UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 40. Sangre y honor.El ambiente en el salón se había transformado por completo. Lo que hacía unos minutos parecía una guerra de revelaciones y tensiones, ahora se había convertido en un cuchicheo bajo y constante. Kenneth observaba desde una esquina cómo Leny, radiante y aliviada, abrazaba a su madre y a su tía Louise. Había algo especial en esa escena: las tres mujeres, que habían estado amenazadas por años de secretos, ahora parecían más unidas que nunca.De repente, la voz del rey rompió el momento. Era una voz alegre, que resonaba por todo el salón.—¡Damas y caballeros! —exclamó el monarca—. Esta ha sido una pausa interesante, pero ahora es momento de retomar la celebración. ¡La fiesta debe continuar!Los invitados, que habían estado expectantes, se encargaron muy bien de aplaudir y seguir bailando, porque nadie era tan idiota como para indisponer a Su Majestad. La tensión que había llenado el aire desapareció, y poco a poco, la música volvió a so
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 41. Vidas separadas.Kenneth sintió una mezcla de emociones mientras las palabras de la tía Louise resonaban en su cabeza. Su sentencia, aunque cruda, estaba llena de verdad. Él había puesto a Leny en aquella posición, así que no era correcto que quedara ahí por más tiempo.Observó una última vez cómo Leny y Johan Ravn recibían las felicitaciones por su compromiso. Sus sonrisas eran perfectas, pero vacías para él, porque por desgracia conocía a Leny, y sabía muy bien cuando estaba siendo feliz y cuando solo estaba siendo educada.Desapareció en medio de la algarabía. Salió de aquella fiesta con el pecho más estrujado de lo que lo tenía cuando había llegado, y esa misma noche recogió sus cosas del hotel. Agarró la maleta y cerró la puerta detrás de él con una extraña sensación de vacío. En el trayecto al aeropuerto, la ciudad parecía dormir tranquila, ajena a la tormenta que se arremolinaba en su mente; y cuando por fin consiguió un vuelo y se subió al
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 42. Una bomba nuclearTres semanas después…El día amanecía soleado, pero Leny apenas lo notaba. Estaba en la cama cuando sintió la mano suave de su madre sobre su hombro, sacándola de un sueño intranquilo.—Cariño, es hora de levantarse. Hoy es el gran día —dijo la duquesa con una sonrisa ligera.Leny abrió los ojos lentamente, sin comprender del todo al principio. Estaba agotada; los preparativos de la boda la mantenían en un estado de estrés constante, y su cabeza no paraba de dar vueltas, organizando listas interminables de cosas que hacer. Pero su madre tenía razón. Era el gran día.—¡Dime que hoy se acaba esta pesadilla! —murmuró con la voz aún pastosa por el sueño.—¡Sí, por supuesto! Hoy te quitan la férula del pie —le confirmó su madre con entusiasmo—. Después de semanas con esa cosa horrible, finalmente podrás moverte libremente.Leny esbozó una sonrisa cansada, pero genuina. Era cierto. Después de todo, poder caminar sin ayuda sería un alivi
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 43: Decisiones y ConsecuenciasEl sol brillaba intensamente sobre los viñedos italianos, haciendo que el paisaje resplandeciera bajo un cielo azul increíble. Kenneth, con una copa de vino en la mano, estaba sentado en una terraza amplia, observando las vides que se extendían hasta donde la vista alcanzaba. A su lado Grayson removía las brasas de una parrilla improvisada, disfrutando del silencio tranquilo del campo.—Pronto me iré de vuelta a América —dijo Kenneth, rompiendo la calma con un suspiro, y Grayson lo miró de reojo mientras su expresión se endurecía.—¿Estás seguro? —preguntó con tono firme, dejando de remover la parrilla para mirarlo directamente—. Estás cometiendo un error, Ken. Lo sabes, ¿verdad?Kenneth apretó los labios, girando la copa entre sus manos como si estuviera buscando una respuesta en el líquido oscuro.—No tengo nada más que hacer aquí, Grayson. Tengo que volver al trabajo y…—Y dejar de hacerte el idiota. Las cosas entre Le
