Estaba indignado. El abogado me había dicho que Samantha quedaría en libertad condicional esperando el juicio. Yo me sentía confiado en la justicia, pero ahora solamente podía sentir una gran decepción. A pesar de todo lo que había hecho, Samantha le habían dado el beneficio de la libertad condicional. Eso era indignante.

Pero yo no iba a permitir que ella se saliera con la suya, así que viajé a la ciudad y contraté a uno de los mejores abogados de la rama. Iba a ser muy costoso, pero yo estaba dispuesto a llegar a las últimas consecuencias con tal de ver a Samantha detrás de las rejas o encerrada en un manicomio si es que estaba loca realmente.

El abogado me dijo que una persona que planea todo tan cuidadosamente como lo había hecho Samantha tenía que tener la cordura suficiente para pagar su condena en una cárcel ordinaria. Y que él se encargaría de que así fuera. Las palabras del abogado me hicieron sentir más tranquilo. Por lo menos ahora tenía la esperanza de que Samantha pagaría