Capítulo 5
Nicolás
Nunca había conocido a una mujer como ella y mucho menos una tan loca como para defender a un caballo que acaba de ver por primera vez. Encima aún más cuando le he dicho que esa bestia lastima a las personas, pero a ella parece no importarle o no escucho bien. Solamente se mantiene ahí totalmente firme, mientras sostiene la escopeta y el vestido blanco que trae puesto la hace verse muy sensual de esa manera. Hay que ver que la mujer tiene muy buenas curvas, capaces de hacer perder la cabeza a cualquiera, cualquiera menos a mí.
– A ver, suficiente de este teatro. Usted se va a quitar en este momento de ese lugar y se va a largar de aquí. No sé de dónde salió ni tampoco quiero averiguarlo, pero no tiene ningún derecho de estar en mi rancho y mucho menos tiene derecho de decirme qué hacer o qué no.
– Pues como ve que no me muevo de este lugar y si se acerca le disparo. Ya le dije que va a tener que pasar por encima de mí si quiere hacerle daño a ese caballo, así que mejor no sea terco. Ni crea que me va a intimidar por quererse hacer el macho alfa delante de estos hombres, así que mejor dígame cuánto quiere por el caballo. Estoy dispuesta a pagarle por él lo que sea y así le quito el estorbo quedándome con el ejemplar.
Ni siquiera tuve tiempo de contestar a esa mujer como se merece porque la voz de mi padre se escuchó en toda la caballeriza. Este acababa de llegar al lugar, así que me mantuve tranquilo para no cometer una tontería contra esa mujer.
– ¿Se puede saber qué carambas está pasando aquí? Desde afuera se escuchan los gritos y me gustaría que alguien me explicara quién es la señorita que le apunta a Nicolás con la escopeta ¿Acaso ella es alguna de tus tantas conquistas hijo mío? Porque de ser así debo de decir que sería la primera vez que tienes buen gusto en tu vida – dijo mi padre cruzándose de brazos y yo de verdad no podía creer que esas palabras hubiesen salido de su boca en este momento.
– Papá no es lo que estás pensando y yo jamás había visto en mi vida a esta mujer. Sin embargo, ella se ha metido donde no la llaman y estoy tratando de comportarme como todo un caballero con ella mientras le explico que se marche de este lugar.
– ¿Cómo todo un caballero dices? Es obvio que tú no sabes cuál es la definición de la palabra caballero porque ni con toda la educación del mundo llegarías a ser uno. Más bien eres un patán cavernícola que quiere matar a ese pobre caballo.
– Bueno suficiente ¿Quién demonios te crees que eres para hablarme así? A mí tú no me vas a insultar y me vas a hablar como se te dé la gana – dije en un tono bastante alto.
– Y tú a mí no me gritas idiota, yo no sé con qué clase de mujeres estás acostumbrado a tratar, pero a mí me bajas el tonito o no respondo – dijo en el mismo volumen de voz que yo sin siquiera mostrar temor.
– ¡Bueno, ya, basta! Cálmense los dos porque a los gritos no van a llegar a ninguna parte y mucho menos yo voy a entender qué es lo que está pasando aquí. Así que como los dos están bastante alterados, le voy a pedir a Elías que me cuente que es lo que está sucediendo y ninguno habla.
– Pues básicamente, padre, lo que sucede es que Nicolás quiere matar a Diablo por el accidente de Raúl y de la nada apareció esta señorita. Ella le ha impedido matar al caballo desde que se paró justo delante de él y ahora como ves ella le sigue apuntando con la escopeta a mi hermano al ver que aún no desiste. Ya la señorita le ha preguntado cuánto quiere por el caballo, pero el de necio no ha querido venderlo.
– ¿Todo este jaleo es por ese caballo? – pregunto nuestra madre entrando a las caballerizas y cuando ve a la mujer frente a mí su expresión cambia totalmente.
– ¿Señorita, sería usted tan amable de bajar el rifle y dejar de apuntarle a mi hijo? Sé perfectamente que el muy t****o se lo merece, pero le aseguro que llegaremos a un acuerdo con respecto al caballo – dijo mi padre bastante calmado.
– Pues dejaré de apuntarle a su hijo con la escopeta solo si él promete no hacerle daño al caballo. De lo contrario no lo haré y me mantendré en esta posición hasta que lo haga – dijo ella toda altanera y la verdad su actitud me estaba sacando de mis casillas.
