Quisiera decir que era lo que quería hacer, pero no, él realmente estaba decidido a que me quedara con ellos desde ya en su casa. Ya lo había dicho, solo que no esperaba que fuese tan rápido. ¿Qué le costaba esperar un día al menos? Mi mirada va a mi falda, miro su estado y afortunadamente no tuve que tropezarme con nadie al salir al pasillo. Solo estaba la chica que me hizo el llamado, pero ni me mira, está concentrada en su trabajo y ni se percata de que voy por allí. La salida que tomamos del edificio es la de uso exclusivo de Eliot y Ferran que los lleva directo a sus estacionamientos privados. Privilegios que hoy agradezco, pero es más de ser el dueño de tu propio negocio. Moore, obediente a las órdenes de Eliot me lleva a casa. En el trayecto hacia allá le escribo un mensaje a Marcia. No me responde; y sé que apenas lo vea, lo hará. [Acepté el trabajo con Eliot. Voy a casa a recoger mis cosas]. Una vez llego a casa lo primero qu
Me decido por fin y alzando mi palma le digo a Mar que pronto nos veremos. Subo al auto y apenas Moore cierra la puerta y pone el auto en marcha la ansiedad me empieza a carcomer y toda la zozobra por lo que viene ―bueno o malo―, dan vueltas en mi cabeza y me embotan el cerebro. Es como si aún no pudiera creer que en serio haya aceptado hacer esto, y en el fondo mantengo mis dudas sobre cómo será realmente mi trato con Ferran o como he de incluirle. Eliot dice que no está fuera, pero querrá que incluya esa parte en que está muy cercano a él. De todos modos, aunque lo que dice es cierto ―si no lo fuera, no existían los rumores―, él no se expone mucho a la vida pública. Es más reservado que Eliot, y no debería ser como una sombra, él es muy atractivo y no tiene nada que envidiarle y lo pienso en todo sentido. Recuerdo haberle visto una única vez, y fue en el entierro de mi abuela. Ese día gris no lo habría visto si no le hubiera buscado con la mirada. En ese momento me resulta
Después de esa desastrosa llamada con Noah, no me queda otra que tomar una larga ducha para relajarme, uso gel en todo el cuerpo y me consiento por un rato mientras medito un poco enojada con Eliot porque sucedió lo que me temía. Nada que hacer sobre eso, sin embargo, habría querido ser yo misma quien lo explicara a Noah. De esta forma tan mecánica no hay forma de que entienda mis razones y tiene mucha razón en enojarse; no obstante, lo que dijo me dejó muy preocupada. Aun no me creo que en serio haya despedido a Claudia por mí. No me lo dijo directamente o por lo menos no es lo que yo entendí. Se supone que la agencia lo había determinado, pero de igual forma ese nunca fue mi plan. Nunca fue así; quería ascender, sí; que valoraran… mi trabajo, y pensé que eso era lo que había sucedido. No de la forma que dice Noah, ni de la que insinuara Claudia; sin embargo, parece que es así como todo se ve ahora y me siento bruja al pensar ahora que los motivos de Eliot ―indecent
Creo que se me está subiendo el ego a la cabeza. Debo parar de soñar ahora o me veré como una loca alucinando por todo. Ellos me escoltan fuera de la habitación, y los tres tomamos el largo y ancho pasillo para después bajar hasta la sala. Eliot mira su reloj que a leguas se ve muy fino y luego nos mira. ―Llegó la hora, y ya debe haber llegado uno de nuestros invitados. ―¿Invitados? ―pregunto porque suena a una gran reunión. ―Por supuesto. Es hora de firmar el contrato y celebrar. ―Eliot me responde muy a su nuevo estilo gruñón. ―No entiendo por qué serían tantos invitados. ―Estamos hablando de las personas para hablar de los formalismos de tu trabajo. ―Vuelve a contestarme. ―Calma, ya aclararás todas tus dudas ―Ferran responde ahora más conciliador. Su respuesta me deja más tranquila, porque muy dentro de mí había pensado que sería una celebración tipo orgía de bienvenida. «¡Pero en que estoy pensando!». Cuando llegamos, termi
Lo único que emito durante la charla son asentimientos de cabeza y que daré lo mejor de mí para cumplir las expectativas de su agencia. Por fin acaba la perorata y procedemos a hacer la firma de todo el papeleo, momento en que la chica que estaba entretenida redactando el acta, deja de lado eso y por fin se dirige a mí para entregarme el contrato que debo firmar con la editorial. Una parte es sobre lo que ellos harán como editorial y la otra en lo que me comprometo a entregarles al finalizar el año que dura el contrato. También debo firmar dos cláusulas una de confidencialidad y otra por incumplimiento de contrato, a las que no les pongo objeciones porque no pienso dejarlo a medias y menos andarlo contando. Por último, anuncia que después se me notificará de la persona que hará el seguimiento de mis avances. Firmo porque ya me conozco todos esos formalismos. Y ahora sí, una vez estampada mi letra oficialmente estoy dentro de la plantilla deSminc.
