablar de eso —m
AMALIA.La vida da muchos giros. Eso es todo lo que voy a decir.Veo como los alphas junto con sus familias (los que tienen) entran al castillo con sus maletas y demás cosas para quedarse a vivir aquí mientras la guerra acaba.No es que me moleste eso, para nada, entiendo que esto es lo mejor y no es algo con lo que haya estado en desacuerdo.Pero lo que si no puedo aceptar, es lidiar con Ángela, la cual, por cierto, está viéndome con una mirada de superioridad como diciéndome "estoy aquí de nuevo".—No se preocupe, reina —me dice Bob, quién está sentado a mi lado—. Haremos que la señorita Angela borre esa sonrisa de su rostro, pero sobretodo, que no moleste a nadie. Si no podemos correrla, por lo menos podemos hacer que no nos moleste mucho.Volteo a verlo.—Nada funciona con ella, la otra vez que estuvo aquí hasta la ignore y como quiera eso no la detuvo —le digo—. Sinceramente, ya no sé que hacer con ella. Y lo peor d
AMALIA.La buena noticia, es que no es tan difícil ser anfitriona y el hecho de que todos sean tan amigables hace que sea bastante agradable.La mala noticia, no soporto más a Ángela y eso que no interactuamos mucho ya que su padre y Huxley han hecho todo lo posible para que no estemos juntas.Aunque, sinceramente, nadie de aquí la aguanta, ni siquiera su padre, el cuál en cuanto alguien dice el nombre de su hija o dice que tiene que hablar con él, este suspira pesadamente y del mismo modo pregunta que fue lo que hizo o dijo su descendiente.Y por eso y por muchas otras razones, todos en el castillo intentamos evitarla lo más posible, sé que suena feo, pero es lo mejor porque Ángela se ha dedicado a molestar a todos, incluso a los niños pequeños, lo cual, obviamente, ha hecho que sus padres le agarren cada vez más coraje y que los niños la hayan apodado de bastantes maneras para nada buenas, aunque el apodo que más resalta de todos ellos es de "Do
AMALIA.—Yo, su rey Huxley, decreto que a partir de hoy se pondrán en vigor nuevas leyes para el bien de todos, les guste o no les guste. La primera ley en entrar en vigor a partir de este momento será la ley con el número 221.106.923, que establece que los hijos cuyos padres no estuvieron presentes en sus vidas o que les hicieron daño de alguna forma, no están obligados bajo ninguna circunstancia a darles algo.La sala se llena de algunas exclamaciones de sorpresa.—La siguiente ley en entrar en vigor a partir de este momento será la ley con el número 221.106.924 que establece que a partir de este momento, el derecho a tener hijos, incluyendo a todas las especies, estará bajo el poder de un nuevo comité familiar que determinará si las persona o personas está en una buena situación para darle una buena vida a su descendiente —hay más exclamaciones de sorpresa —. Este ley no se podrá violar de ninguna forma ya que todos están bajo un hechizo a partir de est
AMALIA.—¿Entonces te ha vuelto a buscar?—Sí —contesta con pesar mientras mueve el popote dentro de su malteada—. Esa mujer no se cansa.—Deberías de ponerle una orden de restricción —le digo—. Se ve que no te va a dejar en paz hasta que le des lo que ella quiere.—Sí, lo he estado pensando —nos revela—. Incluso Biel ya investigo todo lo que se necesita para hacerlo.—¿Entonces por qué no lo has hecho? —le pregunta Pato.—Estoy esperando tener pruebas suficientes, si solo llego y pido la orden diciendo que ella me busca a cada rato, no van a querer darme la orden de restricción.—¿De qué hablas? —le pregunto confundida.—De que no he pedido la orden de restricción porque no tengo pruebas suficientes de que esa mujer me este molestando.—No me referia a eso —le digo— ¿Por qué crees que necesitas más pruebas? Lo que ella esta haciendo ya es acoso.—Sí, lo sé, ¿pero que puedo hacer? Si voy y digo