– No se preocupe por eso querida, yo le doy mi palabra como el jefe de esta familia que soy que nadie le hará daño al caballo. Ahora sí es tan amable por favor díganos quién es usted.
– Ella es mi amiga Natalia, papá – dice Paloma de repente parándose junto a la mujer – Natalia me salvó de los hermanos Bravo hace rato, quienes me secuestraron al salir de la escuela. Querían que mi tío dejara de perseguirlos y querían hacerme daño, así que ella los enfrentó y les disparó con la escopeta. Gracias a ella es que yo estoy aquí sana y salva.
– ¿Es eso cierto? – pregunta Elías de inmediato al mirar a esa mujer y ambos corrimos hacia Paloma olvidándonos de todo por un momento.
– ¿Estás bien? ¿Esos infelices te hicieron algo? – pregunto acariciando sus mejillas.
– La verdad, mamá, me preocupan tus hijos ¿Se cayeron de la cama cuando eran chiquitos? Bueno, todos menos yo ¿Qué parte de que Natalia me salvó y estoy bien no entendieron? Esos infelices no me hicieron nada gracias a ella quien arriesgó su vida por mí.
– Pues si ese es el caso debo de darle las gracias por salvar a mi hermana – digo apartando mi orgullo a un lado porque nuestra pequeña Paloma es el tesoro de la familia.
– No fue nada, esos hermanos Bravo o como quiera que se llamen también querían hacernos daño a mí, al taxista que nos traía y a mi asistente Sergio. Yo solamente actué por impulso y le arrebaté la escopeta a uno de ellos.
– Es cierto papá y Natalia tiene algo de miedo de que por haberles disparado a esos tres infelices ahora se meta en un problema con las autoridades. Tiene tanta puntería que le dio a uno en la pierna y a otro en el hombro, aun así, los muy malditos lograron escapar como las ratas que son.
– Pues no tienes de qué preocuparte Natalia, tú salvaste a mi hija y esa buena acción merece una recompensa. Sin embargo, no entiendo que hace una mujer de la ciudad grande como usted por estos lugares.
– Pues vengo a vivir una temporada en el rancho que era de mi difunta madre, el cual de hecho es el que queda aquí al lado – dice ella y como si fuera el niño del exorcista me detengo a mirarla.
– ¿Tú eres la dueña de La Indomable? – le pregunto con una sonrisa burlona que al parecer no le hizo para nada de gracia a la señorita.
– Pues sí, yo soy la dueña de La Indomable ¿Cuál es el problema con eso? – me vuelve a preguntar en ese tono que ya no soportaba ni siquiera un segundo más.
– Pues que usted es la dueña del rancho más inútil de esta región. Hace mucho tiempo que nadie lo habita y de ser el mejor rancho de todos, paso a ser solamente olvidado con el tiempo. Nosotros de este lado de la cerca nos hemos encargado de que las personas no se metan en él y terminen de destruirlo más de lo que está. Estoy seguro de que en cuanto usted vea en las condiciones en las que se encuentra ese lugar, de seguro deseara volver a su palacio en la gran ciudad más pronto que tarde.
– Si cree eso entonces déjeme decirle que está usted muy equivocado porque cuando acepte venir a este lugar me preparé mentalmente para encontrarme con condiciones similares. No hay que ser un genio para saber que, si el lugar está deshabilitado desde hace años, lo que voy a encontrar en cuanto ponga un pie en él es una ruina total. Sin embargo, no se preocupe por eso, la dueña de esas tierras ha llegado y haré que mi rancho vuelva a ser el mejor como lo era cuando mi madre vivía ¿Le ha quedado claro?
La manera tal altanera con la que esa mujer me trataba hizo que mi madre dejara escapar una risa bastante contagiosa, la cual se le pegó hasta a mi padre y yo no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando ¿Por qué estos dos se están riendo como si aquí se estuviesen hablando de algo chistoso? Sin embargo, cuando mi madre se acercó a Natalia, esta sostuvo su rostro entre sus manos y no solamente me sorprendí por su repentina acción, sino que también lo hizo aquella mujer.
– Lo sabía, sabía que eras la hija de Aurora Montes. Hay que ver que su sangre corre por tus venas y mi gran amiga estaría orgullosa de la mujer que eres hoy en día. Una mujer con carácter fuerte igual que ella y que no solo se parecen en el físico, sino en todo lo demás.
– ¿Usted conoció a mi madre? – le pregunto a Natalia y mi madre solamente asintió feliz.
