Bitácora personal
Doctora Abigail Valdemar
Lugar: Cementerio General de Devon
Misión: Eliminación de críptidos hostiles a la vida humana
24 de agosto
Los gules siempre han sido una plaga en los cementerios de toda Europa, o quizás de todo el mundo, pero realmente pululan en los cementerios británicos. Los gules viven bajo tierra y se alimentan de cadáveres y carroña. Dicen que son los depredadores naturales de los zombis, aunque nunca lo he comprobado y puede ser un mito. Normalmente no les interesan los humanos vivos, sin embargo, desde el cierre del cementerio que detuvo nuevos entierros y con ello su fuente de alimento, distintos indigentes de la zona y uno que otro transeúnte tanto local como turista habían desaparecido y nuestras investigaciones hacían suponer que los gules hab&
1 de setiembre—¿Ya está en el edificio? Excelente —terminó de decir mi amado Donovan colgando su celular. —Adriana ya fue llevada al Edificio Lovecraft. Al menos Talbot mantuvo suficiente nivel de responsabilidad antes de perderse como para no llevarse a Adriana con ella.Buscábamos a Talbot a lo largo de toda la ciudad pero en ninguno de los pubs que Talbot frecuentaba y que Donovan conocía bien, vimos rastro de ella. Hasta que me di cuenta de algo obvio que se nos pasó:—Amor mío —le dije— si Talbot es adolescente en estos momentos difícilmente querría o podría ir a un pub. No sólo porque no le permitirían el ingreso sino porque probablemente prefiera frecuentar sitios de adolescentes.Al día siguiente patrullamos un centro comercial. Ingresamos al estacionamiento en una de nuestras camion
Bitácora personal Doctora Abigail ValdemarDevon, Inglaterra3 de setiembreHabíamos rastreado el presunto refugio de Gévaudan según los informes brindados por la joven de la calle llamada Adriana Méndez y que a su vez derivaban de lo que ella había escuchado decir a otros integrantes de la ya medrada comunidad licantrópica británica.A orillas de un club de moteros bastante agresivos y localizado en el medio de la foresta donde sus actividades ilegales podían ser fácilmente ocultadas, llegó Anne Perrault. En efecto parecía salida de otra época no sólo por su anacrónica vestimenta sino también por la forma de su cara y un poco el acento en su forma de hablar. Llegó con una preadolescente Laura Talbot (ya reducida a los 11 años) maniatada y amordazada y la t
7 de setiembreMe recuerdo a mí misma apretando el cuello de Talbot mientras estaba sobre su cuerpo desnudo sentada a horcajadas y sumida en un frenesí imparable producto de una incontenible cólera. El rostro de Talbot se estaba comenzando a poner azul y su lengua emergía de su boca mientras intentaba zafarse de mi mortal apretón allí sobre la cama de su apartamento. Donovan intentaba detenerme con todas sus fuerzas y finalmente dijo: ¡Maldita sea, Lucilla! ¡Suéltala! ¡No me obligues a matarte!Entonces la solté y me separé. Talbot comenzó a arquear y toser tratando de recuperar el aire y contrarrestar el sentimiento de asfixia.Los había encontrado allí, en el apartamento de Talbot después de que Donovan la llevara a su casa tras el hechizo y me percaté de su inusual tardanza. No puedo salir de día así que
Bitácora personalAgente Laura TalbotMisión: Eliminación de críptido hostil a la vida humanaLugar: Siberia, Rusia 23 de octubreNos encontrábamos atendiendo una nueva misión a petición del gobierno ruso. Tal parece que un críptido hostil había estado causando daño a la población de unas aldeas muy rurales de Siberia. Viajamos Fort y yo en compañía de Rodríguez quien había sido asignado a nuestro equipo en sustitución de Lucilla tras su deserción.Pero las cosas con Fort no estaban bien. Fuera que nuestro encuentro carnal haya sido provocado por el súcubo o por la tensión sexual que siempre ha existido entre los dos, había perjudicado nuestra amistad y la relación profesional que siempre había sido tan co
27 de octubreEl funeral de Sir Roger Atkins se realizó casi inmediatamente después de que su cuerpo fue devuelto a la familia tras una expedita autopsia. Asistieron muchos dolientes entre ellos Teillefer, Fort y yo, si bien nunca lo conocí y mi presencia era más por razones simbólicas. Llovía ese día y muchos asistentes se cubrían con paraguas negros, entre ellos Teillefer. Fort y yo nos guarecíamos de la lluvia solamente con las gabardinas negras de nuestros uniformes y teníamos el cabello muy mojado. A lo lejos, subiendo una pendiente del cementerio, llegó una presencia inesperada.Fort la observó y de inmediato se le acercó. Era Lucilla que esperaba entre las tumbas cerca de una enorme cripta familiar con una gárgola en el techo. Me mantuve cerca de Fort por seguridad pero los dejé solos, sin embargo mi agudo oído lobuno percibió la conver
Bitácora personalDoctora Abigail ValdemarLugar: Sede de la Corporación Raven, Devon. 29 de octubreFort y Talbot empezaron a discutir airadamente. Había escuchado rumores de una pelea entre Talbot y Lucilla quien había aparecido inesperadamente en el funeral de uno de los socios. Al día siguiente Fort se reunió con Teillefer y le pidió que designara a Talbot a un equipo diferente donde no estuviera él. Lo sé porque Teillefer, que me tiene mucha confianza, me lo contó y me pidió consejo. Le recomendé que lo hiciera, al menos por un tiempo. Este trabajo es muy estresante como para que además haya roces entre agentes.Pero la noticia no le cayó bien a Talbot y en cuanto se la dieron fue a reclamarle a Fort.—¿Cuál es tu maldito problema, Fort? —escuch&e
30 de octubreLa noche estaba apenas comenzando. Es como la mañana para los vampiros. Me encontraba sobre la amplia cama grande como de un rey donde dormía Lord Dracul. Una cama de sábanas blancas y cobertores rojos. Por si se lo preguntan, es un mito que los vampiros dormimos en ataúdes, especialmente por nuestro gusto hacia los lujos. Lord Dracul descansaba en una espaciosa y cómoda cama con sus tres esposas y, con mucha frecuencia, con alguna de sus múltiples amantes y concubinas, si bien desde mi regreso se había empeñado en dormir conmigo y él me lo expuso bien.—Extrañé tu cuerpo —decía mientras me lo follaba— y es lo único que extrañé de ti...Eso no tenía que decírmelo. Siempre lo tuve claro. Desde que Lord Dracul derrotó a mi viejo maestro Ruthven hace dos siglos siempre había sido su servidora s
Talbot despertó en la mañana en cuanto se le pasó el período de transformación, con la sorpresa de haber despertado dentro de la torre central, unos aposentos medievales del Castillo Karnstein con una cadena en el cuello. La torre era utilizada antaño como un laboratorio de alquimia y hechicería, y conservaba aún una extensa biblioteca de magia negra, carteles con partes del cuerpo humano o símbolos herméticos, y un modelo móvil del sistema solar colgando muy alto del puntiagudo techo. —¡Ah! —dijo Lord Dracul— ha vuelto en sí agente Talbot. Buenos días. Lord Dracul sabía de mis amplios conocimientos como bruja y me pidió expresamente que asistiera en un macabro hechizo. Las puertas se abrieron de golpe y al lugar entró un Profundo, repugnante como todos los de su especie e igual de apestoso, pero éste no era un Profundo ordinario. Igual que los demás híbridos horribles de hombre y pez pero más grande y con una cresta sobre su cabeza similar a una corona… debía ser de