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 44: Una mala y una buena noticiaEl jet privado aterrizó suavemente en la pista del aeropuerto; el regreso a Dinamarca se sentía como un regreso al campo de batalla. Cerró los ojos, tratando de calmarse, pero fue difícil concentrarse con la charla suave que provenía de los asientos detrás de él.—Pensé que preferías el vino tinto, Louise —comentó Lord Bornholm con una sonrisa y la tía Louise soltó una risita suave.—Mi querido Bornholm, una mujer tiene derecho a cambiar de gusto de vez en cuando —respondió con coquetería.Kenneth sonrió y se los imaginó intercambiando miradas cómplices. Louise había mantenido por décadas su secreto, y eso al parecer había incluido rechazar a Lord Bornholm, pero ahora todo era diferente: la verdad sobre su origen se había revelado y él seguía allí, escudado en la comprensión de su primer rechazo y listo para conquistarla, esta vez para siempre.En cuanto salieron del aeropuerto, los llevaron directamente al palacio duca
CAPÍTULO 45: Un hombre que sabe lo que quiereEl aire en el despacho del duque estaba tan tenso que podía cortarse con un cuchillo. Leny estaba inmóvil en uno de los rincones, con los ojos muy abiertos y una palidez que hacía juego con la del propio duque. Pero antes de que una tormenta peor se desatara, ella alcanzó la puerta del despacho y caminó lo más rápido que pudo a lo largo del corredor vacío.—Leny, espera…—No tenías derecho… yo tenía… tenía que haber hablado con mi padre tú… tú estás loco yo no…Sin embargo era demasiado obvio que apenas era capaz de hilvanar una palabra con otra. En los últimos dos días sus emociones habían sido un caos para ella, pero definitivamente no había esperado que Kenneth se apareciera de aquella forma y menos que le soltara todo a su padre de sopetón.Quería pegarle con algo en la cabeza al tarado, pero parecía que las fuerzas la abandonaban por segundos, y lo último que escuchó fue su nombre, pronunciado con una angustia inusual.—¡Leny! —gritó
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 46: Una vena estratégicaKenneth miró fijamente al duque, esperando una respuesta clara. Nadie tenía que decírselo, sus habilidades emocionales podían ser cuestionadas pero sus habilidades como abogado no, y esas le decían que había algo turbio detrás de la actitud de Jonas Rvn, porque incluso antes de que su matrimonio terminara, él ya estaba buscando la manera de metérsele por los ojos a Leny.—Jonas siempre ha sido un hombre decidido —respondió el duque Johan, con un tono que revelaba más de lo que pretendía—. Y ahora, parece más decidido que nunca.Kenneth frunció el ceño. Esa explicación no le convencía.—Eso ya lo dijo antes —respondió, cruzando los brazos con impaciencia—. Pero lo que no entiendo es por qué alguien como él estaría tan apurado en casarse. ¿Qué tiene Jonas Ravn en juego para insistir en que la boda sea lo antes posible?Pero antes de que el duque pudiera responder, la tía Louise, que había permanecido en silencio hasta ese momento
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 47. Un hombre dispuesto a pelearLa expresión de Leny era mitad incrédula y mitad sorprendida.—Cualquier cosa que diga será usada en mi contra —sonrió él intentando aligerar el ambiente con una broma que definitivamente no hizo reír a la mujer frente a él—. Escucha ya pensé en esto demasiado, lo pensé sin actuar, así que creo que ahora será mejor que actúe aunque no piense mucho.—Tú no eres muy normal —Leny dejó escapar un puchero preocupado.—¡Peligrosa declaración sobre el padre de tu hijo! —replicó él, pero se dio cuenta de que lo que pesaba en el ánimo de Leny era mucho más profundo, y sobre todo, que era su culpa.—No tienes que estar aquí, Kenneth. No tienes que hacerte responsable si no lo quieres. No voy a obligarte, por eso decidí no decirte nada en primer lugar —murmuró sin mirarlo, porque para ser honesta no sabía si esa decisión había sido correcta o no, y ya no pretendía tener la razón.Kenneth sintió una punzada extraña al oírla decir e