* * * 4. DEMENTE * * *
Hazel permaneció estática tras de mí. Podía sentir su mirada perforar mi espalda mientras el calor de la habitación la inundaba del característico aroma a sales y hierro que emanaba la sangre.
Un par de golpes resonaron en la puerta, provocando que nuestras miradas se cruzaran alertadas.
— ¿No aseguraste el perímetro?
— No había nadie hasta hace un par de segundos— afirmó ella — Hay una fiesta en la zona central y la mayoría de habitaciones están vacías.
Entrecerré los ojos, comprendiendo por qué habían elegido aquella noche para actuar de una manera tan despreocupada.
Una voz masculina resonó afuera.
— Habla el oficial Wayne. ¿Se encuentra todo bien adentro? Escuché ruidos extraños— hizo una pausa que permitió el momento perfecto para que Hazel me mirara con una sonrisa ladeada mientras sacaba de su sostén un labial rojo — señorita, si no abre, me veré obligado a forzar la cerradura.
— ¿Estrategia Cleopatra?— cuestionó ella en un susurro mientras aplicaba el producto sobre sus labios y lo corría suavemente fuera del contorno con su pulgar.
Alcé mis cejas en aprobación, imitando su acción y limpiando el exceso de color sobre mi cuello en un pequeño circulo. Enseguida, procedí a quitar mi camisa salpicada de sangre, usándola para limpiar mis manos y, quedándome en mi sostén, mientras Hazel abría la suya. Finalmente, se aseguró de enredar el extremo inferior de su falta en su ropa interior, de tal manera en que su muslo quedara expuesto.
Le eché un vistazo a nuestro reflejo en el espejo mientras caminábamos a la puerta, el sudor en nuestro rostro y el cabello desordenado le daba el toque final a nuestra actuación.
La morena abrió la puerta, dándome apenas espacio para salir mientras la entrecerraba tras nosotras.
El oficial en el pasillo, resultó ser el mismo chico que habíamos visto en la mañana al salir, lo que provocó una complacida sonrisa de nuestra parte.
— Así que Wayne—canturreo Elle pasando insinuantemente la mano por su cuello.
— Me llamo Nick, bueno, en realidad me llamo Nicholas— repuso él sin poder evitar desviar la mirada por nuestros cuerpos para volver de una manera casi obligada a mirarnos a los ojos mientras tragaba en seco — lamento interrumpir señoritas, pero por los incidentes recientes se ha establecido una guarda por diferentes sectores. Soy el encargado del ala de los dormitorios femeninos y...
— Pero que conveniente— interrumpí, provocando que relamiera los labios ansioso —Así que un chico joven y atractivo será quien se pasee por solitarios pasillos inundados por indefensas señoritas.
— No es lo que...
— ¡Vamos! No hay por qué avergonzarse— esa vez lo interrumpió Hazel, tomándolo por las manos para encararlo—, incluso te hubiésemos invitado a nuestra pequeña reunión si hubiésemos sabido de antemano. Lastimosamente una vez empezados no aceptamos nuevos integrantes.
El chico miró ligeramente tras de ella, recibiendo mi cuerpo al interponerse en el camino. Tildé la cabeza con una mirada reprochante.
— No nos molestan los mirones— afirmé con un falso mohín— pero debes entender que una vez aceptas un papel pasivo en nuestros encuentros, no hay manera en que cambies a uno activo. Son decisiones que hay que tomar.
— No, no, yo... estaba a punto de irme — afirmó, al tiempo en que avancé hasta su costado.
Hazel aprovechó para bajar sus manos lo suficiente como para que rozaran la piel de sus muslos desnudos y, con esa pequeña distracción, deslicé rápidamente mi mano hasta su bolsillo, sacando su libreta y las llaves de su auto.
— Lastima— comenté al esconderlas bajo mi falda, prensándolas en el elástico — la próxima vez que quieras venir a visitarnos, puedes traer algunas bebidas...
