Draben MüllerMe mantengo cruzado de brazos mientras la camioneta se mueve.—Ese imbécil... ¿Cómo se atreve a ponerle una mano encima?—Murmuro con la mano vuelta puño.Dominick se mantiene en silencio manejando, no dice nada y se ve demasiado tranquilo como para mí gusto.Odio cuando se pone así.—Relajate, en un momento resolveremos todo.—Voy acortarle las manos —Me revuelvo el cabello frustrado.El llanto de Ciara viene a mi cabeza, también como se quedó dormida en mis brazos por el cansancio de tanto llorar.No me gustó escucharla llorar, tampoco ver cómo sus botaban lágrimas, mucho menos ver el miedo que tenía.Voy a destrozar a ese imbécil.La camioneta se detiene y salgo de mis pensamientos viendo el edificio a un lado.Mi hermano y yo bajamos del auto, me acomodo la chaqueta de cuero y Dominick su traje.Veo como las tres camionetas con nuestros hombres se detiene a lo lejos y miro a Dominick quien se coloca sus lentes.—Vamos.Sigo a mi hermano mayor y entramos al edificio de
Ciara HaslyeMe terminó de vestir para salir de la habitación.La discusión que tuve con Leah no a salido de mi cabeza y es que ¿Cómo va hacerlo? Mi hermana menor dijo algo que me hizo sentirme la peor hermana mayor del mundo. Mi trabajo es protegerla a ella y a Bella pero en este caso, es ella la que nos protege a ambas.No me equivoqué cuando me dije que no la merecía y que ella no me merecía.Debía ser una hermana mejor para las niñas y para eso tenía que dejar de actuar como una miedosa y enfrentarme a lo que me asusta.Paso mis manos por el vestido negro que llevo, mi cabello está suelto y cae atrás de mí espalda, y tomando una respiración profunda salgo de mi habitación dirigiendome en busca de uno de los hombres de seguridad.Bajo más escaleras con el mentón en alto, tomo pequeñas respiraciones para calmar mi acelerado corazón. Tenía que respirar, si no lo hacía me iba a desmayar.Hacia mucho que no veía a Dominick, pensar en tan solo estar cerca de él me causaba un escalofrí
Leah Haslye —Eres un idiota ¿Lo sabes?—Ya se —Draben mira con ojos triste el final del barranco —Ya se.Le entrego la nueva botella y me siento a su lado en posición de indio.—No entiendo un carajo —Soy honesta —Te gusta mi hermana... Pero a tu hermano también.—Es la mujer de mi hermano.—Mujer que amas.—No puedo ser tan hijo de puta como para desear a la mujer de mi hermano.—Pero lo haces —Me mira mal y me encojo de hombros —¿Que? Es cierto.—No puedo tener esos pensamientos por ella Leah.—Tengo entendido que tú y Dominick han compartido mujer.—En el sexo.—Y también han cogido —Le veo de reojo —No me tomes a mal... Pero ustedes pueden compartir a Ciara.—Leah.—Te estoy dando soluciones, no problemas —Me encojo de hombros —Allá tu si los tomas o no.El hombre a mi lado suelta un suspiro antes de empinarse la botella.No sé cuánto llevamos aquí, Pero creo que ya va a amanecer.—La heriste.—Tu ve que hacerlo para alejarla de mi.—Baja la cabeza para ver la botella.—No puedo te
Ciara Haslye. No entiendo nada. ¿En serio estamos aquí?. —¡Un parque de diversiones!—Bella grita a mi lado con una enorme sonrisa. Leah se acerca a ella cuando sale corriendo. Yo no me muevo de mi lugar algo incómoda por estar en este lugar. Dominick hace un rato nos dijo que nos tenía una sorpresa, nos trajo a un parque de diversiones donde está todo solitario. —¿Donde están las personas?—Le pregunto y toma mi mano sonriente. — Es solo para nosotros.. —¿Puedes hacer eso? —Tengo los millones suficientes.—Eso me hace rodar los ojos con gracia.—¿Que quieres hacer primero? Miro a las niñas, Leah está junto a bella comprando unos helados. —¿Podemos hacer de todo?—Le pregunto curiosa y sus ojos grises brillan. —Si. —Vamos a las carreras.—Una voz detrás de mí me causa un escalofrío. Me giro para ver a Draben el cual tiene las manos metidas en los bolsillos. Cuando nuestros ojos chocan trago saliva. Hace días que no hablo con él. Desde que paso la discusión nos hemos esto igno