– Por supuesto que conocí a tu madre cariño. Ella y yo éramos vecinas, pero también éramos las mejores amigas del mundo, éramos como hermanas. Además, recuerdo cuando tu naciste porque estuve ahí y eras una bebé muy pequeñita. Tu madre me dio el honor de ser tu madrina hace muchos años, solamente que desde el día de su muerte tu padre te llevó con él a la gran ciudad y jamás te volvimos a ver ni mi esposo ni yo.
Sorprendido por lo que acaba de decir mi madre, no podía creer que el destino se estuviese empeñando en hacer que esta mujer desquiciada formara parte de algo muy importante de la familia, pero al parecer así sería. No obstante, ni siquiera eso haría que ella me agradara porque desde el momento en el que se cruzó en mi camino ya es mi enemiga. A mí nadie me deja en ridículo y mucho menos delante de mis trabajadores.
Capítulo 6NataliaToda aquella adrenalina que sentía abandono todo mi cuerpo por completo y ahora solamente estaba sorprendida por lo que acababa de escuchar. Al parecer estas personas que acabo de conocer aseguran que me vieron nacer y que eran amigos íntimos de mi madre. Además, aparte de eso también se dicen ser mis padrinos y no sé cómo sentirme ante esta cantidad de información que estoy recibiendo. Sin embargo, ahora me encontraba sentada justo en la sala de su rancho, esperando a que la señora de nombre Alice bajara con un álbum lleno de retratos. En el cual ella aseguraba que había fotos mías y que así les creería un poco más lo que me estaban diciendo.No sé por qué en lo más profundo de mí esperaba que realmente ella estuviese diciendo la verdad, ya que Alice me pareció una señora completamente agradable al igual que su esposo. Cabe decir que eso no incluye para nada al cavernícola mayor de su hijo Nicolás, quién tiene cara de perro rabioso y seguramente es por lo sucedido
Capítulo 7NataliaLa mañana había llegado y como de costumbre estaba despierta desde bien temprano. Una característica que tengo, ya que me gusta salir a ejercitarme bien temprano y en esta ocasión como no tenía el gimnasio de la mansión para usarlo. Me dedicaría a realizar un poco de cardio por los alrededores del rancho, creo que correr un poco mientras el aire fresco del campo golpea en mi cara, sería una estupenda manera para empezar mi temporada aquí.Llevo como una hora y media corriendo por todo el lugar, cuando después de un tiempo me detengo a llenar otra vez mis pulmones de aire limpio. Además, me detengo también en la cerca que divide parte de los ranchos y no puedo creer que se vea en tan mal estado lo que alguna vez fue de mi madre. Hasta la casa tiene siglos que no se pinta y si así se ve por fuera, que encontraré dentro. Sin embargo, lo que más me preocupa es de dónde sacaré el dinero para arreglarlo. Yo la verdad es que no tengo ni idea de cómo hacer para mantener un
Capítulo 8NicolásEstá mañana me había levantado igual de temprano que todos los días. Las labores aquí en el rancho comienzan desde bien temprano, mucho antes de que es Sol salga, pero para mi sorpresa no era el único además de los vaqueros que estaba despierto a esta hora. Aquella mujer exasperante también estaba de pie, dando vueltas por todo el lugar haciendo ejercicio y pensé que alguien como ella estaría todavía envuelta en miles de sábanas de seda.Me le quedo observando un poco desde la distancia por la ventana de mi habitación y me doy cuenta de que no soy el único que lo hace. Ya que muchos de los vaqueros se han desentendido de sus labores por estar viéndole las piernas a la tal Natalia como si ella fuera carne fresca se tratara. Además, no podía solo culpar a los vaqueros, porque ella tenía puesto uno de esos shorts deportivos súper ajustados y mis muchachos no son de hierro. Como tampoco yo lo soy, pero en mi caso es diferente.Rápidamente me dirijo hacia dónde se encuen
Capítulo 9NataliaRespiro profundo luego de dejar la última caja de cartón sobre el suelo y no puedo creer cuantas cosas destruidas había en este lugar, sin duda se notaba el hecho de que nadie había venido aquí en años.Cuando regresé de la cabalgata con Elías y mi padrino, de inmediato me puse a ayudar en las labores de la casa, aprovechando el hecho de que mi madrina me había prestado a algunas muchachas de su servicio. Sin duda alguna podía decir que mis padrinos se estaban comportando de una manera única conmigo, aun cuando no me vieron por muchos años y la verdad era que por alguna razón extraña ellos me transmitían mucha confianza. Creo que la manera que tienen de tratar a las personas y además también el cariño que les dan los hace muy especial.- Señorita, ya le dije que no tiene porque estar haciendo estas cosas. Yo puedo encargarme perfectamente de todo con las chicas del servicio – dijo Sergio por enésima vez y como siempre lo dejo hablando solo hasta que intenta quitarme