— Y una caja de tus condones favoritos— completó Elle, aprovechando para subir las manos a sus hombros y girarlo hacia el pasillo. Se acercó a su oído y completó—: se supone que es un secreto, pero preferimos los que tienen sabor—y con ello, le dio un pequeño empujón logrando que diera un par de pasos adelante.
— Suerte en tu guardia, Nick— concluí con una falsa y meticulosa sonrisa mientras mi amiga entraba y yo me aseguraba que partiera.
Finalmente imité su acción, cerrando tras de mí y apresurándome a instalar la bombilla para evaluar el panorama completo.
— Jenn— comenzó ella tan pronto como me vio en acción.
— Oh sí, eso fue un excelente trabajo. Eres la diosa de la seducción— la felicité interrumpiendo y bajando de la cama a la que había subido para alcanzar el techo.
— Sabes que no es eso. Aun me debes una explicación— gruñó mientras me desviaba hacia el armario y buscaba una nueva prenda— ¿por qué me habías ocultado tu nivel de agente?
— No lo sé— musité, encogiéndome de hombros mientras abotonaba un pequeño top de manga larga con despreocupación— es algo que te importa tanto que no quise quitarte el protagonismo. Es verdad que eres de las mejores y me gusta mantener esa idea.
— ¡Sí soy de las mejores!— se quejó ella con incredulidad mientras desataba al sujeto de la cama — Pero es que Gennevive ¡Eres una maldita máquina de matar! esto supera cualquier ranking ¡es una locura!— Talló su rostro con sus últimas palabras, pero contrario a lo que creí, su sonrisa era amplia.
— No es una locura— repuse de inmediato, riendo suavemente al notar que no estaba molesta conmigo— hay otro agente con mi mismo rango, lo que lo hace completamente normal.
— Oh, no me vengas con eso— chilló, poniéndose en pie y cruzando los brazos sobre su pecho mientras me veía terminar de arreglar mi cabello y corregir mi maquillaje— quien sea que sea ese otro agente está igual de demente. La agencia lleva un poco más de dos años funcionando, fuimos de las primeras generaciones de agentes reclutados, las cuentas no cuadran ni porque hubieses sido la primera agente activa.
—Tienes razón— murmuré, girando hacia ella y aventándole la libreta del oficial, mientras exhibía las llaves— sí estoy demente, pero mientras aparece un psiquiatra con la capacidad de domarme, deberás analizar las notas del niño bonito y deshacerte de cualquier evidencia mientras yo traigo su auto— hice un ademán con la cabeza en dirección al cadaver — Esta vez tenemos que deshacernos del cuerpo por nuestra cuenta y las circunstancias no son las más favorables.
— ¿Y planeas sacarlo en una patrulla de policía?— indagó, recibiendo una perspicaz sonrisa ladeada de mi parte, acompañada de un guiño que la hizo soltar una carcajada — sí, completamente loca. Sentenció.