Me sorprende que haya podido dormir después de haber casi que luchado a muerte por conciliar un poco de sueño. Sin embargo, me he levantado más temprano de lo que acostumbro. Tomo un baño para terminar de despertarme y refrescarme la memoria y seguir constatando que no es un sueño, que todo es real. Voy hasta elvestiery luego de rebuscar en elcloset encuentro ropa de mi estilo. Me visto con una linda faldabeigeplisada, no tan larga como mis acostumbradas. La combino con una blusa holgada azul claro y procedo a ponerme algo de maquillarme que se remite a casi nada. Recojo mi cabello en una coleta alta y por último no se si ponerme tacones o mis zapatillas. Decido zapatillas, porque no creo que vaya a algún lado. Me doy un vistazo en el espejo para cerciorarme que me veo bien y me dirijo a la puerta. Al abrirla me encuentro con la estampa impecable, de Moore. Trato de disimularlo, pero me da tremendo susto. Este
Exhalo con mucha fuerza, no creo que esto sea motivo para molestarse y largarse sin más, debería estarlo yo por lo que hizo. Mi teléfono, mis números, mi vida privada, toda mi privacidad a la porra. Exhalo hondo otra vez. Voy a la puerta y la cierro, viendo los números en mi nuevo aparatito de lujo. Busco el directorio y están todos mis contactos. Me enojo de nuevo. Tomo aire y me calmo o me dará algo del disgusto. Miro sobre la mesa del escritorio y encima está mi agenda de deberes para hoy. Los reviso y me da algo. Rutuna de ejercicios: Los hará su madre. Visitaalmédico: Y dale con eso, ni que estuviera enferma. Visitaalapeluquería: Bueno eso lo agradezco. CitaconKarl: ¿
Es martes, han pasado dos semanas desde que empezara a vivir con ellos; y aun no puedo con eso de la hora del gimnasio e intento con la otra opción que consiste en levantarme a la par de ellos; el resultado es igual, no puedo. Lo confieso, me gusta madrugar, solo que no tanto, y menos para correr y sudar. Ellos si salen todos los días a trotar y a montar bicicleta en el terreno de bosque de su propiedad, muy temprano e incluso antes que llegue la mañana. Adiós bonito trasero, demasiado sacrificio para mí. Desde donde estoy sentada en el comedor de la terraza en la segunda planta, les observo venir de su recorrido, ya lo he hecho un hábito diario observarlos cuando ambos llegan todo sudados y derretidos. Hoy Ferran en la bicicleta y Eliot de a pie, es obvio que le encanta correr. Siempre que llegan y antes de entrar en casa levantan la vista hacia donde estoy y les saludo de mano. Ferran me lo devuelve con su habitual sonrisa. Eliot, solo me mira de reojo y malencarado. Últim