Despierto sobresaltada y gritando su nombre con lágrimas en mis ojos, el brillo del sol entrando por la ventana me ciega por segundos, seco mis mejillas enfocándome en las cosas que me rodean, estoy en mi habitación, no en esa playa y me doy cuenta de que lo que pasó fue más que un simple sueño. Y el terror invade cada uno de los rincones de mi corazón al comprender que si no hago algo perderé a Lee.

Este fin de semana fue el más espantoso de mi vida, después de ese sueño extraño y premonitorio, estuve insistiendo en comunicarme con Lee, pero no responde a mis mensajes y su papá siempre contesta el teléfono de la casa diciendo que está muy ocupado para contestar. Estoy al borde de un ataque de histeria y arrastro conmigo a mi novio que de seguro ya estará harto de escucharme divagar, sin embargo, de tanto insistir he l