Estamos en el hospital esperando noticias de Eric.
Más tarde, el doctor sale diciéndonos que afortunadamente, la bala no dañó ningún órgano y la pudieron sacar sin dificultad. El alivio que siento es inmenso. Gracias a Dios, podrá recuperarse pronto.
Nos sentamos en la sala de espera.
— ¿Quién les ha hecho esto?
—No tengo idea, pero sea quien sea, los voy a encontrar. — sé perfectamente que es Richard, su padre, pero, aunque esté cabreado con Simmons y su estúpida forma de hacer su trabajo, tengo que seguir el plan.
— ¿Qué fue lo que pasó?
— Alguien colocó un explosivo en la última planta y dejó muchos daños. Cuando intentamos salir, nos empezaron a disparar. Herimos a dos de ellos. Más tarde, podremos identificar quiénes son. Pero el problema es que estoy seguro de que solo son peones de alguien más grande y eso es lo que quiero saber. — estoy muy afectado por todo esto.
—Estoy segura de que lo harás. Ahora s
Día siguiente. Ya hemos organizado nuestras maletas y todo lo demás para irnos. El chofer llega por nosotros y nos lleva hasta el aeropuerto donde nos están esperando en un avión privado. Al menos no me ha hecho tantas preguntas como de costumbre, quizás no quiere agobiarme. Nos subimos y seguimos el protocolo de seguridad; en cuestión de minutos el avión despega. — ¿Ahora sí me puedes decir a dónde vamos exactamente? —sabía que no aguantaría mucho. —A Filadelfia. —contesto. Su cara de emoción es notable y me gusta verla así. Después de unas cuantas horas, hemos llegado. Hago todo el papeleo necesario (que no es mucho, tan solo con decir mi nombre la gente me abre el paso) nos hospedamos en un hotel de 5 estrellas. La habitación es aún más hermosa y cómoda. Instalamos nuestras cosas y vamos a un restaurante a desayunar. — ¿Has venido antes? —pregunta mientras comemos. —Sí. He venido muchas veces. Sólo —aclaro. Sonríe.
— ¿Por qué me confiaste este folder? Si lo estabas ocultando era por algo, ¿no? —dice Laura. Le sirvo una copa de whisky mientras tenemos una calmada conversación en mi casa. —Melanie lo descubrió, no tuve otra opción. — me siento frente a ella. — ¿Ella te pidió que me contaras esto? —No, pero odia que oculte cosas, a quien sea. —Esa niña es muy rara. ¿Estás consciente de que no es la correcta para ti? Le falta mucho que aprender de la vida todavía. —No empieces, por favor. —Alguien tiene que decirte la verdad. — ¿Estás segura de que eres la indicada para hablar de sinceridad? Parece que estás empezando a padecer de pérdida de memoria. — ¡Está bien! No quiero arruinarlo otra vez. ¿Qué quieres que haga entonces? —Quiero que mantengas bien vigilado a Simmons, siento que hay algo que no me está contando y necesito saberlo. — ¿Él sabe de lo que Richard te está haciendo? —No y quiero que se mantenga a
5:25 am. No he podido dormir en toda la noche y no dejo de ver el reloj. Me levanto, me doy una ducha y veo el intenso azul de mis ojos en el espejo por largos segundos. Suena el celular con la apestosa “R” delante. Es el imbécil de Richard. ¿Ahora qué quiere? Abro la llamada sin decir una sola palabra. No quiero despertar a Melanie. Salgo de la habitación y voy a otra vacía para hablar sin problemas. —Creo que ya esto se ha extendido demasiado, agente Jack. ¿Creíste que nunca me daría cuenta de que te revuelcas con mi hija? — no sé por qué su voz suena en tono burlón casi siempre. — ¿Desde cuándo te importa tanto la vida sexual de tu “hija”? la dejaste sola desde que nació, ni siquiera sé por qué quieres protegerla tanto de tu enemigo si nunca te importó — hablo en voz baja para que nadie me pueda escuchar. —No tengo porqué darte explicaciones que no te corresponden. Si ella está dispuesta a darme otra oportunidad, no la
Inicio de flashback. Horas más tarde, la llevo a casa, me doy un baño para regresar al hospital con Eric otra vez y cuando voy de camino, la llamada de un número desconocido entra en mi celular. La abro y la grabo (como siempre) por cualquier cosa. — ¿Hola? — ¡Agente Jack! ¡Qué gusto escuchar su voz! Es tal como me la imaginé — ¿y ahora este quién es? — ¿Quién eres y qué quieres? —Déjame presentarme…soy Richard. Tu querido suegro. Creo que tenemos muchas cosas de que hablar… —No tengo nada que hablar contigo maldito imbécil. — ¡Amo ese carácter feroz que tienes! Por eso te estoy llamando. Por eso te necesito —o se volvió loco o de verdad quiere morir. — ¿Sabes que puedo rastrear tu llamada, cierto? —Sí. De hecho, fue lo mismo que utilicé para encontrar a tu madre —en el momento que la menciona detengo el jeep en medio de la carretera y la piel se me congela. —Tengo ojos por todos lados, agente Connor. L
