Capítulo 14

Molly

Desde niña mis padres me han inculcado que cada acción trae consigo sus respectivas consecuencias, como la ley de Newton que establece que cada acción tiene su reacción. Lo que es un dato un poco irrelevante para mí, pero que justo hoy cobró vida gracias a lo sucedido la noche anterior.

El golpeteo suave en la puerta me hizo temblar. Nuevamente estaba soñando con ese hombre desnudo y empotrandome a lo maldita sea. Pero esos tres toques suaves en la puerta me hicieron sentir como cuando Jhon vino a interrumpir el momento más anhelado de toda mi vida.

Trato de adaptar mis ojos a la claridad, y la resaca se hace presente rápidamente. Como si me dieran con un tubo de metal en la frente.

—Buen día —le hablo a Bernard, el mayordomo— ¿Sí?

—Buen día, joven Molly. El señor Miller la espera en veinte minutos en su despacho. No llegue tarde.

Asentí con mi cabeza y cerré la puerta luego de dirigirle una sonrisa de boca cerrada al don.

Un terrible escalofrío recorrió mi espina do