* * * 5. YO NO MIENTO * * *Salí de la habitación con rapidez, optando por desviar por la entrada trasera, la cual, era casi una línea recta hacia la bahía donde recordaba haber visto un par de patrullas aparcadas. Si el chico era igual de meticuloso y novato como lucía, una de esas seguramente sería la suya.Apuré el paso, planteándome los posibles lugares donde podría dejar el cuerpo sin levantar sospechas. Confiaba en el trabajo de Hazel, así que cualquier huella o transferencia iba a ser eliminada, además, le había disparado con una de mis armas de dotación, así que incluso con un prodigio
* * * 6. DIOSA * * *Advertencia, contenido +18DAGGER POV:Gennevive gimió suavemente tan pronto como pasé la lengua por el lóbulo de su oreja, asegurándome de que ella lo quería tanto como yo.La presión en mi entrepierna continuaba creciendo y la sangre palpitaba a tal punto que creí podría explotar en cualquier momento.Maldita sea, lastimosamente ese era el problema y la solución.Ambos sabíamos que si seguíamos posponiéndolo alg
* * * 7. DIOS * * *Advertencia, contenido +18:GENNEVIVE POV: Mi cuerpo se estremecía ante la sensación que había quedado en mi boca. Cada parte de mi estaba sensibilizada y tenía que salir de allí antes de perder el control por completo.Aun así, eso no significaba que no podía hacerle perder el control a él.De hecho, mi sentido de venganza, por su efecto en mi sistema, se activaba cada vez que le sentía calentarme con una sola de sus palabras. La verdadera razón por la que me hab&iac
* * * 8. (DES) CONTROL * * *Un nuevo disparo acabó con lo que quedaba del cristal, derrumbando el vidrio que luchaba por mantenerse en pie aun en pedazos.Los nuevos fragmentos volaron sobre mi y uno que otro cayó sobre mi piel sin llegar a cortarla.Chisté por lo alto, lamentando haber ido a aquel lugar sin alguna arma y haber bajado la guardia de esa manera.— Princesa — la voz de Dagger retumbó en mi cabeza recordándome que también se encontraba allí —, busca bajo la silla del copiloto, encontrarás un arma.
* * * 9. VERDADES * * * Tragué en seco con un asentimiento que pretendía esconder el vacío en mi pecho al escuchar sus palabras y, sin saber qué decir, avancé bajo la cinta mientras un par de hombres, entre sus treintas, nos abordaban de inmediato. — Oficial Wayne—dijo el primero, una especie de aprendiz que parecía estar a su cargo — el equipo de criminalística que ordenó acaba de llegar al sitio y están interrogando al sospechoso—Nicholas asintió en agradecimiento— En cuanto a la victima, tan pronto como le encontramos le llamamos, posee un único disparo en la cabeza, pero evidencia señales de lucha. Sus muñecas tienen marcas y parece que estuvo atado sus últimos mi
* * * 10. CULPABLES * * *La mujer que hacía las veces de enfermera salió con el oficial de policía, el cual le había comenzado a coquetear descaradamente, con la excusa de necesitar su testimonio acerca de la herida que recién había curado en mi mano.Negué un par de veces, divertida por lo que sería mi momento de escape y me puse en pie, sacudiendo algunos trozos de gaza que habían quedado sobre mi regazo.Atravesé la habitación con tranquilidad, rodeando las camillas y apresurándome a sacar mi celular para buscar alguna respuesta de la morena.
* * * 11. Ángel * * *El auto se detuvo frente al bar del Golden Throne sobre las ocho y cuarenta y cinco de la noche. Según el mensaje que había recibido aquella tarde, el sujeto que buscaba se encontraría ahí a las nueve.Revisé una vez más el objetivo que titilaba activo en mi celular:" Hombre. 36 años.> Cargos: Difusión y venta de contenido sexual de diversas mujeres sin su consentimiento. Periodo activo de 10 meses. Inducción de un suicidio hace 2 semanas.Viernes, 9:00 pm, Hotel Golden ThroneRecompensa: 900 dólares"Una sonrisa se extendió por mi rostro al saber que le daría fin a ese bastardo, pero sobre todo, al saber que despuésde diez días, la a
* * * 12. RÁPIDO Y SEGURO * * *Mi mirada se centró en la puerta que marcaba las escaleras de emergencia casi al tiempo en que la alarma por el fallo del ascensor resonó por el edificio.Entré en el lugar, apenas iluminado y, como había visto en los planos, sin ninguna cámara en aquel piso. Bloqueé la puerta y de inmediato, abrí la que resultaba la única ventana disponible luego de que toda la estructura colindara con un edifico que terminaba al menos unos 4 metros más abajo.Con un punto de apoyo en la baranda, no demoré en atar una soga retráctil que me permitió deslizarme hasta la siguiente azotea. Guardé los elementos en mi bolso, reajustando el dispositivo de pulsos magnéticos para que interfiriera la nueva señal y de inmediato desabotonando la parte superior del vestido rojo que l