Draben.Golpeó el mostrador con la tarjeta mientas el aire acondicionado me pega en casi toda la cara.Quien se supone que va a atender para poder pagar lo que acabo de comprar no aparece ¿Quien creen que soy para estar esperando? ¿Algún cliente común?.De reojo veo a Leah quien está mirando todo con la boca abierta. Mira los autos que nos rodean y sus ojos brillan, lo hacen aún más con una moto roja que parece de carreras.—¿Te gusta?.— Le pregunto descansando el mentón de mi mano y ella gira a verme con sus ojos con heterocromia.Nunca había conocido a una persona con esa condición, es hermoso como iris ojos pueden ser de diferente color en una persona.— Si, es muy linda. — Asiento mientras veo la moto. — Ay, pero tiene muchos ceros...Sus palabras causan mi risa. Leah gira verme mal antes de tomarse las caderas.— ¿Que?. —No son tantos...— Oh, lo lamento señor "Nací en cuna de oro". — Le veo burlón mientras ella bufa. — Te recuerdo que no todos tuvimos la suerte de tener todo de
Ciara Haslye.Acaricio el volante de la Toyota mientras creo que la cabeza me va a explotar por el montón de dudas que tengo en la cabeza.Me gustan dos hombres.¿Cómo es eso posible? ¿Acaso es posible?.¿No es anormal aquello?.Leah va tranquila a mi lado, por el retrovisor puedo notar las camionetas negras donde van los hombres de Dominick.— Relájate, no nos va a pasar nada. — suelta mi hermana menor y suspiro.— ¿Cuando se invirtieron los roles?.—le pregunto con el ceño fruncido. — Se supone que yo debería decirte esas palabras.— Es que es tu primera vez conviviendo en la mafia. — Se encoje de hombros. — Mírale el lado bueno, ¡También es mi primera vez siendo secuestrada por uno!.Se supone que aquello debería causarme gracia pero lo único que hace es preocuparme y preguntarme cómo carajos no me di cuenta que ella estaba siendo criada alrededor de esos criminales.— Leah. — La llamo con un tono rudo. — Eso no es gracioso.— Wa, eres una aburrida. — De reojo veo como toma uno de s
DrabenEncendí el puro cubano mientras me acomodaba en la silla, la sala de uno de los edificios de mi propiedad estaba cargada de tensión.El reloj marcaba las nueve de la noche, para este momento ya debería estar en la casa pero tengo que encargarme de una situación.En realidad, me tengo que encargar de una rata que apareció entre mis hombres.La luz tenue de las lámparas colgantes apenas iluminaba las caras de los hombres sentados alrededor de la mesa de roble maciza. El aroma a tabaco y whisky llenaba el aire.Mire a todos los hombres, a la mayoría los conocía de cuando trabajaron con mi padre a los demás les tendí mi mano y puse de mi lado.Con las miradas directamente en la mesa, tensos y en silencio. Así se encontraban todos desde que los mandé a reunir.Solté el humo del puro acomodandome en la silla en la cabecera de la mesa. Recorría a cada uno de los presentes. A mi derecha estaba Gaspar, quien era mi mano derecha después de Dominick. Él observaba atentamente, listo para
DrabenEncendí el puro cubano mientras me acomodaba en la silla, la sala de uno de los edificios de mi propiedad estaba cargada de tensión.El reloj marcaba las nueve de la noche, para este momento ya debería estar en la casa pero tengo que encargarme de una situación.En realidad, me tengo que encargar de una rata que apareció entre mis hombres.La luz tenue de las lámparas colgantes apenas iluminaba las caras de los hombres sentados alrededor de la mesa de roble maciza. El aroma a tabaco y whisky llenaba el aire.Mire a todos los hombres, a la mayoría los conocía de cuando trabajaron con mi padre a los demás les tendí mi mano y puse de mi lado.Con las miradas directamente en la mesa, tensos y en silencio. Así se encontraban todos desde que los mandé a reunir.Solté el humo del puro acomodandome en la silla en la cabecera de la mesa. Recorría a cada uno de los presentes. A mi derecha estaba Gaspar, quien era mi mano derecha después de Dominick. Él observaba atentamente, listo para