Capítulo 10NicolásLuego de haberme molestado con mi hermano tras las palabras que me había dicho sobre Natalia, como una fiera desbocada me dirigí directamente hacia donde se encontraba aquel maldito caballo, el cual se había dejado montar por esa mujer como si ninguno de mis mejores domadores lo hubiese intentado. Por lo que a raíz de eso y completamente decidido a montarlo para demostrar que las habilidades de esa mujer no eran la gran cosa, de inmediato di la orden de que me ensillaran al caballo y de que lo dejaran directamente en el lugar de dama para darle una lección. Necesitaba aplacar de alguna manera la ira que tenía por dentro y solo lo lograría haciendo que este animal se doblegara ante mí. Sin embargo, cuando descubrí que aquel caballo no se dejaría hacer a mi conveniencia y voluntad porque no le daba la gana, salí volando por el aire luego de que lograra estar encima de él solo por dos minutos y en vez de sentirme mejor solamente conseguí molestarme más.Cuando sentí l
Capítulo 11Natalia Decir que estaba furiosa era decir poco, sin embargo, no iba a permitir que las palabras de aquel infeliz siguieran haciéndome daño sobre todo porque yo soy una mujer que no se deja de nadie. Aprendí por las malas que en mi vida soy yo la dueña de mis emociones y de mi destino, por lo que no voy a volver a dejar que el mismo final se repitiera como un terrible karma que me persigue.Como aquel infeliz me había recalcado bien claro el hecho de que estaba en sus tierras y por ende también en su casa, prácticamente se creía con el derecho de poder tratarme como se le diera la gana. Así que en cuanto regresé a la casa de mis padrinos echa una fiera, sin siquiera hacer escala en otra parte, me dirigí directamente a la habitación que me prestaron para poder recoger mis cosas. No iba a permanecer ni un segundo más en este lugar respirando el mismo aire que ese patán, aunque en el fondo a excepción de Nicolás todos los demás se hayan portado muy bien conmigo. Entre todas
Capítulo 12 Nicolás Desde lo sucedido con Natalia, había tomado la decisión de marcharme del rancho para evitarme el hecho de que ahora mi madre seguramente me reclamaría por mi comportamiento con su querida ahijada. Al parecer para todos yo en este momento soy el malo de la historia, cuando en realidad las cosas no son así. Está más que claro que yo soy el único que ve que esa mujer solamente ha llegado a nuestras vidas solo para ponerlo todo de cabeza. Es por eso que sigo insistiendo en el tema de que sería mucho mejor si esa mujer se marchara de aquí.La noche ha caído y me encuentro en el bar Media Luna que suelo frecuentar cada vez que tengo deseos de ver a Gala, ya que solamente ella logra hacer que mi humor mejore un poco. Eso es justamente lo que necesito en este momento para poder dejar de pensar en cosas sin sentido.– Vaya, tú por aquí y ese milagro. Hace días que no me visitabas y me estaba planteando la idea de ir a buscarte a tu rancho para poder verte.– No creo que s
Capítulo 13Natalia Cuando las cosas se calmaron y pude olvidarme un poco de lo ocurrido entro Nicolás y yo, afortunadamente había pasado una tarde bastante tranquila, ya que este desapareció del rancho sin siquiera decirle a nadie. Al parecer este está acostumbrado a hacer este tipo de cosas y lo digo porque después de un comentario que hizo Raúl al respecto, para mí fue notorio el cambio de humor en mi madrina. No había que ser un experto para darse cuenta de que estaba más molesta que cuando ambas estábamos platicando en mi habitación, pero la verdad es que preferí no hacer preguntas para no agitar el avispero. Olvidando por completo el tema de ese patán sin educación y no por el hecho de que no se la hayan dado, me concentré mejor en hacer cosas productivas para mi beneficio, como por ejemplo conocer a Raúl. Quién dicho sea de paso estaba bastante sorprendido según él por el sorprendente suceso de que yo haya podido montar a Diablo y todo por la simple razón de que nadie había p