Como todo lo de la mesa ya desayunamos mía está fuera en los columpios lavo la loza trato del que el tiempo pasar y el regrese, pero no sé qué hacer.

Miro y entre una cosa y la otra ya son la 1 de la tarde si no salgo ahora no voy a llegar.

Miro tengo algo de dinero no mucho busco en la habitación como decía mi mamá el hombre es tan despintado que un día deja la cabeza en un bolsillo de su chaqueta y ni lo recuerda.

Voy a su chaqueta la que uso en estos días y bingo 50 dolores.

—¡Miaa!—salgo de la habitación y ella entra de los columpios.

—¡si mami! —

—Vamos a la carretera tomaremos un taxi para poder ir a tu obra. —

Ella toma su mochila y me da la mano miro no hay señales de él.

Caminaos hacia la carretera.

—¿Mami papi? —no lo digo en voz alta.

—No lo sé amore pero seguro está trabajando. —

Caminamos hasta que a lo lejos veo un taxi y le hago señas, pero detrás de mí un auto empieza a tocar bocina.

Miro y frena es el.

—Mira Mía es papá. —

El se baja muy nervi