ISABEL
- ¿Has pensado nombres? – lo miro confusa, quizá dijo algo que no escuche por estar metida en mis pensamientos – de bebé – aclara, vamos pasando por el departamento de bebés. Caigo en cuenta que nunca lo había pensado, Alonso tenía todo eso resuelto y antes de él, yo jamás había pensado en tener hijos, claro que desde pequeña me veía con mi propia familia, pero siempre fue algo lejano, algo que simplemente pasaría con el tiempo
- Mmm, creo que Jorge – al pronunciarlo, sé que sería el nombre perfecto para mi hijo, un pequeño homenaje a mi padre
- ¿Y para niña?
- Delia – jamás conocí a mi madre, así que Delia como mi abuela seria lo mejor
- Me gustan – dice – además, ninguno de mis hermanos y sobrinos h
ISABELComo ayer, nos recibe la obscuridad del pasillo. Avanzamos con la luz del celular, de su celular, entre tantas cosas, no tengo idea de donde quedo mi cargador, a penas entrar, dejo las bolsas sobre la barra y me sobo los dedos. Me guio por la luz que se cuela por las ventanas hasta la habitación principal y me tiro en la cobija que quedó tendida.Me duelen los pies. Después de ir por los muebles, fuimos al autoservicio y recorrimos pasillo por pasillo, es increíble la cantidad de cosas que se necesitan al mudarte, de no haberlas visto, jamás se me hubiera pasado por la cabeza que se necesitan, hasta que las necesitáramos y, aun así, de muchísimas más que ni siquiera sabía que existían. Brandon, paciente, me explicó para que sirve cada una y la importancia de tenerlas.Un carrito lleno de latas, otro de jabones y detergentes. Cuando vivimos en Pari
ISABEL Me despierta el aire helado que entra por el ventanal. Me quede dormida antes de que Brandon regresará, pero estoy segura que no será un problema acostarme y seguir de largo hasta mañana. La vista es realmente increíble, las nubes de tormenta se aglomeran relampagueando, corro el cristal y me froto los brazos. Mi esposo esta acostado boca abajo, con un pantalón de mezclilla y sin camisa, una punzada de remordimiento, ayer me presto su pijama porque no tenía idea de donde quedaron las mías y por la mañana, llene ambas de pintura… aun en la oscuridad, puedo distinguir su espalda definida. Me dejo llevar hasta él y me inclino a su lado, estiro el brazo con la intención de comprobar si es tan firme y musculosa como se ve, pero entonces, la luz de un rayo inunda la habitación, mostrando las manchas oscuras en su piel. Me llevo la mano a la boca sofocando un grito, los moretones son enormes, debe de ser horriblemente doloroso… El piso frio
BRANDONMe estiro con la certeza de haber descansado. Dormir con el pantalón de mezclilla fue la peor idea del mundo, pero tampoco es que tuviera de donde elegir, no traje mucha ropa, ni muchas cosas en realidad. Hasta mañana van a traer lo que compramos, así que debo encontrar una lavandería hoy, no es que me moleste lavar a mano, pero no hay lavadero. Ni cuarto de lavado, así que ahora que lo pienso, no sé dónde meteremos la lavadora y secadora…-Isabel – me sorprendo al verla, está sentada contra la ventana, con cuaderno y lápiz en las manos.-Buenos días – parece que no soy el único sorprendido, se levanta de golpe cerrando lo que sea que estaba haciendo en la libreta-¿Estas bien? – tiene las mejillas rojas, quizá tiene fiebre- Si, claro ¿y tú? – guarda las cosas en la