Arrojo todo lo que se atraviesa en mi camino después de llegar a casa con mi madre. La he llevado al hospital para que la revisen y afortunadamente, está bien. Excepto por algunos rasguños que se hizo al intentar escapar de las manos de esos dementes. Todo empeoró cuando Richard empezó a sospechar que estaba enamorado de ella. No le agradó la idea y su actitud pasiva cambió. Esto pasará, solo es algo temporal. Trato de convencerme a mí mismo. Sabía que esto tarde o temprano pasaría, no es algo nuevo para mí. Sigo con la idea de que será como todas las demás. La olvidaré.—¿Esa jovencita…era su hija? — mi madre entra en conversación mientras prepara algo rico de cenar. —Sí. —intento controlar mi desesperación delante de ella. —¿Y la tiene secuestrada también? —No. Bueno, algo parecido, pero es solo para protegerla. No le hará daño. —¿Lo sabes o estás tratando de convencerte a ti mismo de eso? —ya conozco lo que hace. Quiere saber si
Bigotes fue encarcelado. Bilson también falleció junto a otros de los hombres armados. Los pocos que sobrevivieron fueron encarcelados también, incluyendo a Laura. La cual, fue noticia nacional. Le quitaron su placa y su derecho a trabajar como inspectora. Recibirá la condena de 20 años de prisión por los delitos cometidos. En su lugar, estaré yo y creo que estoy listo para esto. Melanie, con Eric, a través de Lisa, me devolvió la tarjeta de crédito junto con todas las otras cosas que le había regalado, incluyendo el iPhone de último modelo. Ha recibido la parte de la herencia que había pactado con Richard y me alegra mucho saber que al menos si es hombre de palabra, aunque la haya cagado de principio a fin. Tengo que darle tiempo, dejar que sane de todo esto y pueda volver a dirigirme la palabra algún día. No la presionaré, ni la buscaré hasta que ella lo haga primero pero siempre, estaré protegiéndola, incluso de ella misma. 6 de febrero. Hoy es el
No he sabido nada de ella en todos estos días y empiezo a preocuparme. La he llamado varias veces, pero su celular sale apagado. Así que tomo el valor de ir hasta su casa para que hablemos un poco. Toco el timbre y espero que abra. —Hola. —me saluda al abrir un poco la puerta. —Hola. ¿Cómo estás? —Bien, supongo. Solo un poco cansada. — se oye muy desgastada. — Te estaba llamando incontables veces pero noté que estaba apagado. Me preocupé y por eso estoy aquí. — Jack, llevamos meses sin vernos y ahora que nos reencontramos ¿lo primero que intentas averiguar es por qué mi teléfono estaba apagado? —agacho la cabeza. — Tienes razón. Perdón. Creo que jamás dejaré de preocuparme por ti. —un silencio emocional se apodera del momento y me deja pasar. Nos sentamos, me ofrece algo de tomar, pero no me apetece nada, solo hablar con ella. Se sienta en el sillón del frente sin saber qué decir. — ¿Cómo la pasaste en tu cumpl
— ¿Entonces aceptas esto por las buenas? —le pregunta James. Ya estamos encubierta en los alrededores de su casa muchos agentes y yo. Escuchando toda la conversación a través de los auriculares. —Supongo que no hay otra manera. —Me alegra que aceptes, porque por las malas, ya viste de lo que soy capaz. — ¿Por qué haces esto? Eres muy apuesto y puedes enamorar a cualquier mujer. — trata de sacarle el tema para que confiese y quede todo grabado. —Ese es mi problema, no me gustan las mujeres que se enamoran de mí, me gustan a las que se acuestan conmigo en contra de su voluntad. Eso me excita, pero tú puedes ser la excepción. Después de nuestra primera noche de sexo no puedo sacarte de mi cabeza. Ahora entiendo por qué el policía estaba tan obsesionado contigo. — sigo mirando fijamente la puerta por la que entraré en cuanto vea la oportunidad. ¡Malditos protocolos! A mi manera hubiera acabado con todo esto de una buena m*****a vez. — ¿Has hecho e