ALONSO - Buenas tardes hermanita – saluda Cynthia. La cara de Isabel es un poema al verme ¿Cómo puede ser tan cínica? ¿tan descarada? Después de cambiarme por ese imbécil, actúa como si yo fuera el malo, el que la cambio por su hermana, cuando ella estaba en Paris revolcándose con ese perro - ¿Qué hacen aquí? – es tan patética. Mi esposa la mira de arriba abajo, mi ex, nerviosa, se alisa la ropa arrugada - Un día y ya se te olvidaron tus modales – regaña pasando a su lado para entrar– espera a que la abuela se entere de esto - ¿La abuela está bien? ¿Qué paso? – va detrás de Cynthia, dejándome aquí parado - Como siempre – responde restándole importancia, entro tras ellas y cierro de un portazo, Isabel brinca, ambas voltean a verme - Lo siento – digo de dientes para afuera, lo hice con toda la intención. Mi esposa entra como si fuera su casa, inspeccionando cada rincón del departamento a su paso,
ISABELLa tarde parece eterna. A pesar de su desagrado por la pizza, Cynthia acepta quedarse a comer, es tan extraño verla aquí, sentada en cajas de cartón, como nosotros. Yo me limito a quedarme con Brandon, como sanguijuela que se niega a soltar a su presa, como fantasma, de alguna manera toma el protagonismo y se vuelve el mejor anfitrión del mundo, yo ni siquiera puedo hablar, ni comer. Siento la mirada de Alonso y solo quiero desaparecer. Inconscientemente me hago bolita, acurrucándome al costado de mi esposo, que me abraza con naturalidad. Me mira, me sonríe, me besa, transmitiéndome un poco de paz, que, para mí mala suerte, solo dura un momento, basta levantar la mirada para que se rompa el encanto y reinicie el ciclo, me acurruco me abraza, me besa levándome al cielo y caigo en el infierno al ver a mi ex…- Isabel, Isabel – repite y volteo a mirar
ISABELTenía prisa por volver a casa, dormir y olvidarme de todo. En cambio, al entrar a la habitación me golpean los recuerdos y quiero salir corriendo. Así que lo hago, salgo de la habitación y voy hasta la que será la sala. En un intento por no pensar, comienzo a abrir cajas y más cajas.- Creí que irías directo a la cama – brinco asustado al escucharlo. Es lo más tonto, lo sé, estoy aquí, en casa, sola con él, lejos de Alonso- No sé qué me pondré mañana – saco ropa y zapatos sin decidirme a que usar en mi primer día de clases- Estoy seguro que te veras genial, con lo que elijas – me dejo llevar por el impulso y lo abrazo, él me envuelve con naturalidad me invade un sentimiento que no sé cómo explicar- Gracias – tomo aire para contener las l&
ISABEL- Sera mejor que te acuestes – paso saliva nerviosa ¿es que este día no puede empeorar más? De una u otra forma parece que mi virginidad caduca hoy – tranquilízate – voltea y retrocedo golpeándome en la pared, de nuevo – no quería asustarte – agrega ¿desesperado? – lo siento, esto no volverá a pasar, lo prometo – unos cuantos de sus pasos gigantes y ya está frente a mí, se me va el aliento. Tiemblo de pies a cabeza sin control – Isabel – lo miro a través de mis cristalizados ojos, estoy tan cansada de llorar, estoy segura que en estas semanas he llorado más que en toda mi vida antes, solo quiero que termine este día, esta semana, este mes, este año, esta vida, todo. Quisiera solamente dejar de sentir, desaparecer por completo – ven – toma mi mano.
BRANDONPodría jurar que estaba despierto, tomo el celular cuando comienza a vibrar, aun antes de que timbre. Se acurruca a mi lado y desearía con toda mi alma quedarme aquí a su lado hasta medio día, pero hay muchas cosas que hacer antes de que vaya a la escuela. Me levanto con todo el cuidado que puedo y la tapo, quito el cabello de su rostro y me pierdo contemplándola, hasta que el teléfono retoma la alarma sacándome de mi burbuja, es tan hermosa, tan perfecta. Salgo de la habitación, recorro el pasillo, el comedor, la sala, en fin, todo el departamento hasta la habitación principal, tomo una ducha pensando en todo lo que debo hacer hoy. Lo tenía todo planeado, así que realmente es agregar actividades a mi día, comenzando por habilitar el otro baño. Supongo que por lo pronto será suficiente con llevar los aditamentos. Por estar sumido en mis pensamien